La desidia a la hora de ayudar a los países pobres denota un «racismo subliminal», sostuvo Kumi Naidoo, copresidente del Llamado Mundial a la Acción Contra la Pobreza (GCAP, por sus siglas en inglés).
Desde 2005, el GCAP ha movilizado a millones de sindicalistas, activistas y ciudadanos comunes.
El año pasado, 43,7 millones de personas participaron en las actividades de la campaña que, bajo la consigna "Levántate y actúa", se celebra en todo el mundo en el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
Este año, el objetivo es que 67 millones de personas no sólo se pongan de pie, sino que también participen en numerosas acciones contra la desigualdad entre este viernes y el domingo.
IPS dialogó con Kumi Naidoo, también presidente honorario de Civicus (Alianza Mundial para la Participación Ciudadana), en Johannesburgo.
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IPS: El GCAP dice que 50.000 personas sufren cada día una muerte prevenible y evitable. ¿Qué causa estas muertes?
KUMI NAIDOO: Solamente en África, 7.000 personas mueren cada día de paludismo (malaria), 6.000 de VIH/sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y 1.500 de tuberculosis. En términos de vidas humanas, cada día equivale a cinco 11 de septiembre de 2001 (fecha de los atentados terroristas que dejaron 3.000 muertos en Nueva York y Washington).
Es por eso que el GCAP denominó a lo que está ocurriendo "tsunami genocida". Especialmente luego de lo que estuvo sucediendo en las últimas semanas (la crisis financiera mundial).
Estamos convencidos de que si 50.000 personas fallecieran cada día en Europa occidental y América del Norte, la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, el Grupo de los Ocho (países más poderosos, G-8) y otros habrían encontrado hace ya mucho tiempo el dinero necesario para afrontar el problema.
Entonces nos queda una sola conclusión: que, en efecto, la falta de urgencia se relaciona con el color de nuestra piel. Es un racismo subliminal, para usar términos amables.
De esas 50.000 muertes, 30.000 son de niños pequeños. Demasiados niños fallecen al nacer o poco después, y también por otras enfermedades, a causa de conflictos o, simplemente, por el hambre y la pobreza.
IPS: Hace tres años, en la cumbre del G-8 en Gleneagles, Escocia, las principales naciones industrializadas se comprometieron a luchar contra la pobreza y a financiar desarrollo en el Sur, algo que, según dijo usted, podría reducir esas muertes diarias a 37.000 para 2010. ¿Qué avances se han logrado en la implementación de esos compromisos?
KN: Primero, los compromisos asumidos por el G-8 en 2005 en la cumbre de Gleneagles no incluyeron todo lo reclamado por el GCAP, sino mucho menos. Y ni siquiera 20 por ciento de esos compromisos se implementaron realmente.
Los acontecimientos de las últimas tres a cuatro semanas han mostrado muy claramente que cuando hay voluntad política, se pueden hallar enormes cantidades de recursos para abordar un problema mundial particular.
Para dar un ejemplo, cancelar la deuda del Tercer Mundo costaría 500.000 millones de dólares o incluso menos. Y 500.000 millones es una cifra sobre la que se ha dado vueltas por el rescate de los banqueros que se comportaron de manera irresponsable. Pero hay voluntad política para salvar a este sistema bancario. Entonces, los recursos existen.
IPS: El GCAP defiende hace tiempo el principio de justicia en el comercio internacional. ¿Qué avances se han hecho en este frente?
KN: No los hubo. De hecho, si hay un área donde la Unión Europea, Estados Unidos y unos pocos países del Norte rico más han realizado un bloqueo cínico es en ésa.
Necesitábamos alcanzar un sistema mundial de comercio que beneficiara claramente al desarrollo y que abordara, además, algunas de las injusticias del sistema. Pero a lo largo de los años lo que vimos fue un campo de juego desnivelado entre países ricos y países pobres, y que los ricos le negaban a los pobres los mismos instrumentos económicos que ellos usaban cuando todavía se estaban industrializando.
IPS: ¿Cuáles son exactamente las aspiraciones de esta campaña del 17 al 19 de este mes? ¿Cuál es el propósito de movilizar millones para "Levántate y actúa"?
KN: En 2005, cuando lanzamos el GCAP, tuvimos la visión de unir a sindicalistas, organizaciones no gubernamentales, grupos religiosos, etcétera. Si cada uno de nosotros ejerce presión y hace sus pequeñas campañas, sólo podemos llegar hasta aquí.
En 2005 tuvimos tres jornadas de acción en torno del G-8, en torno de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en torno de la reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esas tres grandes actividades movilizaron a cerca de 30 millones de personas.
En los dos años siguientes mantuvimos esas movilizaciones, pero hubo otro par de cosas que quisimos hacer. No queríamos que la cifra que decimos que movilizamos fuera la nuestra. Queríamos convocatorias externas. Queríamos movilizaciones "autoorganizadas", que si usted vive en Tzaneen (Sudáfrica) no tenga que ir hasta Pretoria porque allí hay una marcha.
Queríamos que la gente participara de esto donde viviera, donde trabajara, donde rezara y donde jugara. Este año es la primera vez que fijamos un objetivo: la participación de uno por ciento de la población mundial. Lo bueno es que eso le permite a la gente dar un marco a demandas locales.
Adoptamos el punto de vista de que estas luchas por los derechos humanos, por la igualdad de género y por el fin de la pobreza mundial son maratones, no carreras cortas, así que no podemos considerar que si realizamos una acción obtendremos una respuesta inmediata.
Estamos consolidando un fuerte impulso colectivo. Mirando las crisis financieras, si nosotros y los países en desarrollo somos inteligentes, podemos salir de esto. Y si no somos inteligentes, la crisis financiera será usada como excusa para enlentecer el desarrollo.