Aunque la XVII Conferencia Internacional sobre el Sida finalizó este viernes con un compromiso expreso de combate contra la pandemia, los participantes tendrán que actuar con mucha fuerza en cada unos de sus países para hacer que esa voluntad se refleje en políticas concretas de gobierno.
A lo largo de esta semana en la capital de México, unos 25.000 asistentes de distintas partes del mundo expusieron su parecer sobre temas como el respeto a los derechos básicos de los grupos sociales vulnerables al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), como los hombres que tienen sexo con hombres, las personas transgénero y las trabajadoras sexuales.
También los representantes de gobiernos, entidades internacionales y de organizaciones no gubernamentales analizaron los avances científicos para luchar contra la enfermedad y el financiamiento para su tratamiento.
Además, denunciaron durante la Conferencia los obstáculos para prevenir más infecciones y disminuir la presencia de la dolencia, como la falta de acceso a medicamentos antirretrovirales que alargan la vida de los pacientes.
En esa línea, argumentaron que sus demandas deberían quedar plasmadas en políticas públicas y leyes para hacer frente a las implicaciones de la pandemia, en especial en acciones que prevengan la transmisión del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida.
[related_articles]
"La Conferencia ha sido una buena oportunidad para plantear diferentes enfoques en temas políticos y financieros ante el sida, pero faltan acciones concretas sobre los cómo y los qué", señaló a IPS María Alemán, portavoz del no gubernamental Puntos de Encuentro, de Nicaragua.
Por su parte, Ana Mendoza, de la colombiana Fundación Mujer y Futuro, comentó a IPS que "es un encuentro tan enorme que a veces uno no puede ver la complejidad, el cúmulo de relaciones que se establecen y los compromisos que se hacen".
"A veces no somos capaces de recibir la información completa de qué es lo que está pasando", añadió Mendoza, cuya Fundación trabaja con mujeres en situación de desplazamiento forzado de sus hogares por la guerra civil, entre ellas algunas viviendo con VIH.
Pero pocas medidas concretas han surgido de esta Conferencia. Una de ellas es el convenio alcanzado el 1 de este mes por los ministros de Educación y Salud de América Latina y el Caribe para impartir enseñanza sexual en todas las escuelas estatales y mejorar el acceso de los jóvenes a atención sanitaria.
"Ese acuerdo histórico es una muestra del nivel de compromiso en la región y será responsabilidad de la comunidad el llevar a cabo la auditoría social para que ese acuerdo sea cumplido", planteó a IPS César Núñez, director regional para América Latina del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida).
En el mundo viven 33 millones de personas con VIH, de las cuales 1,7 millones son de América Latina, según estadísticas de Onusida. Brasil y México son las naciones con mayor cantidad de enfermos, con 800.000 y 200.000 casos, respectivamente.
"Todos los grupos que se consideran mayormente afectados, como los hombres que tienen sexo con hombres y los trabajadores del sexo comercial, tienen que participar en las políticas públicas. El punto es que de la Conferencia salga mayor participación (de estos grupos en sus países), porque nadie sabe mejor su problema que ellos mismos", indicó Luis Soto-Ramírez, co-presidente de la Conferencia, durante la última rueda de prensa de la actividad.
Esta Conferencia, que comenzó la noche del domingo pasado, fue la primera que se concreta en una nación latinoamericana. Su anterior edición fue en 2006 en Toronto y la próxima tendrá lugar en 2010 en Viena.
Las organizaciones no gubernamentales, especialmente las que trabajan con personas infectadas con el VIH, no quieren que los resultados sean una lista de buenos deseos sino que éstos se materialicen en políticas específicas.
"En estas reuniones hay mucha retórica, pero faltan medidas especificas. Y buena parte del trabajo recae en la instancia de decisiones políticas", señaló Leah Stephenson, asesora del no gubernamental Consejo Canadiense para la Acción en el Tratamiento.
