ÁFRICA: La UE «debe ir más allá de la ayuda al desarrollo»

«Portugal no es dueño de la estrategia de la Unión Europea (UE) para África, pero lo que sí tenemos es un afecto muy especial por ese continente y reconocemos que tenemos con su gente una relación que no existe con la de ninguna otra región del mundo», señaló el vicecanciller João Gomes Cravinho.

Desde su cargo de secretario de Estado de Relaciones Exteriores y Cooperación de Portugal, Gomes Cravinho es uno de los principales arquitectos de la UE en el nuevo tipo de vínculos de este bloque con la Unión Africana (UA), según los lineamientos propuestos en la Cumbre de Lisboa de diciembre de 2007.

En entrevista con IPS, el funcionario hizo un balance del año que ha pasado desde que 53 líderes africanos y 27 europeos se reunieron en la capital portuguesa para diseñar el nuevo escenario de las relaciones mutuas y, a la vez, respondió a preguntas referidas al papel de la mujer en las operaciones de paz y en la seguridad.

Portugal no se arroga el derecho de ser el único interlocutor privilegiando con África, donde se instaló en 1415 y se retiró en 1975, pero "somos uno de los países que sabe construir puentes con los africanos en relación a sus varias preocupaciones".

IPS: Tras un año de iniciarse la nueva relación entre la UE y la UA, ¿cuál es su evaluación?

JOÃO GOMES CRAVINHO: Doce meses es un período muy corto para hacer un balance. Por la naturaleza de lo que se intenta hacer a largo plazo, es prematuro. Pese a que somos muy desiguales en muchas cosas, hay algo que es igual en la UE y la UA: se debe cumplir con nuestra responsabilidad en relación a las personas que gobernamos.
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IPS: ¿En qué sentido?

JGC: En el que todos los gobiernos son responsables ante los gobernados. Esa responsabilidad, que no estaba presente en la lógica de la cooperación para el desarrollo, es muy importante que haya aparecido.

En la Cumbre de Lisboa se decidió construir cuatro pilares: buena gobernación, desarrollo, paz y seguridad y comercio, e integración regional. O sea, ir más allá del desarrollo, de la relación donante-beneficiario, pasando a un vínculo político en el que todos asumamos nuestras responsabilidades.

IPS: En lo concreto, existirán aspectos para destacar…

JGM: Sí. Estamos estableciendo nuevos progresos en las relaciones y diálogo con África y es una gran satisfacción para Portugal el que haya sido en Lisboa (el 9 de diciembre de 2007) que logramos interpretar lo que es el espíritu de los tiempos en la relación entre los dos continentes. Sólo pasaron 12 meses, o sea estamos en una etapa muy precoz.

Pero hemos logrado establecer un diálogo intenso y amplio, que corresponde a las necesidades de las dos partes.

En ese tema, entre los dos continentes hemos logrado desarrollar alguna capacidad de respuesta que supera el dominio de la gestión nacional o regional.

IPS: ¿Concretamente?

JGC: El ambiente es un excelente ejemplo. Es importante que logremos desarrollar alguna capacidad de respuesta respecto de problemas que van más allá de los dos continentes. África es el más vulnerable a las alteraciones climáticas, es el que menos contribuye a la polución, pero es el más afectado y está excluido de los mecanismos de desarrollo limpio.

La UE pretende que África tenga una voz en la próxima reunión sobre cambio climático dentro, a realizarse dentro de un año en Copenhague.

Otro ejemplo es si vemos lo que ocurre con la actual crisis financiera internacional. ¿Dónde está África?. No está, pese a que es un continente extremamente vulnerable en cuanto a las consecuencias de la crisis.

Más allá de la temas como energía y ambiente, estamos promoviendo la cooperación con África en asuntos tan sensibles como paz y seguridad. Están ocurriendo cosas que tal vez no son tan visible, pero si importantes, tales como la armonización de los mecanismo de formación de las Fuerzas Armadas africanas para misiones de paz.

IPS: ¿Existen también esfuerzos para comprometer a las poblaciones, en sus diversas organizaciones, y no sólo a los gobiernos?

