Las dos principales corrientes políticas palestinas fueron criticadas por la suspensión a último minuto de la iniciativa de «diálogo general», promovida por Egipto, con vistas a una reconciliación nacional.
El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), que controla Gaza por las armas y se opone al secular partido Fatah que maneja la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania, hizo lo que tenía que hacer, según algunos analistas.
"No es razonable esperar que Hamás prosiga con el diálogo cuando la ANP persigue a sus seguidores en Cisjordania", dijo a IPS Magdi Hussein, secretario general del islamista Partido Laborista de Egipto, proscripto desde 2000.
La reunión programada para el 9 de este mes había sido concertada por funcionarios egipcios con una decena de facciones palestinas, incluidos Hamás y Fatah. El Cairo tenía esperanzas de iniciar un "diálogo general" que llevara a definir un futuro gobierno palestino de unidad nacional.
Desde que Hamás se arrogó por la fuerza el control de la franja de Gaza en 2007, tras ganar las elecciones legislativas de enero de 2006 sin que se le reconociera la potestad de formar gobierno, ambas facciones se enfrentan a través de con combates esporádicos y detenciones masivas de quienes se les oponen.
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Para peor, Israel y Egipto, con el visto bueno de la ANP, cerraron sus fronteras con ese territorio palestino, aislándolo del mundo y causando un desastre humanitario para sus 1,5 millones de habitantes.
En tanto Hamás promueve una política de resistencia hacia la potencia ocupante, Fatah optó por la negociación. Pero hasta ahora, las frecuentes conversaciones de paz con políticos israelíes, acordadas en la cumbre de Annapolis, organizada por Washington en noviembre de 2007, no lograron avances para la causa palestina.
El presidente de la ANP, Mahmoud Abbas, "no tiene nada para mostrar de esas negociaciones más que las promesas vacías de Israel", dijo a IPS Abdelaziz Shadi, coordinador del programa de estudios israelíes de la Universidad de El Cairo.
El presidente de la ANP "se desespera por mejorar su posición interna, que decae aun entre los propios cuadros de Fatah. Sigue negociando, en vano, con Israel, pero, aún resentido por la pérdida de Gaza, se niega a dialogar con Hamás".
La propuesta de Egipto para salir del impasse incluía la renuncia de Hamás a controlar la franja de Gaza y la apertura de los cruces fronterizos de Israel. Además promovía la formación de un gobierno de unidad, tras una reforma de los servicios de seguridad palestinos y la realización de elecciones generales anticipadas.
Pero el 8 de este mes, un día antes de la fecha prevista para la reunión, funcionarios egipcios anunciaron la postergación de la cumbre a raíz de las objeciones de último minuto esgrimidas por Hamás.
"El diálogo de reconciliación nacional se postergó por la decisión de Hamás de boicotear las conversaciones", declaró un funcionario egipcio a la prensa estatal. La cumbre "se postergó hasta una fecha aún no determinada que se anunciará luego".
Funcionarios de Fatah, que ya estaban en El Cairo para el encuentro, se apresuraron a responsabilizar a sus rivales por entorpecer una posibilidad de reconciliación. "Eso demuestra que Hamás no quiere una solución", declaró Ahmed Abdul Rahman, delegado de Fatah.
La decisión de último momento fue en respuesta a la campaña de detenciones contra partidarios de Hamás que realiza la ANP en Cisjordania, replicaron representantes del movimiento.
También acusaron a Fatah de no cumplir su promesa de liberar a medio millar de miembros de Hamás presos en ese territorio palestino, con vistas a la cumbre de El Cairo.
El movimiento de resistencia islámica no fue el único que boicoteó el encuentro. También otras facciones de la resistencia, la Yihad Islámica y el comando general del Frente Popular de Liberación Palestina, en protesta por la masiva detención de sus miembros en Cisjordania.
"Hamás le pidió a Egipto hacer algunos cambios a la propuesta y las autoridades egipcias le respondieron que lo discutiera en El Cairo", dijo a IPS Mohamad Bassyouni, ex embajador de este país en Israel y presidente del Consejo de Asuntos Árabes, de la cámara alta del parlamento.
"Pero los negociadores de Hamás prefirieron quedarse y responsabilizar a Fatah del fracaso de la cumbre por las detenciones en Cisjordania", consideró.
La conferencia se programará para cuando "Egipto juzgue que el ambiente es propicio y se terminen las represalias con ataques y detenciones", añadió.
"Egipto espera que el diálogo pueda comenzar lo antes posible", apuntó Bassyouni. "No se puede crear un Estado palestino hasta que ambas facciones no se reconcilien."
Shadi fue más directo al atribuir responsabilidades por el fracaso de la cumbre. La culpa es de Fatah y Hamás, dijo, salomónico.
"Es un gran retroceso. La posibilidad de una reconciliación es más remota que nunca", se lamentó. "Lo sucedido presagia un futuro muy peligroso que sólo agravará las luchas intestinas, para desgracia de la causa palestina".
"En vez de hablar de los miles de palestinos que languidecen en las prisiones israelíes, los dos jefes de las principales facciones discuten por los detenidos en su territorio", añadió Shadi. "La terquedad de ambas partes a la hora de hacer concesiones sólo demora la solución."
"La única forma de lograr la reconciliación es que ambas partes despierten y se den cuenta de que Israel es el enemigo común", sentenció.
Pero Hussein, del Partido Laborista, no piensa lo mismo. Para él, la decisión de Hamás de boicotear la cumbre, dadas las circunstancias, es totalmente justificada.
"La ANP sigue deteniendo y torturando a cientos de partidarios de Hamás en Cisjordania, al tiempo que clausura sus oficinas y medios de prensa", alegó. "Si el movimiento participa en la cumbre en esas circunstancias, estaría negociando desde una posición de obvia debilidad."
La prensa suele describir la ruptura entre Fatah y Hamás como una disputa interna, pero Hussein considera que se trata de la puja entre "los que resisten la ocupación y los que cooperan con ella".
"Hay una estrecha colaboración entre las autoridades de Ramalah e Israel, es evidente por las detenciones de partidarios de Hamás en Cisjordania", arguyó. "También es obvia la coordinación política, que pone al descubierto el prolongado sitio contra Gaza, que cuenta con la complicidad tácita de la ANP".
Hussein comparte las acusaciones de Hamás acerca de que Fatah está "bajo las órdenes" de Estados Unidos e Israel, que lo consideran una organización terrorista, para que no alcance un acuerdo de paz con la resistencia.
"Eso explica que las diferentes iniciativas de reconciliación, patrocinadas por diferentes países, no hayan logrado salvar las distancias", remarcó refiriéndose al Acuerdo de La Meca de 2007, la iniciativa yemení de este año y el actual intento de Egipto.
"Por desgracia, los que cooperan con la ocupación alegan que negocian con Israel en defensa de los derechos de los palestinos", añadió Hussein.
"Pero en realidad, los políticos de Ramalah responden totalmente a Israel y a Estados Unidos y son incapaces de tomar decisiones independientes", concluyó.