POBREZA: América del Sur piensa y actúa a su modo

Sólo algunos países de América del Sur respondieron este año al Llamado Mundial a la Acción contra la Pobreza (GCAP), cuyo lema de campaña es «Levántate y actúa». Las organizaciones sociales vinculadas a esta red global esgrimen diversas razones para explicar su aparente apatía.

Crédito: GCAP
Crédito: GCAP
Se planificaron actividades en Argentina, Chile, Colombia y Perú, básicamente circunscritas al Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se celebra cada 17 de octubre. En Brasil, Uruguay y Venezuela no se planificaron actos.

El Llamado (GCAP, por sus siglas en inglés) es una coalición de cientos de organizaciones que surgió en el Foro Social Mundial de 2005, realizado en la sureña ciudad brasileña de Porto Alegre. Luego se asoció a la Campaña del Milenio de las Naciones Unidas.

Los países del mundo se comprometieron en 2000 a cumplir en 2015 los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que entrañan compromisos en materia de pobreza, salud, educación, igualdad de género, ambiente, desarrollo sustentable y comercio internacional.

Pero en América Latina el GCAP nunca ha logrado la repercusión de regiones como Europa y África, pese a que 35 por ciento de la población latinoamericana, 190 millones de personas, están sumidas en la pobreza, según datos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) de 2007.
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Más aún, este año la Cepal informó que el brote inflacionario provocado por la carestía de los alimentos y la energía puede haber elevado la cantidad de pobres a 200 millones de personas. Esto sin contar los efectos de la crisis financiera en curso, que impactará en el crecimiento económico, la generación de empleo y el financiamiento de programas sociales. Este año, en Argentina se programó un solo acto con periodistas para este jueves. El no gubernamental Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos (FOCO) invitó a reporteros a un desayuno para "hablar sobre el problema de la pobreza, a fin de que difundan ese material al día siguiente", explicó a IPS una de sus integrantes, Cecilia Pon.

En Chile y Perú, las actividades se centraron en la desigualdad y en la crisis financiera. La Asociación Chilena de Organismos no Gubernamentales, Acción, y el mapuche Consejo de Todas las Tierras, programaron un acto de carácter político-cultural en la capitalina Plaza de la Constitución para este viernes. Se esperaba una concurrencia de no más de 600 personas.

Además de dar a conocer públicamente sus demandas, los activistas invitaron a los candidatos a alcaldes y concejales de la Región Metropolitana de Santiago, que se medirán en los comicios del 26 de este mes, a suscribir públicamente ese petitorio.

De igual forma, entregaron una carta a la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras de Chile, exhortando a sus miembros a actuar con responsabilidad. Les piden frenar la entrega indiscriminada de créditos de consumo y cumplir los llamados "Principios de Ecuador", firmados recientemente por el sector.

En Perú, el miércoles se efectuó un foro público donde se analizó la forma en que el recorte presupuestal ejecutado en los municipios, como medida preventiva ante la crisis internacional, afectará la seguridad alimentaria de los más pobres.

Este jueves, se manifestó la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas, se inició una feria de agrodiversidad y comercio justo y se presentó el libro "La política de deuda en el Perú", que aborda los retos de la crisis financiera ante las desigualdades del país.

Este viernes se desarrollará una mesa redonda con especialistas y organizaciones sociales sobre la lucha contra la pobreza y el contexto internacional.

"Lo que deben garantizar los gobiernos es que la crisis no afecte la inversión social. Los presupuestos destinados a salud, vivienda y educación y los diversos programas de ayuda no deben ser recortados como sucede actualmente", señaló a IPS el economista Héctor Béjar, coordinador del GCAP-Perú, principal orador de la mesa redonda.

En Colombia, se programaron acciones educativas y culturales en colegios públicos y privados, como charlas de maestros, conciertos de música rock y obras de títeres, con mensajes dirigidos hacia el problema de la pobreza y la crisis alimentaria.

