INDIA-PAKISTÁN: Periodistas inmersos en hostilidades

Periodistas y columnistas de Pakistán e India, que forjaron relaciones personales en las últimas dos décadas durante infinidad de conferencias y seminarios conjuntos, luchan para superar las hostilidades entre sus países desde los atentados en la occidental ciudad india de Mumbai.

Pero sus voces están ahogadas en el estruendo de las acusaciones mutuas entre ambos países. Los indios culpan a los pakistaníes de estar involucrados en los ataques, y estos se defienden a pesar de que la evidencia en su contra va creciendo. Cerca de 200 personas murieron luego de que 10 hombres armados con rifles de asalto, granadas y explosivos llegaron en botes al puerto de Mumbai e ingresaron a lujosos hoteles de la ciudad donde tomaron rehenes durante 60 horas entre el 26 y el 28 de noviembre.

La revelación hecha por uno de los detenidos de sus vínculos con un grupo terrorista proscrito en Pakistán apenas se destacó mientras la retórica beligerante de los medios indios provocaba respuestas indignadas de sus pares pakistaníes.

Ante esta situación, muchos se preguntan si son los medios los que contribuyeron a agravar la tensión entre estos dos vecinos nucleares, o fueron las hostilidades entre Nueva Delhi e Islamabad las que derivaron en enfrentamientos entre periodistas.

Las voces indias en los medios pakistaníes, y viceversa, desaparecieron después de la guerra de 1965. Esta situación se mantuvo hasta 1995, cuando periodistas de ambos países se encontraron en la convención del Foro de los Pueblos de Pakistán e India para la Paz y la Democracia.
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Internet facilitó las comunicaciones. Sin embargo, durante los tiempos de tensión, los periodistas que escribían para medios del país vecino muchas veces se autocensuraban por miedo a represalias de sus propios gobiernos o de otros grupos.

En esos tiempos, la "interiorización de mitos y de pensamientos" en la prensa, como señaló la periodista india Rita Manchanda, salta a primera plana. Esto "deriva de rutinas en la obtención de la información, de las estructuras de propiedad y de las exigencias de la tecnología, de la tiranía de la cobertura en vivo las 24 horas en los canales de noticias", sostuvo.

La periodista escribió esto al analizar la cobertura periodística del conflicto armado entre los dos países en 1999, en el libro "Reporting Conflict: A Radical Critique of the Mass Media by Indian & Pakistani Journalists" (Informando un conflicto: una crítica radical de la cobertura de los medios de comunicación por periodistas indios y pakistaníes), publicado por el Foro de Asia Meridional para los Derechos Humanos en mayo de 2001.

Una década después, poco parece haber cambiado. El auge de los canales de televisión independientes de hecho facilitaron la cobertura sensacionalista en la competencia por la audiencia, que aumenta drásticamente con informes en vivo de las crisis.

Las teorías de conspiración abundan en ambas partes. Un conductor de la televisión pakistaní responsabilizó de los atentados en Mumbai a los "sionistas hindúes" e insistió en que el hombre detenido era un sij y sus socios asesinados eran hindúes. Aunque el conductor tiene poca credibilidad, sus opiniones fueron reproducidas en varios sitios web.

Pero observadores señalan que algunos canales indios no han actuado mejor. Esas teorías de conspiración también tienen seguidores en India, donde muchos insisten en que detrás de los atentados está la derecha hindú en colaboración con los israelíes.

Analistas insisten en que todas estas teorías son puras especulaciones mientras no se realice una completa investigación.

Los incesantes comentarios de los medios "sacan a la superficie una furia latente y prejuicios profundos, y dejan en evidencia la incompetencia del sistema", comentó la científica y activista por la paz Isa Daudpota en la edición del lunes del diario pakistaní Dawn

Llamando la atención sobre la "ridícula confrontación" entre India y Pakistán sobre el limítrofe glaciar Siachen, así como del "tema clave" de la disputada provincia de Cachemira, la periodista instó a ambos gobiernos a unirse para elaborar un plan de paz duradero.

"No hace mucho, el atentado con bomba en el hotel Marriott en Islamabad provocó casi idénticos sentimientos y defectos en los sistemas de Pakistán. En nuestras fallas, queda tristemente reafirmado que somos un mismo pueblo", sostuvo.

Actualmente, sólo dos medios de Pakistán y de India tienen corresponsales en Islamabad y Nueva Delhi respectivamente. Otros emplean periodistas locales. Como las autoridades de ambas naciones muchas veces tienen prohibido o son renuentes a hablar a la prensa, estos terminan representando al país de donde pertenece el medio para el que trabajan.

La corresponsal en Islamabad del diario indio The Hindu, Nirupama Subramaniam, dijo a IPS sentirse como un "saco de boxeo" desde que comenzó la crisis por los ataques en Mumbai.

"Los programas de televisión me llaman continuamente como si yo fuera la portavoz de los canales de televisión indios, del gobierno indio, de los chovinistas indios, de toda India. Pero siento que debo ir a esos programas para acercarme a los pakistaníes, en especial con los periodistas", señaló.

Aunque ella subrayó que no representaba a nadie, los espectadores apreciaron sus esfuerzos. "Me gustó su honestidad, su hablar directo y que no se pusiera a la defensiva", dijo a IPS un doctor retirado de Karachi. "Necesitamos escuchar más voces (indias) en la prensa" pakistaní, sostuvo.

Pero la furia popular en India por los atentados socava el diálogo incluso entre trabajadores de la prensa. La directora de Asuntos Actuales del canal Pakistani TV, Shaheen Salahuddin, quien intentaba incluir "voces sanas" de India en su programa "Khuli Baat" (Charla abierta), tuvo que suspender sus planes luego de un incidente con un editor en Nueva Delhi.

"Me había encontrado con él en varias conferencias y lo llamé después de los ataques de Mumbai. Al principio estuvo de acuerdo, pero después lo llamé tres veces y siempre estaba ‘en una reunión’", contó a IPS.

"Finalmente, cuando le pedí a mi secretaria que lo llamara, le dijeron que no hablaría con ningún periodista pakistaní. Incluso Bharat Bhushan (editor del periódico Mail Today, conocido por su opinión moderada en relación a Pakistán) no respondió mis llamadas", señaló.

Bhushan dijo a IPS por correo electrónico que le contestó a Salahuddin con un mensaje de texto, diciendo que no podría hacer la entrevista, el cual al parecer nunca llegó.

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