El gobierno de Brasil decidió destinar unos 4,8 millones de dólares a desarrollar fertilizantes alternativos, ante la brutal alza de precios de los convencionales. Brasil importa 60 por ciento de los abonos que usa, según el Ministerio de Agricultura, con repercusión directa en los costos agrícolas del país.
Cócteles vegetales, biofertilizantes, uso de rocas nacionales, fijación biológica y química de nitrógeno en las siembras son las técnicas que serán perfeccionadas.
La medida llega tarde, porque «la crisis ya estalló, el precio de los fertilizantes subió 150 por ciento en poco más de un año», dijo a Tierramérica Jean Marc von der Weid, coordinador de la organización no gubernamental Asesoría y Servicios a Proyectos en Agricultura Alternativa.
La agroecología es el camino para tener sistemas de producción renovables y sustentables, agregó.