El precio del petróleo sigue cayendo a menos de 35 dólares el barril de 159 litros y economistas de Irán advierten que ese país, el cuarto mayor productor, ingresará en una crisis más profunda si la situación se perpetúa. Muchos culpan a las políticas económicas del gobierno.
El presidente Mahmoud Ahmadineyad ha negado reiteradamente los efectos de la caída de los precios del crudo sobre la economía de Irán, que ahora enfrenta una inflación de 30 por ciento y más de 10 por ciento de desempleo.
Sin embargo, este mes admitió que esos deprimidos precios amenazarán la frágil economía.
En respuesta a un enorme déficit presupuestario, para el año próximo Ahmadineyad planea recortar el gasto, eliminar los generosos subsidios al combustible que se implementan desde hace más de dos décadas e incrementar los impuestos.
Para mantener equilibrado el presupuesto de este año, Teherán necesita vender petróleo a 90 dólares el barril.
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El gobierno iraní planeó basar el presupuesto de 2009 en un precio de 50 a 60 dólares el barril. Sin embargo, Ahmadineyad dijo que está "obligado a fijarlo en 30 a 35 dólares", según la Agencia de Noticias de la República Islámica (IRNA).
Para muchos iraníes, entre ellos los economistas, la pregunta es qué ha hecho el gobierno con los enormes ingresos que obtuvo del petróleo en los últimos cuatro años. Desde que Ahmadineyad llegó al poder en 2005, el país se ha deslizado hacia una dolorosa crisis económica.
Bahman Ahmadi Amouee, destacado periodista y autor de "Iran's Political Economy After the Revolution" ("La economía política de Irán después de la revolución"), escribió un artículo cuestionando la manera en que la administración de Ahmadineyad ha gastado unos 238.000 millones de dólares de ganancias petroleras desde 2005.
Nadie sabe a dónde fue el dinero, aseguró.
"En la época del ex presidente Mohammad Jatami (1997-2005), con precios del petróleo mucho más bajos, el desempleo y la inflación eran menores", dijo Amouee a IPS, en una entrevista telefónica desde Teherán.
Hoy, "con la enorme cantidad de dinero procedente del petróleo, la inflación es de 30 por ciento y el desempleo está en aumento", agregó.
"El dinero se puede haber gastado en la parte oculta de la economía de Irán, como en proyectos relacionados con el desarrollo nuclear, la industria militar y de las armas", planteó.
Los presupuestos para la policía, el Ministerio de Inteligencia, el ejército y el programa nuclear no están especificados en el presupuesto anual de Irán, y el gobierno tradicionalmente no proporciona ninguna información detallada sobre ellos.
"Las estadísticas muestran que no hubo éxito para Ahmadineyad. Han gastado el dinero en lugares en los que no se suponía que gastaran", dijo Amouee.
En cuanto al nuevo plan de reforma económica de Ahmadineyad, Amouee declaró: "El programa del gobierno para eliminar los subsidios a la energía aumentará la inflación a 50 por ciento".
Bajo la propuesta del presidente, el gobierno reemplazará los subsidios por pagos en efectivo a los individuos.
Ahmadineyad, quien se postulará a la reelección en junio próximo, llegó al poder sobre una plataforma que proponía mejorar el estándar de vida mediante una distribución más justa de los ingresos, particularmente los derivados del petróleo.
Sin embargo, se ha negado reiteradamente a escuchar a algunos de los economistas más destacados de Irán, que en dos cartas separadas criticaron sus políticas económicas y pidieron cambios inmediatos.
"Si la crisis económica continúa por un año, cada iraní perderá 1.000 dólares —20 por ciento de los ingresos anuales—, lo que significa que los iraníes perjudican más que los estadounidenses a partir de la situación económica que empeora", dijo a IPS el economista Saeed Leylaz.
"El parlamento iraní no ha podido controlar la crisis, y si ésta se vuelve más seria en Teherán, tiene el potencial de convertirse en una crisis social, y de debilitar al gobierno, que no tiene ningún sistema de controles mutuos sobre sus actividades", agregó. El plan de reforma económica de Ahmadineyad incluye un programa de impuesto al valor agregado (IVA) que obligará a las empresas iraníes a aportar al gobierno tres por ciento de sus ingresos por concepto de ventas. Cuando la administración anunció el IVA en octubre, los comerciantes, que constituyen un poderoso sector del sistema financiero, iniciaron una huelga. Ahmadineyad se vio obligado a postergar el impuesto por dos meses.
"El presidente Ahmadineyad dejó de repetir sus eslóganes económicos idealistas, simplemente por sus terribles antecedentes de los últimos cuatro años", dijo Laylaz.
"En los medios no hay lugar para los críticos porque están bajo una inmensa presión para no criticar al gobierno. Es justo decir que 99 por ciento de los medios de Irán están dominados por la televisión nacional de Irán, que apoya plenamente a Ahmadineyad. La realidad de la economía iraní es tan mala que en cierto modo la gente no le puede creer", añadió.
"Creo que la caída en el crecimiento de las inversiones mostrará sus efectos perjudiciales luego de 2009, y se verá en un mayor desempleo e inflación", dijo Leylaz.
El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó múltiples sanciones en respuesta a la insistencia de Irán en su programa de enriquecimiento de uranio desde 2006. Sin embargo, muchos economistas creen que es el mal manejo del gobierno y el desplome de los precios del petróleo lo que ha afectado más a la economía del país.
"Más que el efecto de las sanciones, es la caída de los precios del petróleo lo que afectará al gobierno", dijo a IPS Musa Ghaninejad, de la Universidad de la Industria Petrolera en Teherán.
"Si los ingresos derivados del petróleo son altos, el gobierno puede importar bienes a un precio mayor e ir más allá de las sanciones, que es lo que ha hecho en los últimos años", sostuvo.
"Pero la caída en los precios del petróleo es una amenaza más seria para la economía que las sanciones, aunque éstas aumentan los costos y los daños a la economía", agregó.
La situación económica es vista como la principal amenaza para la reelección. Entre el público es el tema más importante, y hay poco optimismo en cuanto a que la estrategia del presidente mejore la realidad para las elecciones de junio.
"El plan de reforma económica del gobierno es sólo una trampa. Quieren que la gente hable sobre el futuro, no sobre el presente, pero no estoy seguro de que esta trampa les ayude", señaló a IPS Saeed Shirkavand, viceministro de Economía y Finanzas durante el gobierno de Jatami.
"La población pregunta cuáles fueron los logros el gobierno durante los últimos cuatro años. Estamos en una situación no placentera en relación al empleo, al producto interno bruto, a la inflación y a otras variables económicas", agregó.
"La gente está verdaderamente insatisfecha con la actual situación económica, y cree que las políticas internas e internacionales del gobierno son la raíz de todos sus problemas", dijo Shirkavand.
"La contradicción en la política económica del gobierno se debe principalmente a sus puntos de vista simplistas sobre la economía", dijo, agregando que "el propio presidente ha dicho reiteradamente que no piensa que la economía sea una ciencia".