El pedido de moratoria universal a la ejecución de condenas a muerte elevado por la Asamblea General de la ONU es un hito fundamental hacia la abolición mundial de la pena capital. Pero ese objetivo final podría demorarse a menos que ese órgano avance.
Para fortalecer políticamente la resolución de diciembre pasado "se necesitan algunos otros pasos urgentes, que pueden ser adoptados por la (presente) sesión de la Asamblea General en Nueva York", dijo Elisabetta Zamparutti, editora del informe anual sobre pena de muerte de la organización abolicionista Que Nadie Toque a Caín, con sede en Roma.
Entrevistada por IPS en vísperas del Día Mundial Contra la Pena de Muerte, que se celebra el día 10, Zamparutti, también legisladora italiana por el Partido Radical, dijo que el pedido de moratoria propició avances en todo el planeta.
Pero "el trabajo real comienza ahora, y si no queremos disipar este éxito, la sesión en Nueva York tiene que ser sustancial, más que un mero proceso formal", sostuvo esta abogada que se desempeña, además, como tesorera de Que Nadie Toque a Caín.
IPS: La Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) volverá a tratar la cuestión de la pena de muerte. Tras la moratoria, ¿qué espera usted del debate de este año?
ELISABETTA ZAMPARUTTI: Como fue explícitamente establecido en la declaración del año pasado, la resolución se integra en el orden del día de la sesión actual de la Asamblea General, a la que se le pide que simplemente reitere su apoyo a la moratoria. Esto tiene que hacerse anualmente.
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La discusión podría ser un simple proceso de procedimiento, confirmando los contenidos de la resolución de 2007. O podría ser un debate de sustancia, incluso fortaleciendo esos contenidos. Esto es lo que esperamos.
IPS: ¿Cómo podría ocurrir esto, concretamente?
EZ: De dos maneras. Lo que pedimos es que la resolución de este año incluya la eliminación del secreto de Estado que rodea a la pena de muerte. Esto significa que los países deben proporcionar al secretario general de la ONU toda la información concerniente a sus condenas a muerte y ejecuciones.
Estamos convencidos de que la falta de información disponible al público es una de las causas de un aumento en la cantidad de ejecuciones en algunos países.
El informe mundial anual de Que Nadie Toque a Caín, el cual cubre la situación de la pena de muerte en 2007 y la primera mitad de 2008, señala que 39 de los 49 países a favor de mantener la pena de muerte tienen regímenes dictatoriales, autoritarios o represivos. Veintiuno de ellos concentraron 99 por ciento de las ejecuciones en 2007.
Si a los estados que mantienen este castigo se les requiere informar sobre sus condenas y ejecuciones, naturalmente reducirán la cantidad de sentencias capitales, porque responderán no sólo a su propio público sino ante el público mundial.
Esto es algo que la Asamblea General podría pedir que se incluya en la resolución de este año.
Nuestro segundo requisito es la designación de un enviado especial del secretario general con la misión de analizar la situación de la pena de muerte en el mundo y de ayudar a los países individuales a concretar la moratoria solicitada por la ONU.
El enviado, entonces, tendría un rol muy pragmático. Su trabajo ayudaría a países que mantienen la pena capital a avanzar hacia la democracia y el respeto por las libertades políticas y civiles, no sólo hacia la abolición de la pena de muerte.
IPS: ¿Apoya el gobierno italiano sus pedidos?
EZ: El secretario general de la ONU ha reconocido abiertamente el papel destacado de Italia en el proceso abolicionista. Estamos esperando ver si el gobierno actual (de centroderecha, electo en abril) mantendrá este compromiso.
La Cámara de Diputados aprobó recientemente la ratificación del protocolo 13 de la Convención Europea para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales. Esto concierne a la abolición de la pena de muerte en todas las circunstancias.
El proyecto de ratificación, que pasó al Senado, es consistente con un dictamen judicial italiano que eliminó la pena de muerte para los delitos militares. Tras el compromiso de Italia con la resolución de la ONU sobre la moratoria, nuestro país tiene ahora la responsabilidad moral y política de fortalecer y materializar sus contenidos.
También le hemos pedido al gobierno italiano que apoye nuestras solicitudes ante la ONU, y esperamos ver una reacción concreta a esto.
IPS: La resolución del año pasado ordena al secretario general de la ONU presentar cada año un informe sobre la pena de muerte ante la Asamblea General. Su último informe muestra un avance mundial tras la aprobación de la resolución. ¿Qué piensa usted sobre esto?
EZ: El informe, esencialmente, confirma que la moratoria ha acelerado el proceso abolicionista.
Las conclusiones del estudio constatan que la adopción de una moratoria es un paso clave hacia la abolición legal definitiva de las ejecuciones de Estado. La ONU confirmó esencialmente la tendencia mundial hacia la abolición, corroborada en nuestro informe de este año.
La resolución de la Asamblea General no tiene carácter obligatorio, pues ese órgano no puede imponer una moratoria a los estados. Pero la cantidad de países que han adoptado una moratoria realmente está creciendo. Y el informe del secretario general confirma este avance.
IPS: Tras la resolución, ¿es de algún modo diferente el ambiente del Día Mundial Contra la Pena de Muerte este año?
EZ: La jornada es oportuna para determinar qué cambió en un año, y qué falta hacer todavía.
Sí, este año sentimos una responsabilidad mayor porque la aprobación de la moratoria a las ejecuciones no ha finalizado la lucha. Sentimos que hemos firmado un contrato con la ONU, y ahora tenemos que aplicar sus términos. Y ésta es la parte más dura del trabajo.