Medios de comunicación de Sri Lanka, cuya cobertura de la guerra contra los rebeldes tamiles en el norte ya estaba restringida, ahora desafían nuevos controles a las transmisiones televisivas.
Las nuevas reglas, anunciadas el 27 de octubre, también fiscalizan los contenidos del Servicio de Mensajes Multimedios (MMS, por sus siglas en inglés), una forma de difusión de noticias que rápidamente cobra popularidad.
El fin de semana pasado, los periódicos también informaron sobre planes del gobierno para crear normas similares para las transmisiones radiales.
"Es censura, sin dudas", afirmó Sunanda Deshapriya, portavoz del Movimiento Medios Libres de Sri Lanka (FMM), la más vibrantes de varias asociaciones que representan a periodistas, editores y comunicadores del sector privado.
Deshapriya dijo a IPS que las organizaciones de medios y de la sociedad civil planean desafiar las regulaciones en la Suprema Corte antes del 10 de este mes, plazo para las objeciones antes de que las normas entren en vigor.
"Éstas son reglas draconianas y represivas nunca antes aplicadas en Sri Lanka", sostuvo otro periodista que pidió no ser identificado.
"Con cualquier excusa (las autoridades) pueden cancelar la licencia, (igual que) si un elemento noticioso es visto como desfavorable al gobierno", agregó.
Las nuevas normas confieren al ministro de Medios, como regulador, poderes para cancelar licencias si el contenido va en "detrimento de los intereses de una seguridad nacional; incita un colapso del orden público; incita el odio étnico, religioso o cultural; es moralmente ofensivo o indecente, o (va en detrimento de) los derechos y privilegios de los niños", entre otras restricciones.
En una declaración escrita, el FMM dijo que las "Regulaciones de Estaciones de Transmisiones Televisivas Privadas" buscaban controlar las nuevas tecnologías y prohibir que extranjeros operen canales. Los miembros de partidos políticos no pueden solicitar licencias y la validez de todas éstas se limitan a un año.
El FMM señaló que las nuevas normas pueden ser usadas por motivos que van más allá de una regulación razonable.
"Desde nuestro punto de vista, estas nuevas regulaciones están mal concebidas, dado que permiten la interferencia gubernamental en la libertad de expresión y la independencia de los medios", señaló un representante.
El líder de la oposición, Ranil Wickremasinghe, argumentó en una conferencia de prensa realizada el 31 de octubre que el gobierno estaba intentando intensificar las condiciones para la emisión de licencias de transmisión, ya que no puede controlar los programas políticos en vivo ni los que informan sobre noticias.
"Todos estos intentos buscan establecer el control de la compañía de la familia (del presidente Mahinda) Rajapakse. De hecho, hoy el país está bajo el dominio de una familia que restringe severamente todos los derechos democráticos. Esta gaceta extraordinaria fue emitida como parte de ese intento", aseguró.
Analistas políticos señalan que Rajapakse y sus poderosos hermanos —Chamal (ministro de Puertos y Aviación), Basil (alto consejero del presidente y parlamentario) y Gotabaya (secretario de Defensa)—, junto con un puñado de asociados, entre ellos el comandante del ejército Sarath Fonseka, forman un conciliábulo que administra al país.
El gobierno ha defendido las nuevas regulaciones. El ministro de Medios, Anura Priyadharshana Yapa, dijo que era necesario generar uniformidad en el terreno de los medios electrónicos, de rápido crecimiento.
"Las mismas reglas deben aplicarse a todos los canales de televisión, y estas regulaciones fueron introducidas con este propósito", expresó.
Según las regulaciones anteriores, los canales televisivos y las estaciones radiales recibieron licencias "temporarias", sin un periodo de operaciones especificado. En los últimos años, se implementaron esfuerzos para estandarizar regulaciones, tanto de medios electrónicos privados como gubernamentales.
Las nuevas pautas también buscan restringir severamente la diseminación de noticias a través de Internet, particularmente blogs de ciudadanos.
El gobierno ya controla información sobre la guerra civil en la que el ejército srilankés combate a los rebeldes tamiles separatistas en el norte de la isla. En las últimas semanas, sólo la televisión estatal estuvo informando desde el frente.
Las fuerzas del gobierno están a una asombrosa distancia del septentrional pueblo de Kilinochchi, último bastión de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE), pero quedó empantanado por la dura resistencia y las fuertes lluvias monzónicas.
Desde que Rajapakse fue electo presidente en noviembre de 2005, por lo menos 15 periodistas fueron asesinados, algunos presuntamente por parte de grupos de vigilantes. Otros varios fueron citados por agencias estatales. Los Tigres también fueron acusados de acoso y de intentos de controlar o intimidar a periodistas en las áreas que controlan.
En el último Índice Mundial de Libertad de Prensa, publicado por Reporteros Sin Fronteras, Sri Lanka cayó al puesto más bajo de cualquier país democrático.
Otro político de la oposición, Mangala Samaraweera, poderoso en el partido de Rajapakse antes de que éste se convirtiera en presidente, dijo que el jerarca estaba actuando "como Adolf Hitler en una furia dictatorial". Se pidió a por lo menos un canal de televisión que presentara su contenido noticioso al gobierno, como medida precursora de la implementación de estas regulaciones.
Deshapriya, del FMM, dijo que el gobierno debería haber designado a una autoridad independiente como reguladora, en vez de al ministro.
Un equipo de medios internacionales, que entre el 25 y el 29 de octubre llevó a cabo una misión investigadora en Sri Lanka, dijo deplorar las nuevas regulaciones y cualquier esfuerzo por imponer una restricción previa o una censura directa sobre los medios.
El equipo, integrado por representantes de la Federación Internacional de Periodistas, International Media Support, el International News Safety Institute, el Instituto Internacional de la Prensa y Reporteros Sin Fronteras, dijo que constató un deterioro en la situación de la libertad de prensa desde su última visita, en junio de 2007.
"En los últimos meses, periodistas e instituciones mediáticas que buscaron informar de modo independiente sobre el conflicto en curso fueron atacados e intimidados, en un aparente esfuerzo por limitar el conocimiento público sobre la guerra y revelar sus fuentes. Esto es una violación del derecho del público a saber y de la norma aceptada de que las fuentes de los medios deberían ser protegidas", señaló.