Una evaluación sobre el impacto de los huracanes en Cuba puso en evidencia que los riesgos de desastres aumentan por factores como construcciones en la línea costera, mal manejo de desechos o tala de mangles. El estudio realizado por técnicos de la Agencia de Medio Ambiente comenzó hace dos años, pero ahora se concentró en el «impacto cruzado» de Gustav y Ike, que azotaron territorio cubano entre el 30 de agosto y el 9 de septiembre, dijo a Tierramérica Orlando Rey, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.
El informe refleja que la acumulación de desechos es el problema que más contribuye a las inundaciones, cada vez más frecuentes en épocas lluviosas y temporadas ciclónicas.
Gustav causó pérdidas valoradas en 2.072 millones de dólares, y Ike costó 7.275 millones de dólares, según datos oficiales.