La propuesta del gobierno de Malasia de crear un consejo que «regule» el trabajo periodístico alarmó a los profesionales del sector, quienes temen que tan sólo sea otra forma de obstaculizar su labor.
El gobierno pretende crear una nueva política y un órgano de regulación de la prensa llamado Consejo Nacional de Medios, explicó el ministro del Interior, Syed Hamid Albar, al dar la información a principios de este mes.
La propuesta está en proceso de elaboración, pero parece ser vaga.
Abogados de los derechos civiles la consideran un intento velado de controlar la prensa, más libre y fuerte tras las elecciones generales del 8 de marzo en las que la coalición gobernante, encabezada por la Organización Nacional de Malayos Unidos (ONMU), sufrió un revés sin precedentes.
Los grandes medios de comunicación, en su mayoría pertenecientes o controlados por los partidos gobernantes o personas aliadas al poder, respondieron a los cambios de la situación política con artículos críticos.
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Esa respuesta puede obedecer a un intento de mantener lectores, sobrevivir como negocio y mantener el control sobre los avisos publicitarios frente a la competencia de los sitios noticiosos de Internet, mucho más críticos y que comienzan a captar esa fuente de ingresos, tradicionalmente reservada a la prensa escrita.
"El gobierno cree que puede ejercer un mayor control sobre los contenidos periodísticos y evitar que la prensa sea crítica", señaló Yap Swee Seng, director ejecutivo de la no gubernamental Suaram.
"Los motiva el temor de perder el control", sostuvo, y añadió que los medios alternativos de Internet también pueden llegar a quedar sujetos a la normativa nuevo organismo.
El gobierno no ha especificado el objetivo del consejo, sus potestades ni qué entidades estarán a su cargo.
Ahora los medios de prensa ya no son portavoces de la coalición Barisan Nasional (Alianza Nacional) ni repiten con diligencia la versión oficial. Los cambios políticos les permitieron ser más críticos y exigen explicaciones a las autoridades.
La prensa tiene más libertad, pero las normas coercitivas siguen vigentes y, por ello, la propuesta del gobierno es "muy sospechosa", señaló el editor de un diario chino, que pidió reserva de su identidad por temor a las represalias.
"En la reunión entre la prensa y las autoridades nos opusimos totalmente a la iniciativa", apuntó, en alusión al encuentro realizado a principios de noviembre.
"Le pedimos al gobierno que revocara todas las leyes coercitivas antes de avanzar en la creación del consejo", añadió.
De acuerdo con la legislación actual, todos los medios de prensa deben tramitar un permiso por uno año, que vence de forma automática. Las autorizaciones se aprueban o se cancelan a discreción del ministro del Interior, y la justicia no puede recusar la su decisión.
Los periodistas pueden ir a la cárcel por un año por publicar información "falsa". "Es un concepto muy vago que se cierne sobre nuestras cabezas como la espada de Damocles", protestó otro editor.
"Muchas leyes coercitivas ya restringen la labor periodística así que no necesitamos ningún órgano más", señaló en su blog Wong Chun Wai, jefe de edición de The Star.
Pero de ser creado, debiera estar integrado por editores, representantes del gobierno y de organizaciones no gubernamentales. Algunos legisladores de la oposición reclamaron un "consejo de medios independiente y con capacidad" para promover una información libre y responsable que denuncie y castigue el trabajo periodístico irresponsable.
Un organismo de ese tipo podría combatir expresiones racistas y de discriminación religiosa, cada vez más empleadas en los periódicos y canales de televisión afines al gobierno.
"Hay mayor libertad, pero algunos medios abusan y propician rivalidades entre las comunidades", criticó Yap. "Es un asunto complejo que debe estudiarse mucho".
Pero otros, incluidos periodistas con blogs e incluso el ex primer ministro Mahathir Mohamed (1981-2003), él mismo un blogger, se oponen a esa idea.
Un organismo de ese tipo no debiera crearse sin consultar previamente a todos los involucrados, sostuvo Gayathry Venkiteswaran, directora ejecutiva del Centro de Periodismo Independiente.
"Primero, las autoridades tienen que revisar y eliminar las normas y los procesos que restringen la libertad de prensa y de acceso a la información", declaró. La ley de Publicaciones y Prensa Escrita, la de Secreto de Estado y la de Sedición son anticuadas y sin sentido en una sociedad democrática, afirmó.
"El gobierno debiera crear una comisión parlamentaria para estudiar el tema a fondo", sostuvo Wong Chin Huat, activista político y profesor de la Universidad de Monash.
"La comisión tendría que hacer consultas públicas y reunirse con representantes de la sociedad civil para recabar la opinión de todos los involucrados", señaló, y urgió a los periodistas a mantenerse unidos frente al nuevo mecanismo de "control".