IBEROAMÉRICA: Cumbre opacada por ausencias

La XVIII Cumbre Iberoamericana, que se celebra en la capital salvadoreña, es pautada por las deserciones de varios mandatarios, algunos representados por funcionarios de tercer rango, y por la llegada tardía de otros, quienes prácticamente permanecerán por unas pocas horas.

El encuentro de jefes de gobierno y de Estado de Andorra, España, Portugal y de 19 países de América Latina, abierto en la noche del miércoles y que finalizará este viernes, tiene como lema "Juventud y desarrollo".

Sin embargo y pese a que se recalcó en el acto inaugural, que comenzó con 45 minutos de retraso, esta premisa puede ser minimizada por las discusiones sobre la crisis económico-financiera mundial nacida en Estados Unidos, aludida en casi todas las declaraciones de las delegaciones visitantes y que provocará polémicas a la hora de redactar la declaración final.

Los tópicos que trata la cumbre, según los documentos oficiales, son el empleo digno, la educación, valores, salud, sano esparcimiento y recreación para la juventud.

En su mensaje de apertura, el presidente de El Salvador, el derechista Antonio Saca, dijo que las juventudes iberoamericanas más que declaraciones colmadas de "buenos deseos" esperan "resultados concretos" para atender sus reclamos y conquistar sus metas.

"Creo en el potencial creativo de nuestros jóvenes" y para ello es "de prioritaria importancia el impulso de programas para mantener a la juventud lejos de las drogas, la violencia organizada y los vicios", expresó Saca.

Observador advirtieron que este discurso se contradice con la renuencia de Saca a firmar la Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes, debido a supuestas presiones del sector más conservador de la Iglesia Católica.

Los gobernantes de los 22 países miembro de la Comunidad Iberoamericana estaban invitados a esta edición de la cumbre anual, que se desarrolla en el Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO), fuertemente custodiado por cientos de soldados y policías.

Pero a la ausencia confirmada con varios días de anticipación por el presidente venezolano Hugo Chávez —el fin de semana pasado aseguró que la razón era que no se le "garantizaba su seguridad"— le siguieron las de sus pares Tabaré Vásquez, de Uruguay, Raúl Castro, de Cuba, y Aníbal Cavaco Silva, de Portugal.

La justificación de Chávez sobre la preparación de un presunto atentado contra su vida, a todo esto, molestó a las autoridades anfitrionas, participantes y a medios de comunicación locales conservadores, que la califican de poco "creíble".

Otros mandatarios les restaron horas a su presencia en El Salvador. Es el caso de Manuel Zelaya, de Honduras, que se incorporó prácticamente al final de la sesión de apertura de la cumbre, mientras que Evo Morales, de Bolivia, Cristina Fernández, de Argentina, y Luiz Inácio Lula da Silva, arribaron cuando ya había finalizado.

Además, Lula tiene programado marcharse rumbo a Cuba después de posar para la fotografía oficial.

En contrapartida a la no adhesión de El Salvador a la convención de los jóvenes, la canciller de este país, Marisol Argueta, dijo que se validarán "todos los documentos que se van a presentar a los presidentes".

"Tenemos el compromiso (de impulsar) proyectos específicos de acción para pasar ya a acciones concretas que puedan colaborar en este interés de dar respuesta a los jóvenes", añadió.

En la inauguración, el secretario general iberoamericano, el hispano-uruguayo Enrique Iglesias, dijo que, si bien la juventud de hoy es la "mejor preparada y mejor comunicada de la historia de la región", esos logros únicamente alcanzan a una "minoría" de ellos. Junto a esos afortunados está la juventud "sumergida en la pobreza, ignorancia, desarraigo familiar y la miseria de los barrios marginales (…), y esos son la mayoría".

Menos de 50 por ciento de los 110 millones de jóvenes de la región tienen ocupación, de los cuales sólo 17 por ciento tienen trabajos formales, subrayó Iglesias.

Por su parte, en un vídeo discurso, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, exhortó a todos los países que no han firmado o ratificado la Convención de los jóvenes a hacerlo. En tanto, al menos 100 jóvenes miembros de organizaciones sociales centroamericanas, Argentina y España participan en la denominada Cumbre de Juventud Popular, que realizan en la estatal Universidad de El Salvador para discutir sus problemáticas, mientras preparan una marcha para este viernes, que intentará llegar hasta el sitio de la cumbre para presentar sus resoluciones.

Agrupaciones de mujeres también se manifestarán en demanda de la firma de la Convención y en rechazo a la presencia en el país del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, enfrentado con las organizaciones feministas de su país.

"Yo no creo que se cumplan lo que prometen en esas cumbres", dijo a IPS Wendy Miranda, una empleada de un supermercado ubicado en las cercanías del sitio del cónclave, en el que participan unas 6.000 personas y es cubierto por unos 800 periodistas locales y extranjeros.

Lo que se debe de hacer "es sacar a los jóvenes de las cárceles y llevarlos a los centros educativos, que es donde ellos pertenecen", dijo uno de los participantes de la Cumbre.

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