Campesinos de la septentrional provincia argentina de Santiago del Estero intentan, con la publicación de un periódico, sortear el cerco invisible que les impide difundir los constantes atropellos por parte de terratenientes, policías y guardias privados para avanzar sobre las parcelas que ocupan.
El Ashpulitu, que significa "lleno de tierra" en lengua quechua, agotó este mes su primera tirada de 4.000 ejemplares, con informaciones de interés local como la lucha contra la escasez de agua, denuncian e informes sobre violentos desalojos de tierras y detenciones arbitrarias.
Santiago del Estero tiene unos 800.000 habitantes, 34 por ciento de las cuales viven en el campo. Todo el territorio del distrito está dentro de la zona conocida como Gran Chaco Sudamericano, de bosque subtropical, que incluye parte de Argentina, Bolivia y Paraguay.
Bajo la dirección del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase), una organización de casi 9.000 familias que trabaja para defender la posesión de la tierra para quienes la ocupan desde hace más de 20 años, el periódico se hizo realidad en el marco del programa denominado "Contalo vos", del Ministerio de Desarrollo Social.
La iniciativa ayuda a organizaciones comunitarias con logística y materiales -no con dinero— a fin de promover el desarrollo de sus propios medios de comunicación.
"Acá (en el campo, en Santiago del Estero) mucha gente vive sin luz y por lo tanto sin televisión ni Internet y no sabe del impacto que tiene en otros sitios lo que a ellos les sucede", explicó a IPS Diana Gagliano, integrante del Mocase y directora de El Ashpulitu, que procura salir con una frecuencia bimestral.
El periódico expone los padecimientos de las comunidades amenazadas por la expansión del monocultivo. Según datos oficiales, entre 2002 y 2006, en Santiago del Estero se deforestaron más de 500.000 hectáreas para sembrar soja, el principal cultivo de exportación.
Pero ese avance, además de arrasar con la biodiversidad natural, arremete contra los campesinos que viven y trabajan las tierras desde hace varias generaciones.
En Argentina rige la ley de Prescripción Veinteañal, por la cual los ocupantes de tierras pueden reclamar su propiedad cuando hayan ejercido una posesión pacífica y continua de las mismas por más de 20 años.
Según el Centro de Estudios Legales y Sociales, una organización humanitaria que trabaja en todo el país y es especializadas en asuntos legales, 73 por ciento de familias campesinas santiaguinas son "poseedoras veinteañales".
El Mocase los agrupa, los representa, y los asiste mediante juristas y expertos en derechos humanos.
El periódico, que se sumará a radios comunitarias, es un intento más de difundir las novedades entre las poblaciones y fuera de ellas a través de su versión digital. Allí se ve que la preocupación principal de los campesinos está en los abusos de policías, custodios privados, terratenientes, y hasta de los jueces.
"Todo lo que sirva para desenmascarar las cosas que pasan aquí es útil", declaró a IPS desde Santiago del Estero, Adolfo Farias, miembro del Mocase, refiriéndose al nuevo periódico. "Hay mucha censura en los medios de comunicación, los únicos que nos prestan atención son algunos medios alternativos", protestó.
"Desde hace años, pero mucho más en los últimos meses, nuestra resistencia al modelo de producción -que consiste en la extensión del monocultivo de soja— viene acompañado de represión, de 'parapoliciales', y detenciones ordenadas con la complicidad del poder político y judicial", denunció Farias.
Aludió así a policías y hombres de civil armados que irrumpen de día y de noche en las viviendas de los campesinos a golpes e insultos, lanzan acusaciones falsas en su contra y los llevan detenidos, en algunos casos durante meses. La ofensiva, dicen en el Mocase, es promovida por empresarios interesados en las tierras que ocupan.
Hubo procedimientos irregulares en setiembre en las localidades de Atamisqui, Pinto, Monte Quemado, Qumilí, Tintitna y Termas de Rio Hondo, y allí se produjeron decenas de detenciones de hombres y mujeres, destrozos en las viviendas y robo de algunas pertenencias, denuncian en el movimiento.
En diálogo con IPS, Ángel Strapazzón, lider del Mocase, aseguró que en los últimos meses "hubo un embate muy fuerte", que derivó en más de 50 detenciones arbitrarias de campesinos. Con la presión del movimiento, las protestas y denuncias, los arrestados fueron excarcelados.
No obstante, hay más de 150 personas del movimiento que tienen procesos en su contra y pedidos de captura. "El gobierno (provincial) quiere que Santiago del Estero sea la nueva pampa húmeda y producir forraje para el mundo", declaró Strapazzón, en alusión a la soja.
Este año, las asociaciones de productores de pequeña, mediana y gran escala realizaron un paro de actividades con bloqueos de rutas, que se prolongó de marzo a julio, para reclamar la baja de impuestos a la exportación de soja y otros granos. El conflicto, provocó desabastecimiento de alimentos y una fuerte crisis política.
"Después de cuatro meses de inactividad, que tuvo un fuerte respaldo de los grandes medios de comunicación, muchos empresarios aquí se sintieron victoriosos y septiembre fue un mes durísimo para los campesinos, con allanamientos, golpes y medio centenar de detenidos", dijo.
Ahora, esperan que al menos el periódico sea una vía para saltar el cerco.
+ El Ashpulitu (http://www.agenciaelnaciente.com.ar/inicio/)