«Un fusil AK-47 no está hecho para un ser humano, mucho menos para un niño», afirmó Kon Kelei, quien a los cuatro o cinco años de edad —no está muy seguro— fue llevado a la fuerza a un campamento en Sudán y entrenado para el combate.
"Necesitamos concentrarnos en la rehabilitación. Eso es lo que me convirtió en lo que soy ahora y la razón de lo que estoy diciendo ahora", agregó.
Kelei y otros ex niños soldados, junto con líderes juveniles que tienen conocimiento de primera mano de zonas de conflicto, lanzaron este mes, en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, la Red Global de Jóvenes Afectados por la Guerra.
El grupo es liderado por Ismael Beah, autor del libro "Un largo camino. Memorias de un niño soldado", en el que describe sus experiencias durante los casi dos años que sirvió en el ejército de Sierra Leona, un recordatorio acerca de que no sólo los grupos insurgentes reclutan niños.
El objetivo de la red es exigir rendición de cuentas y promover la rehabilitación y empoderamiento de los jóvenes que sufrieron esa experiencia.
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"No somos idealistas. La razón por la que creemos que el cambio es posible es porque nosotros lo logramos, así que otros también pueden hacerlo", dijo Kelei.
Se estima que existen en el mundo alrededor de 250.000 niños soldados, reclutados para que actúen como combatientes, mensajeros, espías, cargadores, cocineros, presten servicios sexuales o cometan atentados suicidas.
"Desde la República Democrática de Congo a la Franja de Gaza y desde Afganistán a Somalia, muchos niños sufren las consecuencias de los conflictos", dijo Radhika Coomaraswamy, representante especial para los niños en conflictos armados del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
"La guerra viola todos los derechos de los niños. Todos tienen un papel que jugar para detener estas violaciones. No podemos permitir que la guerra continúe destruyendo la infancia", agregó.
"La capacidad de resistencia de estos niños debería darnos la fuerza para continuar movilizando a la comunidad internacional para hacer más con el objetivo de poner fin a este terrible fenómeno", señaló Coomaraswamy.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) con frecuencia entabla delicadas negociaciones con "señores de la guerra" para intentar liberar a los niños soldados sin ponerlos en riesgo.
Esta es la razón por la que la Red es muy necesaria, con subredes en el terreno en varios países que brindan información sobre las necesidades y particularidades de cada caso individual.
Parte del mandato de la red es fomentar la toma de conciencia en las comunidades locales, pero también exigir rendición de cuentas y contribuir al proceso de reconciliación en naciones envueltas en conflictos.
El propósito es enviar un claro mensaje a los grupos insurgentes y a los gobiernos para que dejen de reclutar niños, así como proveer instalaciones para la rehabilitación y elaborar planes para su reincorporación a la vida civil.
"Cuando nos libramos de la guerra, nuestras mentes están ocupadas por las armas. Cuando somos desarmados, no hay espacio para actuar como niños. Pero cuando existe una rehabilitación efectiva, uno puede continuar con su vida", dijo Kelei.
El vicedirector ejecutivo de Unicef, Saad Houry, enfatizó la importancia de la educación y las escuelas para promover la paz. "Si podemos mantener la educación durante los conflictos, sin duda podremos prevenir que muchos niños se conviertan en soldados", afirmó.
Las técnicas de los reclutadores varían, pero la mayoría recurre al miedo y el lavado de cerebro. "Sabemos lo que piensan antes de que lo digan", solían decirle líderes de los insurgentes ugandeses a Grace Akallo y otros niños forzados a combatir para ellos.
"Estaba convencida de que podían leer mi pensamiento", relató Akallo, quien fue capturada cuando tenía 14 años. "Matar o morir" era el lema que guiaba sus vidas, agregó.
Akallo también puso énfasis en la terrible posición en que se encuentran las niñas soldados. "Es una doble guerra. Son entrenadas como los niños, pero también son usadas como 'esposas' de los combatientes adultos", señaló. En muchos casos son enviadas a combatir embarazadas, dan a luz en medio de una batalla o pelean con un bebé cargado en su espalda.
El 20 de noviembre, en coincidencia con el Día Universal de los Niños, la ONU inauguró una muestra fotográfica titulada "Niños de la Guerra: Infancias Quebradas", basada en el libro "Niños Soldados", que contiene trabajos de importantes reporteros gráficos que cubrieron conflictos.