Los gobiernos de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) tienen la «total disposición» de «colaborar» en la identificación e implementación de vías de entendimiento en Bolivia, señaló este viernes Alejandro Foxley, canciller de Chile, país que preside este bloque.
Foxley fue el encargado de dar a conocer en Santiago la declaración en apoyo a La Paz preparada por los cancilleres de Unasur, conformada por Argentina, Brasil, Colombia, Guyana, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Chile, Ecuador, Perú, Suriname y Venezuela, todos los países de la región.
"Las naciones sudamericanas anhelan fervientemente que a la brevedad posible se reestablezca el orden, la convivencia ciudadana pacífica y el diálogo orientado a normalizar el funcionamiento de la vida democrática" en Bolivia, señaló el canciller chileno, quien aclaró que la última palabra en la solución de la crisis la tiene el propio pueblo del país vecino.
Hasta ahora han muerto al menos ocho personas y una treintena resultaron heridas en las violentas protestas iniciadas el martes contra el gobierno izquierdista boliviano de Evo Morales, protagonizadas por sectores conservadores y empresariales de la llamada media luna oriental de ese país, que conforman Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca.
En estos departamentos con gobiernos pro-autonomistas se han registrado bloqueos de rutas, tomas de edificios públicos y cortes parciales del suministro de gas a Brasil y Argentina, que se reestablecieron este viernes.
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"Es el deber de esta presidencia pro-témpore señalar la total disposición de Unasur de colaborar con el gobierno de Bolivia en el esfuerzo por identificar e implementar vías de diálogo y entendimiento, que bajo la conducción de las legítimas autoridades de la nación boliviana permitan a las fuerzas políticas y sociales retomar la senda pacífica, institucional y democrática de solución de problemas e impulso al desarrollo", añadió Foxley.
"Finalmente, y este es el mensaje más importante, es al pueblo boliviano a quien corresponderá, como en toda democracia, identificar las vías de solución a las dificultades por las que hoy día atraviesa", remarcó.
"La presidenta Bachelet ya planteó la conveniencia de instalar una mesa de diálogo. Si Unasur puede contribuir a que esta iniciativa se haga posible, estamos absolutamente disponibles", indicó.
Foxley declinó referirse al pronunciamiento sobre el conflicto del mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, quien se solidarizó con Bolivia expulsando al embajador estadounidense en ese país, Patrick Duddy, en respuesta a la presunta intervención de Washington en los procesos políticos internos en ambos países.
"Lo que demuestra la actual crisis es que el referendo revocatorio realizado en Bolivia, más allá de respaldo que obtuvo Morales, no fue suficiente para solucionar los problemas internos del país. Esto es un primer signo de alerta", dijo a IPS el analista chileno Guillermo Holzman.
El hecho de que Morales haya expulsado al embajador de Estados Unidos en el país, acción replicada por Washington, y que haya permitido el corte de suministro de gas a Argentina y Brasil, en vez de garantizarlo apoyándose en las Fuerzas Armadas, indica que su estrategia es "regionalizar" el conflicto interno, sostuvo este académico de la Universidad de Chile.
También "Venezuela entró concientemente a la crisis cooperando a su regionalización y exportación", añadió.
Chávez inclusive dijo estar dispuesto a apoyar movimientos armados en Bolivia si Morales fuese derrocado o asesinado.
A juicio de Holzman, la Unasur y la Comunidad Andina de Naciones (CAN) deberían jugar un rol importante en este conflicto, no tanto así la Organización de Estados Americanos (OEA), encabezada por el chileno José Miguel Insulza, puesto que Estados Unidos integra dicha institución.
Este viernes, el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, entregó su respaldo a Evo Morales y, en su calidad de presidente temporario de la CAN, convocó para octubre una cumbre de ese bloque, conformado por su país, Colombia, Perú y la propia Bolivia.
"Realmente estamos muy preocupados por la situación que se vive en la hermana República de Bolivia, yo quisiera ratificar a nombre de Ecuador, como presidente pro-tempore de la Comunidad Andina, todo el respaldo a la democracia de Bolivia, representada sin lugar a dudas por el presidente Evo Morales", dijo Correa.
También se solidarizaron con el gobierno de Morales otros presidentes de la región, el peruano Alan García, el derechista colombiano Álvaro Uribe, la centroizquierdista argentina Cristina Fernández y los izquierdistas Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Tabaré Vázquez, de Uruguay.
"Frente a la coyuntura que se ha presentado en la hermana República de Bolivia, el gobierno de Colombia desea expresar al gobierno y a la nación boliviana su apoyo al presidente Evo Morales, a las instituciones democráticas y al estado de derecho", indicó un comunicado divulgado este viernes por Bogotá.
"Colombia en su calidad de país amigo de Bolivia, junto con Brasil y Argentina, confirma su disposición, tan pronto el gobierno de Morales lo considere pertinente, de contribuir en la recuperación de la normalidad", añade.
Por su parte, el presidente uruguayo Vázquez expresó en un comunicado su "total respaldo y solidaridad" a su homólogo Morales, "elegidos libre y democráticamente por el pueblo", e hizo un llamado a la "solución pacífica de las controversias".
El analista Holzman, empero, indicó que la declaración de Unasur de este viernes es la respuesta tradicional de los países ante un conflicto, pero, por lo visto, Morales pretende un compromiso mayor de la región, indicó.
Para Holzman, esta no es la mejor estrategia que pudo seguir el gobierno boliviano, puesto que no asegura que el conflicto interno se solucione. Además, implica un gran costo para los países de la región, principalmente por sus relaciones bilaterales con Estados Unidos.
"El escenario más pesimista es que se produzca un quiebre profundo en la región", advirtió.
Si Morales explicita a sus pares latinoamericanos cuál es la estrategia que pretende seguir para acabar con la crisis, éstos podrán tomar una postura más clara y se podría avanzar en un mecanismo de diálogo y negociación regional, planteó.
Pero si el mandatario boliviano sólo quiere que sus pares avalen su forma de gobierno y cuestionen todos los actos de la oposición en su país, será más difícil conseguir apoyo, añadió.
Holzman cree que Estados Unidos va a mantener un papel más bien de observador, aunque seguramente la crisis boliviana y los problemas con Venezuela serán parte de la campaña presidencial de ese país.
La incógnita es cuál va a ser la reacción de Washington si Chávez decide no seguir exportando petróleo a ese país.