Autoridades de México aprobaron la construcción de 62 kilómetros de una autopista en una zona boscosa vecina a la capital, pero ambientalistas preparan recursos legales y movilizaciones, alegando que acabará con una zona biodiversa y esencial en la captura de agua. «Todavía se puede detener el proyecto, es falso que hayamos perdido la batalla», dijo a Tierramérica Héctor Magallón, jefe del área de bosques de Greenpeace México.
La autopista empezará a construirse antes de finalizar este año, aseguró la Secretaría (ministerio) de Transporte del estado de México, luego de que las autoridades ambientales federales dieron luz verde al proyecto. La carretera cruzará un área conocida como Gran Bosque del Agua, que cubre 120.000 hectáreas.
Según autoridades, la impugnación de los ambientalistas parte de informaciones erradas.
