MUJERES-PAKISTÁN: Enterrarlas vivas, «una vieja costumbre»

Activistas de derechos humanos demandan al gobierno de Pakistán medidas contra los responsables de haber enterrado vivas a cinco mujeres en la provincia de Baluchistán. Tres de ellas fueron ejecutadas por pretender elegir con quién casarse.

Políticos locales defienden esta práctica como una "vieja costumbre".

Tres muchachas adolescentes y dos mujeres adultas fueron enterradas vivas el 14 de julio en la aldea de Babakot, supuestamente por orden de Abdul Sattar Umrani, hermano de Sadiq Umrani, ministro provincial que pertenece al oficialista Partido del Pueblo de Pakistán (PPP).

Según la denuncia de la Comisión Asiática de Derechos Humanos, con sede en Hong Kong, Umrani y seis cómplices las golpearon y dispararon contra ellas. Todavía estaban vivas cuando las arrojaron a una zanja y las sepultaron arrojando sobre las mujeres piedras y tierra.

La Comisión señaló que las dos adultas eran la madre y la tía de una de las adolescentes. Cuando protestaron por lo que le estaban haciendo a las muchachas, ellas también fueron arrojadas a la fosa y enterradas vivas.

Al parecer, las adolescentes fueron "castigadas" por pedir que les permitieran contraer matrimonio con los hombres que habían elegido.

El 30 de agosto, la senadora opositora Yasmin Shah manifestó su preocupación por el caso y acusó al gobierno de ignorarlo. Su par de Baluchistán, Israrullah Zehri, le respondió que se trata de "una vieja costumbre". Lo apoyó el senador Jan Mohammad Jamili, quien se quejó por la "innecesaria politización" del asunto.

Los comentarios de Zehri son "abominables" y "enfermantes", dijo a IPS Ali Dayan Hasan, de la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York.

"Argumentar en el parlamento que el asunto no debe ser planteado pues se politizarían las tradiciones es deshonesto y representa un desprecio al Senado y hacia la Constitución por la cual ese senador fue elegido", agregó.

"Estas bestias con forma humana no tienen cabida en una sociedad moderna", declaró a IPS el activista Pervez Hoodbhoy. Los senadores Zehri y Jamali tienen la lógica de los "hombres de las cavernas", enfatizó.

Samar Minallah, quien ha luchado contra prácticas tribales brutales en Pakistán, advirtió que hay muchos Zehris y Jamalis en el parlamento, quienes comparten las mismas ideas que "perpetúan la opresión de los poderosos contra los débiles, de los hombres contra las mujeres".

La única diferencia, aclaró, es que ellos tuvieron la honestidad de hacer público su pensamiento.

Hasan demandó la inmediata renuncia de Zehri. "Como están las cosas, está propagando el asesinato en nombre de las costumbres tribales", afirmó.

"Apoyando estos actos indeciblemente crueles, esos legisladores han demostrado ser violentos, peligrosos demonios que deben ser removidos de inmediato de cualquier puesto público", dijo Hoodbhoy.

"Hay muchas personas en esta sociedad que cometen múltiples homicidios y se salen con la suya utilizando su influencia política. Vivimos en la vergüenza por ser parte de una nación que tolera esta barbarie", señaló A.H. Nayyar, académico y activista humanitario de Islamabad.

No es la primera vez que estos asesinatos se justifican en nombre de las tradiciones tribales, recordó.

"Algunos de nuestros exaltados senadores incluso han justificado el asesinato a sangre fría de una mujer, perpetrado por un sicario contratado por los parientes de la víctima en el estudio de su abogado en la ciudad de Lahore", señaló.

Nayyar se refería a la muerte en 1999 de Samia Sarwar, de 29 años, baleada por querer divorciarse de su marido.

La Constitución de Pakistán permite que toda mujer mayor de 18 años contraiga matrimonio con quien quiera, pero en la práctica son severamente castigadas si lo hacen, incluso con la muerte, "apartándose de la tradición" de matrimonios arreglados, según la cual los padres entregan a sus hijas a hombres a quienes incluso desconocen hasta el día de la boda.

Según la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, alrededor de 636 muertes de mujeres en 2007 fueron a causa de los denominados "asesinatos por honor", pero se calcula que muchas otras del mismo cariz no constan en las estadísticas.

Los "asesinatos por honor" —en los que una familia entrega a un sicario a una de sus hijas por intentar, por ejemplo, casarse con el hombre al que ama pero al que sus padres desaprueban— están castigados con la pena de muerte desde 2004.

Pero los criminales raramente hacen frente a la justicia. La pena máxima sólo tiene vigencia para las mujeres.

Umrani "se mueve con gran pompa, rodeado de guardias armados, sin temor a nada en el mundo", dijo a IPS un activista del Partido Republicano Baloch, quien pidió mantener su nombre en secreto por razones de seguridad.

"Los cuerpos de las adolescentes fueron desenterrados y vueltos a enterrar en otro lado para que la policía no pudiera realizar la investigación", agregó.

También señaló que Sattar Umrani asesinó a más de dos docenas de personas, fundamentalmente para apropiarse de sus tierras, pero jamás fue acusado por sus delitos.

"Si se piensa que lo harán esta vez, es un error. Esto es Pakistán: los poderosos pueden asesinar con impunidad, no sólo una vez, sino cuantas les dé la gana", afirmó.

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