Activistas por los derechos femeninos notan que el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, les abre la puerta para que entren en la Casa Blanca. Y no planean quedarse en la vereda de enfrente, sino cruzar el pórtico y tomar asiento en la Sala Oval.
"Éste es el momento de terminar la revolución inconclusa", dijo Byllye Avery, fundadora de la organización no gubernamental Imperativo de Salud de las Mujeres Negras.
Las feministas tienen una larga lista de recomendaciones para Obama, que es visto como mucho más receptivo a sus reivindicaciones que su predecesor, el presidente George W. Bush.
"Es una gran oportunidad para pensar en medidas que fortalezcan nuestra agenda y que fortalezcan a las familias", dijo Andrea Batista-Schlesinger, del Instituto Drum Major para las Políticas Públicas.
Bush, quien abandonará el poder el 20 de enero, impuso políticas que, en la óptica de las activistas, socavan la calidad de vida de las mujeres dentro y fuera de Estados Unidos, que reflejan sus creencias religiosas personales y que él cree moralmente correctas.
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"Durante ocho años soportamos el yugo de un gobierno que eliminó a la ciencia en materia de salud, y que dejó de lado los valores constitucionales y los derechos humanos", dejando atrás "décadas de avances alcanzados duramente", anotó Nancy Northrup, presidenta del Centro por los Derechos Reproductivos, en una carta enviada a Obama al día siguiente de ser electo.
Bush despojó de financiamiento a cientos de clínicas del mundo, restringió los programas de educación sexual y control de la natalidad para mujeres jóvenes, asignó fondos públicos a organizaciones religiosas extremistas para que alentaran la abstinencia sexual y prácticamente interrumpió la investigación científica sobre células madre embrionarias.
"Les pedimos que trabajen hacia una nación y un mundo en el que todas las mujeres sean libres de decidir si tener o no hijos y cuándo, donde todas las mujeres tengan acceso a una atención de la salud reproductiva de buena calidad, donde todas las mujeres puedan ejercer sus opciones sin coerción o discriminación y donde puedan participar con total dignidad, como miembros iguales de la sociedad", dijo Northrup.
Los colaboradores de Obama ya dijeron que, en su primer día en la presidencia, permitirá a los científicos usar fondos federales para realizar investigaciones con células madre embrionarias, y que revocará lo que se conoce en todo el mundo como "regla de mordaza global".
Esta norma impuesta por Bush impide que cualquier clínica de salud del mundo realice abortos si recibe fondos de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), e incluso considerarlo.
Las naciones pobres dependen de ese dinero. La regla de mordaza, en vigor desde el primer día de la presidencia de Bush, el 29 de enero de 2001, no fue nada saludable, señaló el Centro para los Derechos Reproductivos.
Los abortos inseguros son la causa de 55 por ciento de las muertes de mujeres en Etiopía, debido a la falta de clínicas de salud que puedan realizar esas intervenciones, agregó la institución.
"Hay mucho que el presidente puede hacer usando su autoridad ejecutiva sin esperar una acción del Congreso legislativo", declaró a la cadena de televisión Fox John Podestá, colaborador de Obama.
"Veremos al presidente (electo) hacer eso para intentar restablecer una sensación de que el país está trabajando en nombre del bien común", agregó.
Desde la atención a la salud reproductiva de las mujeres en todo el mundo hasta el control de la natalidad y la educación, pasando por el apoyo a la atención infantil y la equidad en materia salarial, activistas de cada rincón de Estados Unidos están preparadas para plantearle a Obama sus demandas.
La Organización Nacional para las Mujeres, mayor grupo feminista de este país, facilita contactos directos de las estadounidenses con el presidente electo a través de su sitio web.
"El presidente electo Obama pregunta: '¿Por dónde deberíamos empezar?' ¡Manifiéstense y díganle!", propone el sitio de la Organización, que incluye en su programa la equidad salarial y la ampliación de programas de asistencia a las pobres.
Eleanor Smeal, presidenta de la Fundación de la Mayoría Feminista, se dirigió a las mujeres reunidas en una conferencia en Seneca Falls, Nueva York, y las urgió a "pensar en grande" sobre qué les gustaría que ocurra en los próximos cuatro años.
Lo mismo sucedió en otro foro feminista organizado en Boston por el Centro para las Palabras Nuevas. "Piensen en los próximos cuatro años. ¿Cómo sabremos que tuvimos éxito?", preguntó al auditorio Paula Rayman, economista de la Universidad de Massachusetts.
El plan de reforma sanitaria de Obama debe incluir el acceso al aborto y una completa atención a la salud reproductiva, opinó Loretta Ross, coordinadora de la organización de mujeres negras SisterSong.
"Barack (Obama) necesita saber que cuando se venden los derechos de aborto se vende a las mujeres", señaló Ross.
Mientras las mujeres progresistas celebran las posibilidades de los próximos cuatro años, las de derecha también afilan sus agendas.
"Debemos ser muy, muy conscientes de la potencial inclinación de la Corte Suprema hacia el liberalismo. Debemos ser cuidadosas cuando decidamos a quién dejamos entrar en los tribunales", dijo Diana Furchtgott-Roth, del Instituto Hudson, en una conferencia de mujeres conservadoras en Washington.
Los dirigentes católicos no perdieron tiempo: ya se comprometieron a luchar contra el derecho al aborto y el financiamiento de la investigación con células madre.
El arzobispo de Chicago, cardenal Francis George, acusó este mes a esas políticas, en una reunión de altos sacerdotes católicos estadounidenses, de ir contra el bien común.
Ambas partes están trazando claras líneas de batalla.
"Deberíamos asestarle un golpe importante a la extrema derecha. Debemos usar lo mejor posible el año próximo y el siguiente. No debemos retroceder de nuevo. Ésta es nuestra oportunidad de avanzar", sostuvo Smeal.