La economía estadounidense se enlentece y Wall Street parece agonizar. Como consecuencia, crece sin parar la actividad en centros de atención a personas sin hogar y hambrientas, como el comedor Holy Apostles, de la iglesia homónima del barrio neoyorquino de Chelsea, en Manhattan.
Basta con preguntarle a Ishmael, un hombre joven que se alimenta en Holy Apostles (Santos Apóstoles) desde hace unos tres meses. "Vine aquí para ahorrar dinero. Tengo un nuevo trabajo, pero todavía no puedo comprar comida todos los días", explicó a IPS.
Ishmael vive en un refugio para personas sin hogar porque alquilar un departamento está más allá de sus posibilidades. Tal vez esto no resulta sorprendente en un lugar que ostenta los costos más elevados de vivienda en Estados Unidos, con un alquiler promedio de 2.400 dólares mensuales, según datos de la firma de bienes raíces Reis Client Services.
En toda la ciudad, los servicios sociales de Nueva York enfrentan problemas. Mientras las dificultades de la economía estadounidense empuja a cada vez más personas a buscar ayuda en comedores populares o refugios, preocupa a los activistas humanitarios que se agoten simultáneamente las donaciones privadas de las que dependen.
La reverenda Elizabeth Maxwell, directora ejecutiva del comedor Holy Apostles, creado en octubre de 1982, no está segura de cómo enfrentará la iglesia un inevitable aumento de la concurrencia a este centro en los meses y años venideros.
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"Esto viene de ambos lados: la demanda está creciendo, la necesidad también y, al mismo tiempo, los recursos se reducen. Debido a la crisis financiera, especialmente en una Nueva York con su destino tan vinculado al de Wall Street, el gobierno local va a hacer recortes, y el gobierno estadual ya los ha hecho", señaló.
Maxwell indicó que el comedor Holy Apostles ya experimentó "un incremento masivo el año pasado".
"En julio servimos más porciones de comidas que en cualquier mes de nuestra historia, al llegar a un promedio de 1.353 cada día y en agosto la media fue más alta aun.
El analista político Patrick Markee, de la Coalition for the Homeless ("coalición para los sin hogar", CFTH por sus siglas en inglés), dijo a IPS que la cantidad de familias sin techo en Nueva York ahora ha alcanzado "un récord histórico" de aproximadamente 9.000.
Sobrevivir en Nueva York sin un salario decente puede ser una tarea casi imposible. Muchos adultos en los refugios comparten la situación de Ishmael: tienen trabajo, pero todavía no pueden pagarse una vivienda, señaló la CFTH.
Según la encuesta sobre hogares vacíos de la estatal Buró de Censo, uno de cada cuatro neoyorquinos gastaba en 2005 la mitad de sus ingresos solamente en alquiler, dejando poco para cubrir otras necesidades.
"Muchas personas en Nueva York han elegido entre comprar alimentos y pagar el alquiler o la atención médica", dijo a IPS la reverenda Maxwell.
Uno de cada cinco adultos y uno de cada cuatro niños en Nueva York viven bajo la línea de pobreza, que es de 17.600 dólares anuales por cada familia de tres integrantes. Esto equivale a aproximadamente dos millones de pobres, explicó Markee a IPS.
En diálogo con IPS, muchas personas sin hogar expresaron su indignación hacia el gobierno. "Este país está patas arriba. La situación empeora para los individuos en apuros y sólo mejora para quienes tienen dinero. Se este a punto de colapsar y yo creo que pronto habrá una revuelta", exclamó un hombre que se identificó como Robert.
Edward, de 55 años, quedó sin hogar cuando su padre falleció sin dejar testamento. Dos hospitalizaciones lo dejaron con una deuda de 3.600 dólares. El gobierno federal le envía un cheque por unos 150 dólares mensuales que puede usar para comprar alimentos, pero eso no es suficiente, dijo.
Como Holy Apostles, muchos de los 1.200 comedores populares existentes en la ciudad obtienen la mayor parte de su financiamiento de particulares y fundaciones empresariales, con apenas un pequeño porcentaje aportado por el gobierno.
"Estamos muy preocupados, porque la capacidad de la gente de dar será muy impactada por la crisis financiera", dijo a IPS la reverenda Maxwell.
"Muchas de las fundaciones de las que obtenemos dinero ciertamente tienen muchas de sus acciones en el mercado de valores", señaló Mark Walter, asistente de desarrollo de Holy Apostles.
"Así que no sabemos qué es lo que se viene. El estado de Nueva York acaba de recortar 16 por ciento su financiamiento para programas de alivio del hambre y anunció que reduciría seis por ciento adicional los fondos que todavía no fueron gastados", agregó.
La Coalition for the Homeless también recauda 60 por ciento de sus fondos de fuentes privadas, dijo Patrick Markee a IPS.
"Definitivamente estamos preocupados por una reducción de las contribuciones con la crisis financiera", sostuvo, añadiendo que la coalición dependerá fuertemente de las donaciones debido al aumento de la necesidad.
Es que el financiamiento ya fue reducido. "Estamos esperando lo mejor y haciendo planes para lo peor", concluyó Markee.
En todo el país, las organizaciones de defensa de los sin techo registran el aumento más visible de los campamentos de personas sin hogar en una generación.
"La economía está en caos, atravesamos una recesión no oficial y los estadounidenses están preocupados por su futuro, desde los sin hogar hasta la clase media", señaló en una declaración escrita Michael Stoops, director ejecutivo en funciones de la CFTH.
El gobierno de la ciudad de Nueva York pronto puede ser forzado a recurrir a la medida de emergencia adoptada por las autoridades de Reno, en el occidental estado de Nevada, donde se erigió una ciudad de tiendas de campaña para albergar a quienes se han caído a través de rajaduras económicas cada vez más amplias.
