El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que partió de una infancia de pobreza para llegar a conducir una potencia económica que ha colocado el ideal de prosperidad inclusiva en el centro de su política de desarrollo, recibió el Premio al Logro Internacional de IPS (Inter Press Service).
El mandatario brasileño, conocido popularmente como Lula, se comprometió profundamente con los esfuerzos internacionales contra la pobreza y el hambre, subrayó Lubetkin, jugando un papel clave para movilizar el respaldo de otros líderes mundiales y organizaciones internacionales.
La ceremonia de premiación se llevó a cabo en la sede mundial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York en vísperas del segmento de alto nivel de la 63 sesión de la Asamblea General del foro mundial, al que asistirán más de 150 gobernantes de todo el mundo.
En su discurso, Lula subrayó la importancia de los medios de comunicación libres y vibrantes en el combate global a la pobreza y la marginación.
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"A medida que avanzamos hacia la justicia social y el pluralismo, la independencia de las fuentes es fundamental para que el diálogo democrático sea esclarecedor y equilibrado", dijo Lula. "El libre acceso a la información es también crucial para construir un mundo más justo y próspero", añadió.
"Sabemos que uno de los pilares de la democracia y la libertad es una prensa libre", indicó el presidente brasileño. "Esta es una de las lecciones que aprendí durante la lucha contra la represión y el autoritarismo".
"IPS ha traído mayor pluralismo y diversidad a la prensa internacional. Durante 44 años, IPS ha dado voz a los que no tienen voz. Hoy es más crucial que nunca en la creación de diálogos Sur-Sur y alternativas a las alianzas existentes", afirmó Lula.
El brasileño nació en 1945, séptimo hijo de una familia de ocho hermanos, en el pequeño pueblo de Garanhuns, norteño estado de Pernambuco. Comenzó a trabajar a los 12 años en una lavandería y se ocupó en pequeños empleos hasta convertirse en tornero mecánico.
Se comprometió con la labor sindical mientras laboraba en una fábrica en la sureña São Paulo. En 1975 fue elegido presidente del sindicato de trabajadores metalúrgicos. Cuatro años más tarde, contribuyó a conducir una huelga de 170.000 obreros del sector.
"Su carrera política es una buena demostración de las virtudes de la democracia", dijo Enrique Iglesias, responsable de la Secretaría General Iberoamericana, una iniciativa de cooperación política, cultural y económica entre América Latina y los países de la península Ibérica.
Se trata de la "virtud de dar la oportunidad de convertirse en presidente de una de las mayores naciones del planeta a un trabajador con una larga historia de liderazgo sindical", dijo el hispano-uruguayo Iglesias, a cargo del discurso principal de la ceremonia.
En 1980, la entonces dictadura militar brasileña reprimió al movimiento sindical, apelando a una ley de seguridad nacional y encarcelando a varios líderes, inclusive a Lula, que permaneció 30 días tras las rejas.
En ese mismo año, Lula fundó el hoy gobernante Partido de los Trabajadores, que le permitió en pocos años convertirse en líder de la oposición y lo condujo a la presidencia en los comicios de 2002, con 53 millones de votos, luego de varios intentos fallidos. El presidente fue reelegido en 2006, con unos 58 millones de sufragios.
Los planes sociales que puso en práctica la administración de Lula han sido elogiados por arrancar de la pobreza a millones de personas. Para afrontar la desnutrición, que afecta a unos 15,6 millones de brasileños, el gobierno echó a andar el programa Hambre Cero, que incluye diferentes estrategias.
La construcción de cisternas para reunir agua de lluvia en la región del semiárido, el combate al trabajo infantil, el fortalecimiento de la agricultura familiar, los subsidios a los alimentos y otros productos esenciales son algunos de los componentes del programa, que exige a las familias beneficiarias la asistencia de los niños a la escuela y el suministro de las vacunas obligatorias.
El gobierno, además, canceló deudas por más de 1.700 millones de dólares contraídas por países muy pobres, y participa en numerosos proyectos de cooperación Sur-Sur, incluyendo iniciativas de agricultura sustentable en Cuba y en varias naciones africanas.
"Este tipo de información no siempre es divulgada por los grandes medios de Brasil y del exterior", dijo Lula. "Por esa razón, necesitamos que IPS sea un ejemplo para la creación de otras agencias similares", agregó.
En el frente económico, Brasil diversificó su base industrial e invirtió en lucrativas exportaciones agrícolas y en el petróleo, lo que condujo a un crecimiento de 5,4 por ciento de la actividad en 2007 y al desarrollo de un poderoso mercado interno que vuelve el país menos vulnerable a los desequilibrios del resto del mundo.
"Brasil es hoy un jugador importante en la nueva generación de economías emergentes que intentan cambiar las reglas del juego del comercio y la finanzas para construir un nuevo tipo de relaciones internacionales basadas en una distribución más justa de oportunidades entre el Norte y el Sur del mundo", dijo Iglesias.
Al mismo tiempo, afirmó, el gobierno de Lula ha enfocado su atención en "áreas que impactan directamente en los estratos más pobres de la sociedad. En una generación, Brasil ha logrado grandes avances en reducción de la pobreza y la eliminación del hambre y la desnutrición. Esto se refleja en estadísticas, pero también en el respaldo de la gente a las políticas gubernamentales", dijo Iglesias.
Según el Banco Mundial, la brecha de ingresos entre los más ricos y más pobres de Brasil se redujo en seis por ciento desde 2001, más que en ningún otro país vecino. En una tendencia contraria a la que siguen muchas naciones, el 10 por ciento más pobre de los brasileños elevó sus ingresos en 58 por ciento entre ese año y 2006.
"Usted ha probado, por ejemplo, que la sólida economía de su país, lograda durante su gestión, puede ir de la mano con la extensión de sus beneficios a la mayoría de la población", dijo Lubetkin. "Y ha comprobado que el progreso económico sólo tiene sentido si sirve para mejorar las condiciones de vida de la sociedad en su conjunto".
El Premio IPS al Logro Internacional fue creado en 1985 para honrar a periodistas y líderes mundiales que contribuyan a la paz, los derechos humanos, el empoderamiento de género, la buena gobernanza y la equidad social y económica.
Entre los anteriores galardonados figuran la ex primera dama de Sudáfrica, Graça Machel, la ex primera dama de Francia, Danielle Mitterrand, los ex secretarios generales de la ONU, Boutros Boutros-Ghali y Kofi Annan, el ex presidente de Finlandia, Martti Ahtisaari, y el Llamado Mundial de Acción contra la Pobreza (GCAP).
