La solución del conflicto interno en Colombia sólo podrá lograrse a través de «la apertura y el diálogo», dijo Ingrid Betancourt, la ex candidata presidencial de ese país que permaneció más de seis años secuestrada por las insurgentes FARC hasta su rescate en julio.
Ofrecer un "nicho político" a las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), en el que esta organización izquierdista pueda actuar "en un marco de legitimidad", ayudaría a lograr la paz, agregó.
La visita de Betancourt a Italia esta semana, de cuatro días, incluyó una reunión con el papa Benedicto XVI. "Había estado soñando durante todo mi período de cautiverio" con esa entrevista, declaró.
Inmediatamente después de su liberación, Betancourt había dicho que quería entrevistarse con el Papa para agradecerle por sus oraciones y los pedidos públicos que realizó por su liberación.
El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, señaló que la reunión fue "muy emotiva". Los años que pasó Betancourt como rehén de las FARC fueron "un tiempo de una gran experiencia espiritual y de oración. Ella quería decirle al Santo Padre sobre la importancia que tuvo la fe para sostenerla en ese período tan difícil", agregó.
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Betancourt también agradeció a Italia por el apoyo recibido.
Pero, fundamentalmente, empleó su visita para reiterar un llamado al diálogo entre el gobierno del presidente colombiano Álvaro Uribe y la guerrilla izquierdista. Las FARC, afirmó, "se encuentran en una actitud autista y sólo se escuchan a sí mismas".
Dirigiéndose a sus secuestradores, Betancourt señaló que "luego de casi siete años, puedo decir que los conozco a ustedes, a su organización, sus ideas y objetivos". El mundo los está invitando a abrir sus corazones "a algo más que los cálculos políticos y militares" y "hacer en sus mentes un espacio para la paz", agregó.
Advirtió que la paz "sólo se logrará a través de la democracia, la ley y el respeto mutuo" y pidió al gobierno colombiano que reconozca el papel político de las FARC, "sabiendo que somos distintos y tenemos ideas diferentes".
Betancourt también hablo sobre sus planes políticos y personales. "La verdad es que después de ser víctima durante siete años de la tiranía y la guerra, mi perspectiva de la vida ha cambiado", declaró a la prensa, con voz quebrada frecuentemente por la emoción.
"Cosas que eran importantes para mí ya no lo son ahora. En este momento sólo siento la necesidad de hablar por aquéllos que no pueden hacerlo, en primer lugar por quienes aún están en manos de las FARC, gente a la que conozco muy bien y que está sufriendo", afirmó.
Su prioridad es trabajar para la liberación de otros rehenes en Colombia y otras partes del mundo. "Ya no tengo ambiciones de una carrera política en mi país. Quizás piense en eso en el futuro, pero no creo que la arena política sea mi lugar en este momento", dijo Betancourt.
En referencia a su posible nominación a directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que, según versiones periodísticas, sería propuesta por Brasil, indicó que "sería un gran honor, pero hay personas más calificadas".
Su misión, agregó, "es formar un grupo de personas que puedan ayudarme a lograr mi misión: aliviar el sufrimiento de quienes aún están prisioneros y hacer que la gente tome conciencia".
Su propia experiencia demuestra que hablar sobre las víctimas del terrorismo puede salvar vidas, agregó. "Durante mi cautiverio, la globalización significó que yo sabía que en todo el mundo la gente estaba pidiendo mi liberación", dijo.
El presidente (gobernador) de la provincia de Roma, Nicola Zingaretti, dijo a IPS que Italia apoyaba la candidatura de Betancourt al Premio Nóbel de la Paz, "porque ha ganado su batalla en nombre de la democracia y la libertad y dio al mundo un mensaje de esperanza. Con su liberación ha triunfado de la causa de la paz y la justicia".
En vísperas de la llegada de Betancourt a este país europeo, el diario romano La Repubblica informó que el gobierno colombiano acusará al partido político italiano Refundación Comunista de tener vínculos con las FARC, que incluyen la recaudación de fondos.
La evidencia surgiría de correos electrónicos archivados en una computadora portátil que perteneció a Raúl Reyes, miembro del secretariado de las FARC muerto en la incursión de las fuerzas armadas colombianas contra un campamento de esa organización en territorio ecuatoriano, el 1 de marzo.
Ramón Mantovani, responsable del área de relaciones exteriores de Refundación Comunista, dijo que los contactos de su partido con las FARC son algo bien conocido.
"Nuestra posición es que Colombia necesita conversaciones de paz. Nuestros contactos con las FARC son una contribución para reconstruir ese proceso de paz", dijo a IPS.
Mantovani agregó que su partido continuará buscando "una solución negociada al conflicto armado que ha ensangrentado a Colombia durante décadas".