ELECCIONES-EEUU: El general Powell rompe filas con McCain

El anuncio del ex secretario de Estado estadounidense Colin Powell de que votará por el candidato del opositor Partido Demócrata, Barack Obama, en las elecciones presidenciales del 4 de noviembre marca la deserción más importante en el campo del oficialismo, pero no resulta totalmente inesperada.

Powell, quien se desempeñó como canciller del gobierno del presidente George W. Bush desde el comienzo de su gestión en enero de 2001 hasta noviembre de 2004 expuso varias razones para justificar por qué no apoya a su viejo amigo y candidato del oficialista Partido Republicano, John McCain, a cuya campaña había contribuido dinero durante los comicios internos en los que resultó triunfador.

Señaló que Obama, a quien calificó de "una figura transformadora", ofrecerá una muy necesaria "nueva imagen del papel de Estados Unidos en el mundo" y seguirá políticas de acercamiento tanto con los aliados como con naciones adversarias, que han sido criticadas por McCain e ignoradas durante años por Bush.

"Creo que deberá mostrar que hay un nuevo presidente, un nuevo gobierno que busca trabajar con sus amigos y aliados y, en mi opinión, también está dispuesto a dialogar con personas con las que no tuvimos la voluntad de hacerlo antes", afirmó Powell, general retirado que fue jefe del Estado Mayor Conjunto durante la presidencia de George Bush (1989-1993), padre del actual mandatario.

"Creo firmemente que en este momento necesitamos un presidente que no se limitará a continuar, aunque con algunos cambios y una nueva cara, las políticas que se han seguido en los últimos años", agregó, cuestionando implícitamente los esfuerzos de McCain para tomar distancia de Bush y su bajísimo nivel de aprobación por parte de la ciudadanía.
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El apoyo de Powell a Obama constituye la última de una serie de defecciones de figuras del Partido Republicano, especialmente de las que integran el ala "moderada" de la agrupación.

Otra que también se volcó por el candidato demócrata fue Julie Nixon Eisenhower, hija del ex presidente Richard Nixon (1969-1974) y esposa del nieto del ex presidente Dwight Eisenhower (1953-1961).

El número de figuras prominentes del Partido Republicano que han expresado su apoyo a Obama o se distanciaron del candidato oficialista ha crecido desde que la convención nacional del partido consagró a McCain como aspirante a la presidencia en septiembre, y especialmente luego de que éste eligió a la gobernadora del nororiental estado de Alaska, Sarah Palin, como compañera de fórmula.

Sin embargo, a nivel de los votantes, según las encuestas, sólo cinco por ciento de quienes se identificaron a sí mismos como republicanos declararon que no votarían a McCain.

La semana pasada, el diario Chicago Tribune, que había apoyado a McCain durante las primarias (elecciones internas) republicanas, y que en los últimos 161 años jamás se pronunció a favor de un candidato demócrata, manifestó en un editorial su apoyo a Obama.

El diario, que también es propietario del influyente Los Angeles Times, mencionó la elección de Palin como una de las razones que lo llevó a abandonar su histórico alineamiento con los republicanos. "McCain puso a sus intereses de campaña por encima de los del país", señaló en su editorial.

La presencia de la gobernadora de Alaska en la fórmula también ha sido citada por otros influyentes republicanos como un obstáculo para apoyar al candidato del partido.

"Perdóname, papá, voy a votar por Obama", escribió en su blog Christopher Buckley, hijo del fallecido ideólogo conservador y fundador de la influyente revista National Review, William F. Buckley.

Al igual que Powell, Buckley manifestó su decepción por los ataques personales lanzados contra Obama por la campaña de McCain. "¿En qué estaba pensando?", se preguntó respecto de la elección de Palin como candidata a la vicepresidencia.

Esas tácticas de campaña "sucia", junto con la opción por Palin como compañera de fórmula, también generaron fuertes críticas de otras figuras derechistas, como el prestigioso columnista George Will y hasta de algunos neoconservadores. En una columna publicada en el diario The New York Times, David Brooks calificó a Palin y su populismo de derecha como "un cáncer del Partido Republicano".

Aunque ningún legislador del oficialismo ha expresado su apoyo al candidato opositor, dos influyentes senadores republicanos que integran la Comisión de Relaciones Exteriores, el vicepresidente Richard Lugar y Chuck Hagel, expresaron reiteradamente su coincidencia con la opinión de Obama sobre la importancia de negociar diplomáticamente con los países adversarios.

La semana pasada, Lugar elogió al candidato demócrata por "advertir correctamente la idea de que sólo se puede tratar con las naciones hostiles a través del aislamiento y la fuerza militar. En algunos casos, negarse a dialogar puede ser peligroso". Y algunos analistas consideran que Hagel podría ser considerado por Obama como posible secretario de Estado.

Otro ex general, Brent Scowcroft, quien fue Asesor de Seguridad Nacional de Bush padre y el también republicano ex presidente Gerald Ford (1974-1977) declinó apoyar a alguno de los candidatos, pero ha estado propiciando por años un diálogo sin precondiciones con Irán, una posición que McCain desestimó como "ingenua".

Aunque estas deserciones o distanciamientos del campo oficialista tienen sólo un efecto marginal en los votantes republicanos, su impacto es según analistas políticos mucho mayor entre los vitales electores independientes, que constituyen la gran mayoría del 10 por ciento de votantes que, según las encuestas, todavía permanecen indecisos.

Esto puede ser especialmente cierto en el caso de Powell, dada su experiencia en cargos de la máxima responsabilidad a nivel nacional, tanto en el campo civil como militar. "Representa un vaso de leche tibia y una galletita para aquellos que no pueden dormir pensando en la falta de experiencia de Obama", declaró al diario The New York Times el estratega republicano Alex Castellanos.

El aval de Powell a Obama puede tener un fuerte impacto en algunos estados clave sureños, como Florida, Carolina del Norte y Virginia, que tienen una gran población de miembros de las fuerzas armadas, según el analista Chris Nelson.

Bush triunfó en los tres en los comicios de 2000 y 2004, y McCain no puede darse el lujo de perder en ellos. Según las encuestas, la carrera presidencial en al menos dos de ellos es pareja, aunque con Obama al frente.

El sitio de Internet RealClearPolitics, que realiza un seguimiento de las encuestas electorales de nueve consultoras, registró este martes ventajas para Obama que van de los cuatro a los nueve puntos porcentuales a nivel nacional. En Carolina del Norte y Florida se ubican en torno a los dos puntos porcentuales, pero la diferencia es de ocho en Virginia.

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