AMBIENTE-AMÉRICA DEL SUR: Un mar a tiempo de salvarse

Tras cuatro años de trabajo, más de 80 especialistas elaboraron un diagnóstico sobre el estado de conservación del Mar Patagónico, una de las áreas oceánicas más productivas del Hemisferio Sur, y remarcaron que todavía hay tiempo de revertir las amenazas que enturbian sus aguas.

"Hoy se está aún en condiciones de sostener la integridad ecológica y el potencial productivo de este gran ecosistema", concluye el vastísimo informe del que se publica este mes apenas un resumen de 300 páginas titulado "Síntesis del Estado de Conservación del Mar Patagónico y sus áreas de influencia".

El Mar Patagónico abarca, en las costas americanas del océano Atlántico, desde el sur de Brasil, bordea Uruguay y llega hasta Tierra del Fuego, la más austral provincia argentina. Luego dobla al oeste en el cabo de Hornos para extenderse hasta los fiordos chilenos. Es un ecosistema de tres millones de kilómetros cuadrados.

El monumental trabajo fue realizado por el Foro para la Conservación del Mar Patagónico y Áreas de Influencia, una coalición de entidades de la sociedad civil argentinas e internacionales que desde 2004 plantea la necesidad de preservar un área de riquísima biodiversidad y que provee servicios ambientales a la humanidad.

Entre los miembros del colectivo están las argentinas Fundación Patagonia Natural y Fundación Vida Silvestre, y entre las internacionales Wildlife Conservation Society, Conservation Internacional y Unión Mundial para la Naturaleza. La publicación contó con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

El coordinador del Foro, Claudio Campagna, dijo a IPS que uno de los objetivos de la Síntesis es "integrar el conocimiento atomizado y parcial que existe sobre el área". "Si es cierto que la información es el origen del cambio, estamos en la etapa de mayor promesa en cuanto a la solución de los problemas del ecosistema", vaticinó.

Campagna, experto en mamíferos marinos, explicó que, a diferencia de otros mares, en el Patagónico "aún no se ha registrado una sola extinción de especies". "Vamos en camino hacia el colapso de algunas poblaciones y otras están disminuyendo su tamaño en forma considerable, pero no ha habido extinciones", subrayó.

El informe advierte que la pesca ilegal y no sustentable, la captura incidental de aves, mamíferos y tortugas marinas, las especies introducidas para acuicultura y la descarga de efluentes sin tratamiento son algunos de los "graves problemas que amenazan la abundancia de especies y la potencialidad económica" de esta masa de agua salada.

"Por lo menos 20 ciudades costeras de Uruguay y Argentina descargan al medio acuático efluentes sin tratamiento", denuncia el informe. Este fenómeno se observa sobre todo en las aguas que bordean la región metropolitana de Buenos Aires y en Montevideo, pero también en otras urbes de la costa.

El mar Patagónico es una de las áreas marinas más productivas del hemisferio. En promedio, el fitoplancton, base de la cadena alimenticia en ecosistemas acuáticos, es tres veces más abundante en sus aguas que en el resto del área oceánica mundial. Absorbe grandes cantidades de dióxido de carbono y contribuye a mitigar el recalentamiento global.

Pero, además, siempre según el estudio, en este hábitat encuentran refugio unas 700 especies de vertebrados, algunos carismáticos que ayudan a sostener los programas de conservación como los delfines, variedades de pingüinos, lobos marinos y ballenas.

De las 129 especies de mamíferos marinos descriptos en el mundo, 47 se pueden hallar en este mar. Las aves marinas y costeras suman 83 especies y cinco de las siete tortugas marinas conocidas viven en sus aguas.

Entre los invertebrados, sólo los moluscos suman 900 especies, algunas endémicas, es decir que sólo se encuentran en el mar Patagónico.

Al margen de las pesquerías sometidas a explotación industrial como el calamar, la merluza común, la corvina o el langostino, el ecosistema tiene importancia global como fuente de alimentación para especies migratorias de aves, peces, tortugas y mamíferos marinos que provienen de áreas distantes, subraya la Síntesis.

Más de un millón de parejas de pingüinos de Magallanes se reproducen anualmente en colonias de la costa y las islas, y algo similar ocurre con la ballena franca austral, que cada año ofrece un espectáculo único a los visitantes cuando se acerca a las costas argentinas para su reproducción.

A pesar de esa riqueza, apenas 0,5 por ciento de la superficie está protegida mediante casi un centenar de áreas de preservación costeras, que no están integradas como para enfrentar los desafíos que plantea un sistema dinámico. Para peor, estas áreas se caracterizan "por una baja efectividad de manejo", resalta el estudio.

"El objetivo internacional es que 10 por ciento de los océanos esté bajo alguna forma de protección para 2012", advirtió Campagna, una meta que parece lejana por estas costas.

No obstante, el Foro "no comparte la idea simplista de que la solución de los problemas de conservación del mar Patagónico radique únicamente en la generación de áreas protegidas donde no tenga lugar actividad económica alguna".

"El Foro ha detectado algunas áreas donde se justificaría una mayor protección. Pero considera que es posible llegar a una modalidad de gestión del ecosistema que favorezca los usos económicos del mismo sin afectar la biodiversidad o la continuidad de los procesos ecológicos", añade.

Más aún. "La pesca de Argentina, Brasil y Uruguay tiene una importancia relativamente baja en el contexto de cada Estado", observan los autores. Se trata de 0,8 por ciento de la producción total de bienes de Brasil, 0,3 por ciento de Argentina y 0,1 por ciento de Uruguay, o sea que hay potencial de desarrollo.

Los investigadores sostienen que lo que hace falta es un "modelo integrado" para medir el valor de los bienes y servicios del mar, y para preservar unas 65 especies amenazadas de extinción como las tortugas marinas y un número creciente de tiburones y rayas, además de aves y mamíferos marinos expuestos a riesgos.

La Síntesis señala que los problemas "no responden a un vacío normativo sino a deficiencias en la aplicación y cumplimiento del arco jurídico vigente" y que las herramientas de conservación que aportan al uso sustentable de los recursos, "se las usa, pero en forma incipiente".

"El planeta Tierra es un gran océano moteado de algunas enormes ‘islas’ llamadas continentes", concluye el estudio para llamar la atención de la riqueza a preservar.

Los mares, compara, ocupan 70 por ciento de la superficie planetaria, y 80 por ciento en el Hemisferio Sur, pero todavía son pocos los que parecen haber advertido la magnitud de la riqueza que albergan sus aguas.

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