La posibilidad de que Estados Unidos e India rubriquen un acuerdo de cooperación nuclear se alejó esta semana, al salir a la luz un informe desde Washington que dejó a Nueva Delhi en una situación incómoda.
El gobierno estadounidense está resuelto a poner fin al comercio nuclear con India si este país asiático realiza otra prueba con armas atómicas, según la respuesta a 45 preguntas formuladas en octubre pasado al Poder Ejecutivo por el entonces legislador Tom Lantos.
La contestación de 26 páginas, remitida a Lantos en enero, fue divulgada el martes por su sucesor en la presidencia del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes (baja), el congresista demócrata Howard L. Berman.
La revelación causó tensión en el gobierno indio y precipitaron una importante crisis política interna.
Dos días después de conocido el documento, comenzó en Viena la reunión del Grupo de Proveedores Nucleares (GPN) para analizar si se le permitirá a India adquirir sus insumos nucleares a pesar de contar con armas atómicas.
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El GPN, cuya reunión concluirá este viernes, está integrado por 45 países fabricantes de materia prima para el desarrollo de energía atómica.
"Sería un milagro que el GPN diera a India el aval 'incondicional' en el que este país insiste", dijo el activista Sukla Sen, miembro del Comité de Coordinación Nacional de la Coalición para el Desarme Nuclear y la Paz.
Esta alianza de más de 250 organizaciones pacifistas indias se opone al acuerdo por entender que contradice el objetivo del desarme nuclear y de impedir la propagación de las armas nucleares.
Sen agregó que los países opuestos a que se venda insumos nucleares a India dentro del GPN "se fortalecieron por la revelación de que Estados Unidos condicionaría ese comercio de acuerdo con sus leyes nacionales, pero presiona al Grupo para que aplique un criterio totalmente diferente".
En una reunión del GPN a fines de agosto, más de 20 de sus 45 miembros elevaron al plenario medio centenar de enmiendas a la resolución sobre exoneraciones formulada por Estados Unidos.
Se espera que varios países, entre ellos Austria, Holanda, Irlanda, Noruega, Nueva Zelanda y Suiza, impongan en la reunión en curso nuevas objeciones.
"El paquete que se nos propone todavía necesita algún trabajo" sobre consideraciones de "seguridad internacional", dijo a la agencia de noticias Press Trust of India un funcionario de uno de los países discrepantes antes de la reunión.
La respuesta del gobierno de George W. Bush al representante Lantos deja en evidencia que Washington interpreta el "acuerdo 123", firmado con Nueva Delhi el año pasado, de un modo radicalmente distinto al de su contraparte.
La interpretación de Estados Unidos requiere que India esté en conformidad con la denominada Ley Hyde, aprobada en diciembre de 2006. Pero India afirma que el acuerdo 123 debe prevalecer por sobre esta norma nacional.
India alega que Estados Unidos le ha garantizado suministros ininterrumpidos de combustible atómico, y que en el acuerdo 123 no hay nada que le impida llevar a cabo más pruebas de armas nucleares.
Pero la Ley Hyde estipula que la cooperación nuclear con India cesará en caso de un ensayo nuclear.
India se atribuye el derecho a adoptar "medidas correctivas" en caso de interrupciones en el suministro, y para construir una "reserva estratégica de combustible". Pero la carta del gobierno dice que "no hay ni una cantidad mínima ni una máxima de material nuclear en la reserva de India".
También dice que "el gobierno de Estados Unidos no asistirá a India en el diseño, construcción u operación de tecnologías nucleares sensibles", aunque el acuerdo 123 había dejado la ventana abierta para que esas transferencias se produjeran en el futuro.
El gobierno indio reaccionó a estas revelaciones a la defensiva.
"Como cuestión de política no formulamos comentarios sobre la correspondencia interna entre diferentes organismos de otro gobierno. Tenemos una moratoria unilateral sobre las pruebas. Esto se refleja en la declaración conjunta India-Estados Unidos del 18 de julio de 2005", que fue el que abrió paso inicialmente al acuerdo, declaró.
Sin embargo, su pánico fue evidente en una reunión de emergencia del gobierno en la noche del día 3, a la que asistieron el primer ministro Manmohan Singh, la presidenta del gobernante Partido del Congreso Sonia Gandhi y el presidente de la Comisión de Energía Atómica de India, Anil Kakodkar.
Toda la oposición se abalanzó sobre el gobierno y lo acusó de haber traicionado las garantías que le dio al parlamento.
Los partidos de izquierda alegan que su oposición al acuerdo se justifica. Y el derechista Partido Bharatiya Janata acusó al gobierno de engañar "de modo deliberado y a sabiendas" al pueblo y al parlamento.
Es probable que la oposición política interna al acuerdo aumente a medida que haya noticias indeseadas este viernes desde Viena. Con esto, parecen escasas las posibilidades de que el acuerdo sea aprobado durante la gestión de George W. Bush.
Para que esto ocurra, el GPN debe conceder a India una exención especial, y el Congreso legislativo de Estados Unidos debe ratificar el acuerdo 123 en el periodo de sesiones que se desarrollará del 8 al 26 de este mes.
En las actuales circunstancias, es improbable que el Congreso apruebe el acuerdo con apenas un voto por sí o no. Es probable que un debate conduzca a enmiendas.
* Además de corresponsal de IPS, Praful Bidwai es un destacado activista por la paz y cofundador del Movimiento en India para el Desarme Nuclear (MIND, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva Delhi.