El residuo de madera ayuda a descontaminar ríos y efluentes industriales, quitándoles metales pesados como cromo y plomo, según una investigación de la Universidad de Brasilia. El proceso es sencillo y rápido, colocando el aserrín dentro de filtros o en depósitos de agua, aseguró el autor Augusto Hosanna.
La experiencia consiguió reducir 2,7 miligramos de plomo por litro de agua servida de una fábrica de baterías de automóviles y 2,06 miligramos de cromo por litro de efluente de una industria de cuero.
Los índices no son parejos. «La cantidad depende del tipo de metal y de la madera», explicó a Tierramérica Hosanna, que empleó madera ilegal confiscada y donada por autoridades ambientales.
Su técnica puede aplicarse también en la industria automovilística y de tintas, y se evaluará su eficacia a gran escala en la empresa de saneamiento de Brasilia.