JGC: Aparte de las instituciones oficiales, la idea es incluir todas las riquezas de nuestras sociedades civiles, desde los parlamentos al empresariado y las universidades hasta las fundaciones y las organizaciones no gubernamentales que trabajan en el terreno. O sea, sobrepasar la acción puramente intergubernamental.

Es necesario realizar reflexiones, crear globos de ensayo, experimentar ideas. Necesitamos este tipo de iniciativas.

IPS: En este año pasado desde la Cumbre, ¿se registraron progresos en este campo? ¿Cuáles son los problemas para desarrollar una estrategia conjunta UA-UE que identificaría como los más acuciantes?

JGC: Los principales problemas resultan de que el continente africano está mal equipado para enfrentar la globalización, al contrario de Europa, donde a lo largo de varias décadas hemos creado organismos de coordinación extremamente intensos y formalizados.

Cuando algo internacionalmente importante ocurre, la primera cosa que hacen los gobernantes europeos es coordinar entre ellos. Pero en África no existe nada similar. La UE tiene como contrapartida para la cooperación a la UA, pero no hay en ese continente el mismo espíritu de trabajo en el ámbito de una institución supranacional.

Este es un problema complicado, porque al no tener ellos el mismo tipo de hábito de compartir soberanía, la capacidad de interlocución del lado africano es reducida. Al decir esto, sólo digo que África está mal equipada para enfrentar la globalización y lo que estamos haciendo es dar nuestra contribución para que esa región esté un poco mejor preparada.

IPS: La soberanía nacional parece ser un concepto muy querido por los africanos…

JGC: Hay que considerar que nosotros en la UE tenemos décadas de existencia, y la UA sólo tiene siete años.

La Organización de la Unidad Africana (OUA), que precedió a la UA de 1963 a 2002, no contribuyó en nada a la gestación de una idea de intereses comunes y, por otro lado, esos países son independientes hace pocas décadas, lo cual hace que tengan una idea muy diferente de la UE en cuanto a compartir soberanía.

En todo caso, la UA consiguió en este corto lapso más avances en este campo que la OUA en 37 años, pero este es un proceso que tomará mucho tiempo. El caso de Zimbabwe es demostrativo de la fragilidad de las instituciones africanas y las consecuencias están a la vista.

IPS: Para muchos africanos, el estigma de los casi seis siglos de dominio europeo continúa siendo un argumento para explicar muchos problemas…

JGC: La obsesión por la herencia colonial, en especial en Zimbawe, es una profunda distorsión de la realidad. Todos los países tienen décadas pasadas después de la descolonización. Frente a los problemas, no se puede apuntar siempre el dedo hacia fuera.

Por otro lado, el paternalismo estaba siempre implícito en la relación donante-beneficiarios, pero es inapropiado para los vínculos entre las partes en el siglo XXI.

IPS: En otro orden de cosas, usted se ha destacado por su preocupación en el tema de la igualdad de géneros, en especial respecto de la participación de mujeres en seguridad, defensa y misiones de paz, algo especialmente importante en África…

JGC: A pesar de algunos progresos registrados en los últimos años respecto de la participación de mujeres en el ejercicio de cargos públicos de relevo, como los casos de Finlandia, Liberia, Chile y Argentina, a modo de ejemplo, estos avances continúan representando la excepción y no la regla.

En el ámbito de la defensa y seguridad es de suma importancia el papel de las mujeres en la prevención y resolución de conflictos y en la construcción de la paz. Es absolutamente necesaria la participación de las mujeres en las esferas de las negociación y comprender los varios papeles sociales que las mujeres han desempeñado en situaciones de conflicto y post-conflicto.

IPS: En otras palabras, las mujeres, que representan la mayoría de las víctimas de los conflictos, ¿deberán convertirse en parte de su solución?

JGC: En efecto. Como víctimas de los conflictos armados, la realidad de la mujer es elevada a una dimensión atroz, con la práctica generalizada del uso de la violencia sexual como arma de guerra. Tenemos el conflicto de (la República Democrática del) Congo a nuestra vista.

Es crucial darle lugar a las mujeres en las negociaciones, formales e informales, que conduzcan a la paz, para que exista también una perspectiva de género en los procesos y en las políticas concretas.

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