Tras recibir un duro golpe este lunes en Francia y otros antes en España, el grupo extremista vasco ETA se encuentra «más débil que nunca», según el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
El jefe de los grupos etarras encargados de cometer atentados, Miguel de Garikoitz Aspiazu Rubina, de seudónimo Txeroki, fue detenido esta madrugada en las cercanías de la localidad francesa de Lourdes, ubicada en los montes Pirineos, sobre la frontera con España.
Zapatero, presidente del gobierno y líder del Partido Socialista Obrero Español, pocas horas después compareció ante la prensa y afirmó que tras este golpe "ETA está más débil que nunca y la democracia más fuerte".
La acción de las autoridades recibió el respaldo total del líder del opositor y centroderechista Partido Popular (PP), Mariano Rajoy.
No obstante, Zapatero advirtió de que este grupo no ha perdido totalmente su posibilidad de perpetrar nuevos atentados. ETA (Euskadi ta Askatasuna, Patria Vasca y Libertad en vascuence), surgido en 1959 bajo la dictadura franquista (1939-1975), es una organización terrorista, según el gobierno y la justicia de España.
[related_articles]
Josu Erkoreka, portavoz del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que gobierna el País Vasco, coincidió con Zapatero al pedir "prudencia". "No hay que echar las campanas al vuelo", dijo, pues otras veces se consideró derrotada a ETA y luego volvió a cometer atentados explosivos.
Junto a Txeroki fue detenida otra etarra, identificada como Leire López Zurutuza. En la pequeña casa en la que estaban durmiendo, los policías franceses y los españoles, que actuaron en conjunto, secuestraron armas, explosivos y documentos falsos, así como dos computadoras con abundante información, elementos estos últimos calificados de suma importancia por ambos cuerpos de seguridad.
Fuentes del Ministerio del Interior español dijeron a IPS que los dos cuerpos policiales ya comenzaron a indagar en esos aparatos informáticos la lista de presuntos objetivos previstos por Txeroki, que llegan a "algo más de una decena", según dijeron.
Esa información no solamente contribuirá a prevenir atentados sino que también podrá llevar a la detención de otros miembros de ETA, añadió.
Txeroki, según las mismas fuentes, "tiene obsesión por cometer atentados, no piensa en política sino en cuantos muertos y destrozos puede causar". Es lo que ha demostrado desde que se incorporó a ETA en 2001, después de haberse destacado en marchas independentistas por las calles de ciudades del País Vasco, una de las 17 comunidades autónomas que integran España.
En ese mismo año en el que ingresó, Txeroki dirigió un comando y fue el autor de los disparos el 7 de noviembre contra el juez José María Lidón, quien murió en el acto. Dos años después pasó a encabezar el grupo que organiza los atentados, llegando a enfrentarse con quienes desde la dirección de ETA aceptaron negociar con el gobierno el fin de la violencia, aunque sin mucho entusiasmo.
Todo permite prever que Txeroki y López Zurutuza serán deportados de Francia a España, pero que pasará bastante tiempo para que ello se concrete.
De alguna manera lo sugirió la propia ministra de Interior de Francia, Michèle Alliot-Marie, al declarar que primero será necesario "un cierto número de operaciones" en su país y que luego los detenidos podrán ser entregados a la justicia española.
Zapatero expresó un caluroso agradecimiento al gobierno francés por la colaboración en la lucha contra ETA.
Uno de los cargos más duros que tendrá que enfrentar Txeroki ante la justicia, una vez que sea deportado a España, será el asesinato el 1 de diciembre de 2007 de Raúl Centeno y Fernando Trapero, agentes de la Guardia Civil, el militarizado cuerpo de la policía local.
Esos asesinatos, cometidos en territorio francés, le costó unas reprimendas de la dirección de ETA, que tenía decidido no cometer atentados en el vecino país del norte para asegurarse un refugio.
Según las declaraciones de dos miembros de ETA detenidos el 28 de octubre, Txeroki no solamente dirigió el atentado contra Centeno y Trapero sino que, además, fue el autor de los disparos que terminaron con su vida, informó este lunes el ministro del Interior de España, Alfredo Pérez Rubalcaba.
ETA pasa por sus peores momentos, según analistas. En las cárceles españolas se encuentran 614 de sus miembros, la mayor cantidad de presos de ese grupo en su historia. Son 161 más que en diciembre de 2006, cuando perpetró el atentado en la terminal aérea de Madrid, donde murieron dos inmigrantes ecuatorianos y se destruyó una de las cuatro playas de estacionamiento de vehículos.
Estas cifras superan a los 600 etarras que estuvieron encarcelados en los últimos años del franquismo, aunque se debe destacar que durante esa dictadura era frecuente que ciudadanos que disentían o se manifestaban contra ese régimen fueran detenidos con falsas acusaciones de ser terroristas.
José María Sagardui, es el integrante de ETA que más tiempo lleva tras las rejas. Fue enviado a la prisión en 1980 por asesinar a un policía y será dejado en libertad en 2010, tras cumplir el total de la sentencia, puesto que renunció a realizar labores en la cárcel y a estudiar, dos actividades que le hubieran permitido reducir la pena.
En España son pocos los presos que cumplen la totalidad de las penas a las que son condenados, dado que la mayoría recurren a medidas de arrepentimiento, trabajos y estudios que les permiten que sean rebajadas. Esta situación cambiará con la aprobación parlamentaria de las reformas al Código Penal, cuyo proyecto aprobó el viernes pasado el Consejo de Ministros. Entre los cambios se incluyen más de 10 medidas preventivas para los condenados, como limitar sus movimientos cuando regresen a las calles.
