ELECCIONES-EEUU: Europa aclama a Obama

«Cambio» y «esperanza», los mantra de campaña del presidente estadounidense electo Barack Obama, tuvieron un fuerte eco del otro lado del océano Atlántico. Su victoria del martes fue aplaudida por los líderes políticos europeos.

El actual presidente, George W. Bush, provocó divisiones en la Unión Europea (UE), en particular por la invasión a Iraq. En cambio, la evidente inclinación de Obama por la cooperación y el diálogo para resolver los conflictos le deparó una miríada de admiradores.

La expectativa dominante es que el próximo mandatario no desperdiciará su tiempo y atacará de inmediato los problemas más acuciantes del mundo, como el cambio climático.

Políticos y ambientalistas no pasaron por alto su compromiso con un recorte de 80 por ciento en las emisiones de gases invernadero para mediados de siglo y su anuncio de que enviará representantes a las negociaciones al respecto en Poznan, Polonia, a fines de este año.

Estos compromisos contrastan tajantemente con la política del gobierno de Bush, que retiró en sus primeras semanas en el cargo su firma del Protocolo de Kyoto de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
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El presidente de la Comisión Europea —rama ejecutiva de la UE—, José Manuel Durao Barroso, manifestó su esperanza en que se forge un "nuevo trato" entre Estados Unidos y el bloque.

La expresión no es casual: se refiere al "nuevo trato" impuesto en los años 30 por el entonces presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt para poner fin a la Gran Depresión desatada por el crac financiero de 1929.

El acuerdo sugerido por Durao Barroso incluiría aspectos como derechos humanos, comercio, ambiente, crisis financiera y lucha contra la pobreza mundial. "La actual crisis podría convertirse en una nueva oportunidad para la gobernanza global", dijo el líder portugués.

El jefe de Estado francés Nicolas Sarkozy, hoy a cargo de la presidencia rotativa semestral de la UE, mostró gran interés por la campaña de Obama. Su asesor Pierre Giacometti, incluso, pasó una semana acompañando a estrategas del Partido Demócrata en Estados Unidos.

"En momentos en que debemos afrontar juntos enormes desafíos, su consagración inspira una inmensa esperanza en Francia, en Europa y en todo el mundo", escribió Sarkozy en una carta a Obama.

"Tenemos la esperanza en un Estados Unidos abierto, fuerte y compasivo, que marque otra vez el rumbo, con sus aliados, a través de la fuerza de su ejemplo y adhiriendo a sus principios", agregó el presidente francés.

El conservador alemán Hans-Gert Pöttering, presidente del Parlamento Europeo, dijo que la victoria de Obama "demuestra una vez más la extraordinaria capacidad de renovación que ha sido con tanta frecuencia evidente en momentos difíciles de la historia de Estados Unidos".

Europarlamentarios izquierdistas reclamaron a Obama que se asegure de poner fin a las violaciones de derechos humanos cometidos en el marco de la "guerra contra el terrorismo" declarada por Bush.

En ese sentido, exigieron el cierre de la cárcel instalada en la base naval estadounidense en Guantánamo, Cuba, y garantías para que no se someta más a tortura a detenidos o secuestrados por organismos como la Agencia Central de Inteligencia (CIA).

"La victoria de Obama podría restaurar la credibilidad y la eficacia de la lucha contra el terrorismo internacional", dijo el europarlamentario socialista italiano Claudio Fava.

"Esa credibilidad murió bajo el gobierno de Bush por la ilegal, amoral y, sobre todo, innecesaria política de 'entregas extraordinarias", añadió Fava.

El mecanismo denominado "entregas extraordinarias" ("extraordinary renditions") es empleado por Estados Unidos para capturar a sospechosos de terrorismo y transferirlos, sin pasar por los tribunales, a terceros países en los que por lo general son torturados, según activistas.

"La presidencia de Obama podría iniciar una nueva era en las relaciones UE-Estados Unidos, sin arrogancia estadounidense y, al mismo tiempo, sin sumisión europea", sostuvo el europarlamentario italiano.

De todos modos, algunos analistas pronosticaron que existen fuertes posibilidades de que Obama decepcione a quienes desean en Europa un corte radical con el pasado.

Fraser Cameron, del académico Centro de Políticas Europeas con sede en Bruselas, advirtió que Obama "se reserva el derecho a tomar acciones unilaterales" en circunstancias especiales, aunque se muestre más inclinado a trabajar en el marco de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que Bush.

Como Bush legará a Obama unos cuantos problemas truculentos, como los conflictos en Iraq y la economía tambaleante, la victoria del candidato demócrata "no necesariamente conducirá a una mejora sostenida en el vínculo" entre Estados Unidos y UE, consideró Cameron en su columna para el semanario European Voice.

La mayor paradoja de la consagración del senador por Illinois, hijo de un keniata, es que deja en evidencia la falta de representación de las minorías étnicas en los niveles más altos de la política europea.

Los únicos representantes negros en el parlamento francés, por ejemplo, proceden de los territorios de ultramar. En Gran Bretaña, nunca fueron más de cinco los descendientes de africanos o asiáticos sentados en la Cámara de los Comunes, de 646 miembros.

"Es extraño el fanatismo que despierta en Europa un político negro estadounidense, pues todos nosotros sabemos que la elección de un presidente o un primer ministro negro sería impensable aquí, dejando de lado que su segundo nombre es Hussein", dijo Ian Buruma, profesor de derechos humanos en la universidad neoyorquina Bard Collage.

"La consagración de Obama demostró que en Estados Unidos pueden alcanzarse metas que son inimaginables en cualquier otro país", concluyó.

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