También se aprovechó una actividad popular que se realiza todas las semanas en una calle de Bogotá para sumar a la ciudadanía en la reflexión. La coalición organizadora contó con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Tanto en Brasil como en Uruguay la falta de financiamiento fue la razón esgrimida para justificar la ausencia de manifestaciones. Los donantes de los proyectos brasileños aprobaron recursos "hace dos semanas", sin posibilidad de liberarlos antes del 17, explicó a IPS Jair Barbosa, asesor de comunicación del no gubernamental Instituto de Estudios Socioeconómicos, con sede en Brasilia, que ejerce la secretaría del GCAP en ese país.

No obstante, Barbosa reconoce que en Brasil siempre ha habido escasa movilización en torno al GCAP por "resistencias" de las propias organizaciones, que consideran que ya están combatiendo la pobreza en sus actividades cotidianas, tanto defendiendo los derechos de las mujeres y de los negros como luchando por ciertas políticas públicas.

Ante esto, la apuesta de Brasil fue asociar la campaña a otras organizaciones y redes afines y sumarse a sus acciones, como una marcha dedicada a Zumbi dos Palmares, héroe del movimiento afrodescendiente, el 20 de Noviembre, Día Nacional de la Conciencia Negra.

En Uruguay, las actividades también han sido siempre aisladas. En 2006 y 2007 la única organización que se movilizó fue la no gubernamental Comisión Nacional de Seguimiento: Mujeres por Democracia, Equidad y Ciudadanía (CNS Mujeres), coalición que este año "no contaba con fondos específicos para la campaña", se informó. En Venezuela no hubo manifestaciones asociadas al GCAP. "Es un tema organizativo y de cómo se centra la agenda de las organizaciones no gubernamentales y los movimientos sociales en el país", señaló a IPS Marino Alvarado, coordinador de la no gubernamental humanitaria Provea.

La fría respuesta de América Latina se explica por la identificación del GCAP con los ODM, aseguró a IPS Álvaro Ramis, presidente de la chilena Acción.

La primera de las ocho metas del mileno propone reducir a la mitad la proporción de pobres e indigentes en 2015, tomando como referencia los indicadores de 1990.

"Los ODM se han transformado en una agenda que no representa necesariamente la visión de las organizaciones latinoamericanas", sostuvo Ramis. A su juicio, son "menos ambiciosos" que las aspiraciones de cambio de la región.

Para el activista, las organizaciones del Norte vinculadas al GCAP postulan una solución "asistencialista" al problema de la pobreza, mientras que las de la región buscan cambiar los modelos de desarrollo, superar las desigualdades sociales, acabar con la dependencia comercial de los países y transformar las instituciones financieras internacionales.

En este marco, las organizaciones de la región estarían más preocupadas de las profundas reformas que se están llevando a cabo en algunos de sus países, por ejemplo, en el plano constitucional.

"Hemos tratado de impulsar estos debates en el consejo global del GCAP, pero todavía de manera insuficiente. Sin embargo, creemos que es posible hacer alianzas interregionales. En la última reunión tuvimos mucha afinidad con la posición asiática, de India, de Indonesia, no así con África", indicó Ramis.

Para el experto de la Cepal, Juan Carlos Feres, lo propuesto por Ramis equivale a una mirada superficial de los ODM, según dijo a IPS.

Feres recordó que a los países de la región no les ha sido fácil cumplir todos los ODM, aunque éstos parezcan "poco ambiciosos". También sostuvo que las metas del milenio "no se consiguen por mera administración, sino que demandan transformaciones profundas" en el orden político, económico, social y cultural de los países. "Detrás de los ODM no hay ingenuidad", dijo.

En abril de 2009, la chilena Acción asumirá la secretaría latinoamericana del GCAP, que ahora está en manos de organizaciones de El Salvador. Desde ese puesto, se pretende ampliar la mirada del movimiento, concluyó Ramis.

* Con aportes de Marcela Valente (Buenos Aires), Mario Osava (Río de Janeiro), Milagros Salazar (Lima), Helda Martínez (Bogotá), Raúl Pierri (Montevideo), Humberto Márquez (Caracas).

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