En la clausura de la serie de sesiones, Rodrigo Olin, dirigente de la coalición de grupos no gubernamentales Fuerza Joven, reclamó que "el sida no sea sólo un tema de cinco días" e hizo un llamado para que los gobiernos atiendan las demandas emanadas de la reunión.
Los organizadores de la Conferencia la consideran un éxito, por el intercambio de información, de puntos de vista respecto a la pandemia y por colocar a ésta temporalmente en el centro de la atención internacional.
"La comunidad (de gobiernos, organismos internacionales y grupos no gubernamentales) sale fortalecida de la Conferencia, hemos visto el compromiso político de los líderes", subrayó el argentino Pedro Cahn, copresidente de la Conferencia.
La comunidad se enfrenta a desafíos científicos, sociales, políticos y económicos, como el desarrollo de una vacuna contra el VIH, salir al paso de la creciente infección de mujeres y el costo de la terapia antirretroviral.
Los miembros de la Organización de las Naciones Unidas se comprometieron hace dos años a lograr el acceso a universal al cuidado médico y a la dotación de fármacos para 2010 y, según sus propias proyecciones, sólo 17 países se hallan en ruta hacia cumplir esa meta.
"Tenemos que construir una agenda de salud para enfrentar el VIH y otras enfermedades", dijo, por su parte, el francés Michel Kazatchkine, director ejecutivo del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis.
Esta entidad surgió en 2002, a sugerencia del Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos y de un conjunto de naciones africanas. Hasta ahora, se ha comprometido a entregar 11.300 millones de dólares a más de 550 programas en 136 países para apoyar intervenciones agresivas contra el sida.
Además, durante la octava ronda de recepción de propuestas, 97 países pidieron un total de 6.400 millones de dólares para combatir contra las tres enfermedades, de los que América Latina y el Caribe demandó 600 millones, una suma sin precedentes en la historia del Fondo.
El Fondo empezará a recibir proyectos para la novena ronda a partir de octubre.
"Mi evaluación de la Conferencia es muy positiva para México, para América Latina. En el caso de México, la cobertura de medios, prensa, radio y televisión fue de tal magnitud, que ninguna campaña que nosotros hubiéramos hecho hubiera tenido tal penetración", indicó a IPS Jorge Saavedra, director del Centro Nacional para la Prevención y el Control del Sida.
"Pero más allá de México, se logró visibilizar la situación de América Latina, porque es un epidemia que normalmente pasa inadvertida y eso hace que el resto del mundo no la tome en cuenta o no la priorice", agregó.
Algunos países de la región han dado algunos pasos para reflejar los puntos tratados en la Conferencia. Por ejemplo, Panamá publicó el 30 de julio un decreto que elimina una ley de criminalización de los hombres que tienen sexo con otros hombres, como gays y bisexuales.
Además, el gobierno izquierdista de la capital mexicana inició esta semana la distribución en escuelas públicas de un libro sobre sexualidad humana, medida que ha suscitado conflictos con el conservador gobierno nacional y con algunas organizaciones de ese perfil de pensamiento.
"No dejaremos que las discusiones se queden en palabras. Tenemos el compromiso de dar seguimiento a los puntos expresados aquí", aseguró Juan Hernández, director del no gubernamental Colectivo Sol, de México, y miembro del comité organizador de la Conferencia, en el que participaron activamente varias organizaciones no gubernamentales del país anfitrión.
"A estas conferencias no vienen responsables de tomar decisiones públicas con la capacidad de firmar algo, a excepción en este caso de los ministros de Salud y de Educación de la región. El resto de la gente que participó vino con la necesidad de aprender y compartir experiencias. Esperamos que muchas de las recomendaciones aquí vertidas las tomen en cuenta los países", puntualizó Saavedra.
De las delegaciones asistentes, la más numerosa fue la de Estados Unidos, con 5.078 integrantes, seguida por México, con 3.932 y Canadá con 888. Sudáfrica, el país con más personas con VIH/sida en el mundo, llegó a México con 608 representantes.