El aporte económico a los atletas de Argentina, tradicionalmente exiguo, creció esta vez de cara a los Juegos Olímpicos de Beijing. Sin embargo, distintas voces del ámbito deportivo advierten que no alcanza sólo con más dinero para dar un verdadero apoyo a las distintas disciplinas.
Datos oficiales indican que el presupuesto de la Secretaría de Deportes pasó de 26 millones de pesos a 107 millones (de 8,5 millones a 35,6 millones de dólares aproximadamente) de 2003 a 2008. La mayor parte de esos recursos se van en competencias y becas que reciben más de 600 deportistas.
Pero más allá de que los apoyos monetarios sean más o menos suficientes, expertos señalan que falta mayor voluntad política de invertir en deportes, un mejor plan de financiamiento en el que intervenga el Estado y los privados, y una gestión más profesional de las federaciones que representan a cada disciplina.
La delegación que viajó este año a Beijing está integrada por 138 atletas de 20 disciplinas. El número es inferior a la delegación que participó en 2004 en Atenas, pero la secretaría explicó que esa merma no responde a una limitación presupuestaria sino a la cantidad de deportistas que clasificaron para esta nueva edición olímpica.
"El Estado no decide cuántos atletas van. Viajan los que clasificaron. Ningún deportista que haya alcanzado las marcas se quedó sin viajar", aclaró a IPS el director nacional técnico deportivo, Osvaldo Arsenio.
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El funcionario destacó la suba del presupuesto para el deporte, pero admitió que aún no alcanza. "Hay una tendencia que va mejorando, pero por supuesto hay países en la región como Brasil, Cuba o Venezuela donde el apoyo es mayor", distinguió.
Arsenio señaló que, a excepción del fútbol y del básquetbol, que tienen más respaldo privado, el Estado aporta 80 por ciento del presupuesto para deportes. "Sin ese apoyo, las federaciones estarían en extinción", aseguró. De todos modos, consideró que lo ideal sería un equilibrio con el sector privado, que es el modelo al que se aspira.
En diálogo con IPS, el ex atleta olímpico y ex secretario de Deportes (1999-2001), Marcelo Garraffo, advirtió que a una competencia como la de Beijing "van los que clasifican, no los que tienen dinero". No obstante, sostuvo que con mayor inversión del Estado podrían ser más los deportistas que alcancen las marcas para competir.
Garraffo consideró "relativo" decir que el presupuesto creció. "La mayor parte del dinero para alto rendimiento se consume en dólares, porque se va en pasajes y competencias internacionales. Por eso, más que un aumento hay una actualización", dijo. En su gestión, se gastaba en torno a los 27 millones de dólares al año.
En Argentina "hay una política deportiva, pero lo que no hay es voluntad política de apoyar verdaderamente el deporte con planes de 100 o 200 millones de dólares y a cuatro u ocho años", añadió. Ese nivel de inversión no se da desde mediados de siglo XX, cuando gobernaba el hoy extinto Juan Domingo Perón (1946-1955 y 1973-1974), recordó.
Otra de las cuestiones que los observadores consideran crítica para mejorar el desempeño de los deportistas es el funcionamiento de las federaciones. En un intento de dar más transparencia a la gestión, la Secretaría de Deportes resolvió en los últimos años no renovar subsidios a aquellas que no rinden cuenta de gastos.
"Excepto en fútbol, la mayoría de las federaciones son amateurs, y eso significa que son manejadas por voluntarios que a veces tienen trayectoria en el deporte y a veces no, pero que van a cumplir esa función después de su trabajo rentado y hacen lo que pueden, en general sin mucha idoneidad", describió Garraffo.
Para el ex funcionario, si la gestión no es profesional, los resultados serán siempre magros. "El deporte de hoy necesita marketing, prensa, y para eso hacen falta gerentes deportivos", propuso. De lo contrario, los recursos se malgastan y, si la secretaría no vuelve a otorgar subsidios, el perjudicado es el atleta, alertó.
El periodista deportivo Sergio Danishewsky, que cubrió las olimpíadas de Atenas en 2004, consideró que la gestión del ex futbolista Claudio Morresi al frente de la Secretaría de Deportes fue buena. A las federaciones que no rinden cuentas no se les volvió a dar dinero, pero no hicieron nada para mejorar ese déficit, dijo a IPS.
Garraffo, quien participó de tres olimpíadas y fue abanderado olímpico en los juegos de Barcelona (1992), remarcó además que, si el Estado tiene un programa claro como el que hay en España con fondos públicos y privados, se constituiría un respaldo de largo plazo que permitiría el desarrollo del deporte en las generaciones venideras.
Arsenio coincidió en que un plan como el de la Asociación de Deportistas Olímpicos de España, más conocido como ADO, potenciaría el deporte.
Para Garraffo, el plan español "fue un quiebre" para su deporte, y atribuyó el buen desempeño actual de ese país en materia deportiva a la inversión que viene haciendo desde 1992 con ese programa.
Para este ex funcionario, que también integró el seleccionado argentino de hockey sobre césped, los jugadores hoy son tentados para trabajar en otros países en deportes profesionales como el fútbol y el básquet, pero también en otros como el rugby, el voleibol o el hockey. "En Europa ganan por lo menos cinco veces más que acá, es lógico que quieran irse, pero es una lástima porque se va el deportista, que es espejo para los más chicos, y también se van los entrenadores", alertó.
En Argentina, las becas van de 425 pesos a 2.300 al mes (entre 141 y 766 dólares), con algunas excepciones, como es el caso de los deportistas en silla de ruedas que cobran el equivalente a unos 1.200 dólares mensuales.
El único boxeador que integra esta vez la delegación argentina, Ezequiel Maderna, constituye un caso paradigmático. "El apoyo de la Secretaría de Deportes es pobre. Yo cobro 450 pesos por mes (150 dólares) y tengo esposa y una hija. El año que viene voy a tener que empezar a jugar a nivel profesional", lamentó.
El boxeo es el deporte que dio más medallas olímpicas a Argentina en su historia. De las 60 que ganó el país en distintas disciplinas, 24 vienen del box. Pero esa performance declinó en los últimos años. "Hay menos viajes y entonces menos oportunidad de que los boxeadores se fogueen", explicó Maderna.
Sin embargo, Arsenio dijo que el asunto es más complejo. "Argentina tiene una enorme tradición olímpica en boxeo, pero antes los atletas llegaban a las olimpíadas con 26 años y más de 150 peleas, en cambio ahora un joven de 18 años que ganó dos o tres peleas ya es tentado para iniciar una carrera profesional".
En el boxeo, el reglamento impide a un jugador profesional participar de una olimpíada. "Nosotros tuvimos becado a un gran valor como Marcos Maidana, que ahora va a pelear por un título mundial, pues los empresarios le ofrecieron un contrato profesional y ahí encontró su futuro", justificó el funcionario.
