Un motor que usa basura, residuos agrícolas y ganaderos y derivados de petróleo, carbón y etanol, es la innovación de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) para llevar energía a comunidades rurales pobres y aisladas. El motor opera equilibrando ondas de calor y frío, lo que hace funcionar los pistones con combustión externa, dejando afuera las fuentes energéticas. “Así puede usarse cualquier material proveedor de energía”, aseguró el agrónomo Luis Guilherme Wadt, uno de los investigadores del proyecto.
El motor no sirve para impulsar vehículos, pero sí para generar electricidad y alimentar bombas de agua y sistemas de ventilación. La potencia depende de la fuente y las dimensiones del motor, que será perfeccionado en 2009.
El mayor beneficio es ambiental. “Usamos sobras que contaminarían para generar energía y trabajo”, dijo Wadt a Tierramérica.