POLÍTICA-BOLIVIA: Morales marcha hacia la «refundación»

El presidente de Bolivia, Evo Morales, encabezó este lunes el inicio de una marcha que unirá en ocho días los 200 kilómetros que separan Caracollo, en el departamento de Oruro, de esta ciudad sede del gobierno, para reclamar la «refundación» del país a través de la aprobación de una nueva Constitución.

Con la experiencia de haber realizado acciones similares en el pasado, Morales se puso a la cabeza de la columna, integrada por unas 3.000 personas, entre ellas indígenas, obreros y de otros sectores sociales, para exigir al parlamento la aprobación de una ley para convocar el referendo del texto fundamental aprobado en diciembre en la Asamblea Constituyente.

En Bolivia, los sectores populares han librado batallas contra gobiernos mediante prolongadas caminatas de cientos de kilómetros.

Ahora reeditan esta práctica como demostración de fortaleza y unidad en torno al programa del gobierno izquierdista de Morales, un indígena aymara que lideró el movimiento de cultivadores de la ancestral coca, frente a la oposición de terratenientes y empresarios de los departamentos de Beni, Chuquisaca, Pando, Santa Cruz y Tarija, que pretenden alcanzar su autonomía.

"Por primera vez se reconocerá a nuestros pueblos indígenas en la Constitución", dijo Morales en un discurso previo al comienzo de la caminata, en la cual estuvo acompañado por el minero y dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB), Pedro Montes, el secretario ejecutivo de la Confederación Única de Trabajadores Campesinos, Saúl Ávalos, y el líder de los colonizadores, Fidel Surco.
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"Esta marcha no es de dolor, sino una marcha con honor y orgullo por nuestra querida patria, por la igualdad de los bolivianos y bolivianas", dijo Morales en medio de los aplausos de miles de personas, quienes portaban estandartes, banderas multicolores de la cultura aymara (whipala), pancartas con consignas a favor de la nueva Constitución e imágenes del guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara.

Morales exhortó a los parlamentarios de oposición a aprobar la convocatoria a referendo antes de la llegada de la marcha a La Paz, prevista para el 20 de este mes, para convertir la manifestación en un "acto de regocijo".

Por su parte, Ávalos advirtió que, si el debate legislativo se prolongaba más allá de esa fecha, obligaría a establecer una vigilia en torno al edificio del Congreso, ubicado en La Paz.

La marcha es la expresión de los "verdaderos bolivianos" que buscan "desarrollo y no quieren sangre", expresó Montes, el líder de la COB, quien llevaba puesto un casco de minero.

La ruptura de diálogo con los prefectos (gobernadores) de oposición, el 5 de este mes, llevó a Morales a buscar el respaldo parlamentario para lograr la convocatoria del referendo sobre la nueva Constitución, que reconoce derechos culturales y de territorio a 36 pueblos indígenas, defiende las riquezas naturales y acaba con el latifundio.

La marcha, que se desarrolla en un ambiente casi festivo y de manifestación cultural, representa una respuesta a la violencia desencadenada por sectores conservadores de los departamentos que buscan su autonomía y que terminó con la destrucción y toma de oficinas públicas y la muerte de unas 17 personas el 11 de septiembre en la población de Porvenir, en el norteño departamento de Pando.

Sombreros de lana de oveja, gorros multicolores y ponchos de la zona andina se mezclaban con la ropa ligera y sombreros de paja de los habitantes de las zonas cálidas del oriente boliviano en la carretera, una recta que atraviesa la extensa altiplanicie boliviana de ardiente asfalto, pero donde a la noche se registran temperaturas de hasta dos grados bajo cero.

Los participantes entonaban el tradicional estribillo "el pueblo unido jamás será vencido" y el recientemente adoptado "patria o muerte, venceremos".

La banda musical que Morales integró en su juventud como trompetista acompañó los primeros kilómetros de la caminata, al ritmo de marchas militares que se confundían con el sonido alegre de tarkas (flautas de madera) acompañadas de bombos y tambores.

Antes de comenzar la caminata, Morales relató que, en una de las marchas que lideró en el pasado, una anciana se le acercó para ofrecerle un billete de 10 bolivianos (1,50 dólares), que no pudo aceptar, dijo, porque provenía de "una mujer muy pobre".

Hoy esa anciana tiene un ingreso vitalicio de 26 dólares por mes, agregó en referencia al programa de asistencia social a las personas mayores de 60 años, cuya aprobación también fue obtenida a fuerza de marchas para presionar al Congreso.

Como dirigente de las seis federaciones de cultivadores de coca del Chapare, la zona tropical y central de Bolivia, Morales dirigió a sus bases en cuatro marchas, cada una de unos 400 kilómetros, para reivindicar los beneficios de la hoja de coca como planta medicinal o para su consumo como infusión.

En varias oportunidades enfrentó a la policía antidroga y al ejército, que intentaron interrumpir sus protestas por medio de la represión, pero finalmente consiguió llegar con cientos de campesinos hasta la ciudad de La Paz, donde ganó el apoyo popular que finalmente lo llevó a la presidencia de Bolivia.

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