Activistas dejaron escapar un suspiro de alivio tras la aprobación de un largamente demorado protocolo de género, el fin de semana, por parte de la cumbre de la Comunidad de Desarrollo de África Austral.
En el continente africano, las mujeres llevan la carga más pesada de las injusticias sociales y los problemas relacionados con el acceso al agua potable, las carencias en la atención a la salud, las oportunidades económicas o la adecuada protección ante la ley.
El protocolo llama a que la representación de las mujeres en todos los niveles de gobierno llegue a 50 por ciento para 2015 y a que los países del bloque adopten medidas que garanticen el enfoque de género de las estructuras políticas.
El documento incluye un plan de acción con metas específicas y plazos para alcanzar la igualdad de género, con mecanismos de supervisión y evaluación.
Sus 25 artículos contemplan diversos aspectos, desde el acceso a la educación y la justicia hasta la incorporación del texto en las constituciones de los países que integran la Comunidad.
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Una de las más altas prioridades está referida a la aprobación de leyes que no sólo promuevan sino también aseguren que la igualdad para las mujeres se verifique en la práctica, en relación con "su derecho a la vida, la salud, la dignidad, la educación y la integridad física".
Las partes acordaron apoyar el acceso igualitario a la educación primaria y secundaria gratuita, con el objetivo de erradicar el analfabetismo para 2020.
"Se debe eliminar la discriminación de género y los estereotipos en los programas de estudios, las opciones de carreras y profesiones, al tiempo que se adopten programas de entrenamiento en cuestiones de sensibilidad de género destinados a los educadores", señala el texto.
El protocolo también hace un llamado a los Estados miembro para que declaren ilegal todas las formas de violencia de género, incluida la violación marital, e incluye disposiciones para que estos delitos sean juzgados por un tribunal competente.
También aborda la epidemia del VIH/sida. África austral es la región donde se registra el mayor número de muertes en todo el mundo y el documento plantea la necesidad de dar los pasos necesarios para prevenir la transmisión del virus y la enfermedad entre las mujeres, hombres, niñas y niños.
Asimismo, enfatiza la importancia de los métodos de prevención que pueden estar bajo control de las mujeres.
"Estos esfuerzos se basarán sobre el entendimiento de las relaciones de poder de género subyacentes que alimentan la epidemia, los desafíos que enfrentan las mujeres al insistir en el sexo seguro y la necesidad de un cambio de conductas", afirma el documento.
El protocolo, que demandó siete años de negociaciones, es considerado un compromiso que abre el terreno para colocar los derechos de género al tope de la agenda de la Comunidad y como una clara hoja de ruta hacia la igualdad en este tema para los líderes de los Estados miembro.
La firma de este documento fue pospuesta antes en dos ocasiones y los activistas tienen la esperanza de que ahora sea implementado en los plazos previstos.
Aunque el texto fue firmado por 12 jefes de Estado o de gobierno, enfrentó la oposición de Botswana e Islas Mauricio en la cumbre de este fin de semana.
Un miembro de la delegación de las islas, quien pidió no revelar su nombre, dijo a IPS que su país temía que la adopción del protocolo implicara una reforma de la Constitución.
"Por sólo una palabra tendríamos que modificarla. Incluso el costo de hacerlo causaría dificultades financieras a nuestro país", afirmó, en referencia a la cláusula de acción afirmativa incluida en el texto. Se estima que Botswana planteó una objeción similar.
Activistas, analistas y representantes de medios de prensa calificaron al protocolo como "el instrumento regional de más vasto alcance para lograr la igualdad de género". Señalaron, asimismo, que ya era tiempo de que África meridional pasara "de ser una región de declaraciones a una de acciones".
La directora ejecutiva de la no gubernamental sudafricana GenderLinks, Lowe Morna, dijo a IPS que "hemos recorrido un largo camino".
Pero advirtió que el protocolo "ha sido 'lavado' y no estamos totalmente conformes por esto. Sin embargo, se fijaron 23 metas concretas que deben ser alcanzadas por cada país. Se trata de uno de los documentos sobre igualdad de género más concretos y explícitos de la región y será un objetivo desafiante para todos los gobiernos".
La referencia sobre un texto "lavado" apunta a la exclusión de disposiciones clave sobre violación marital, cohabitación y los derechos de los grupos vulnerables.
También señaló que las contradicciones entre las disposiciones constitucionales sobre igualdad de género y las leyes que se aplican en la práctica no han sido abordadas explícitamente.
Morna enfatizó que las disposiciones de tipo económico incluidas en el plan de acción afirmativa son "estupendas". Ahora, el desafío es poner en marcha las estrategias y estructuras en las naciones firmantes durante los próximos siete años, agregó.
La Alianza para el Protocolo de África, que reúne a 42 organizaciones de los 14 miembros de la Comunidad de Desarrollo, está trabajando en un plan de acción para apoyar a los gobiernos en el logro de las metas planteadas, ya que el documento hace un llamamiento para lanzar campañas de concientización y elaborar informes sobre los progresos hacia los objetivos cada dos años.