AMBIENTE: Dudas éticas en carrera a presidencia de UICN

La batalla por el trono ha comenzado. Los tres candidatos a presidir la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) han disparado sus primeras salvas, y uno de ellos lo suficientemente fuerte para que se lo escuche.

Cuando los más de 1.000 miembros de la UICN se dirijan a las urnas de votación este sábado, los candidatos habrán hecho sus presentaciones oficiales argumentando por qué cada uno de ellos debería ser el presidente de la red ambientalista más grande y antigua del mundo. El humo y el ruido habrán dado lugar a la caza de votos de último momento.

Los tres candidatos son Puri Canals, de España, Ashok Khosla, de India, y Carlos Rodríguez, de Costa Rica, quienes comparten la visión de la UICN de «un mundo justo que valore y conserve la naturaleza».

También suscriben la misión de «influenciar, alentar y ayudar a las sociedades de todo el mundo a conservar la integridad y diversidad de la naturaleza y asegurar que todo uso de los recursos naturales sea equitativo y ecológicamente sostenible».

Sin embargo, cada uno de los posibles sucesores del saliente presidente Valli Moosa, de Sudáfrica, tiene una concepción específica de la organización fundada en 1948, tres años después que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Fontainebleu, Francia.
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Pero en medio del estrépito en la presentación informal de los candidatos, el jueves, se percibían no las diferencias de matices sino las que se volverán marcados contrastes después de la elección.

De hecho, había cierta inquietud en cuanto a los aspectos éticos de que Canals haya sido nombrada tercera candidata después de que, junto con los otros miembros del consejo, se propusiera a Khosla y a Rodríguez como los dos postulantes presidenciales.

«No infringió los estatutos de la UICN, pero dejó un gusto amargo», comentó un antiguo miembro del consejo de Asia occidental.

En los pasillos se hablaba incluso del abierto apoyo de los gobiernos de España y de la Comunidad Autónom de Cataluña a Canals, aunque sus partidarios aseguraron que sólo aceptó ser candidata por insistencia de ellos.

En sus declaraciones, Rodríguez cuestionó duramente la ética de tal decisión. El despliegue emocional sólo sorprendió a los novatos.

Pero ¿qué tienen que ver los gobiernos con la elección del presidente de la UICN? Unos 800 de los más de 1.000 miembros de UICN son organizaciones de la sociedad civil y 200 son entidades gubernamentales.

La UICN se extiende por todo el mundo y puede ejercer una enorme influencia sobre organizaciones internacionales e intergubernamentales.

No es entonces de poca importancia para los gobiernos del mundo saber o incidir en la persona a ser elegida para presidir la UICN por los próximos cuatro años.

En particular porque, como desea Rodríguez, el próximo presidente debe hacer sentir su presencia en la Asamblea General de la ONU y en la Cumbre de los Ocho, y si es necesario, ejercer presión sobre el propio Secretario General de la ONU, los comisarios de la Unión Europea y los mandatarios de los ocho países más industrializados del mundo.

Rodríguez se propone «facilitar un liderazgo más fuerte de la UICN dentro de la comunidad política internacional y conectar problemas y logros en materia de conservación de la naturaleza con objetivos sociales más amplios, como la seguridad, el bienestar humano y la pobreza».

Khosla coincide en ese aspecto, aunque más como diplomático que como político. «Si Ashok llama al secretario general de la ONU, tendrá una conexión con él», comentó un miembro de la UICN.

Khosla fue uno de los que más contribuyó en la Estrategia de Conservación Mundial y ha defendido siempre la necesidad de que la UICN mantenga su concentración en la conservación de los recursos naturales, en el contexto más amplio del desarrollo y el sustento sostenibles.

Por otro lado, Canals sostiene que «el valor de la diversidad dentro de la UICN no debe restringirse a las especies y los hábitats» y que «la diversidad cultural humana y la diversidad de niveles y estructuras en los que podemos actuar deben tener un papel».

«Si deseamos ser eficaces en todos los contextos e influir en todas las sociedades, debemos mejorar sustancialmente nuestro funcionamiento interno y también la comunicación externa de nuestra capacidad y nuestros logros durante 60 años», dice Canals.

«La UICN es la organización que está en mejores condiciones para alcanzar esos objetivos mundialmente y promover los cambios necesarios para lograr un mundo diverso y sostenible», añade.

Para saber cuál de estas estrategias prevalecerá, habrá que esperar al lunes.

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