Haider acaba de regresar de Irán con suficiente dinero para pagar su casamiento y un automóvil nuevo. En ese país se entrenó para sumarse a la organización iraquí Badr, rama armada del Partido Dawa, del primer ministro Nouri al-Maliki, respaldado por Estados Unidos.
Muchas personas más están en su misma situación. Badr capacita para defender a los líderes chiitas, cada vez más blanco de ataques de grupos insurgentes. Dawa es un partido dominado por esa rama del Islam e inevitablemente busca apoyo de sus correligionarios iraníes.
La milicia Badr ha sido responsabilizada de varios ataques contra las fuerzas Sahwa, versión provincial de las milicias sunitas de las Fuerzas del Despertar creadas para combatir a Al Qaeda.
Las autoridades estadounidenses asentadas en Iraq le pagan a cada uno de sus 90.000 miembros de esa fuerza en todo Iraq 300 dólares al mes.
"Los combatientes creen que los funcionarios chiitas pertenecen a la Organización Badr, que recibe entrenamiento y está dirigida por Irán, por supuesto, con conocimiento de los estadounidenses", señaló un líder de Sahwa, que pidió reserva de su identidad.
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La milicia Badr mantuvo por 20 años su base en Irán durante el régimen de Saddam Hussein, quien gobernó Iraq de 1979 a 2003 y fue ejecutado en la horca en 2006 cuando la ocupación estadounidense cumplía tres años.
La organización está integrada en gran parte por exiliados iraquíes, refugiados y desertores que pelearon con los iraníes en la guerra Irán-Iraq (1980-1981).
El toque iraní llega de diversas formas, hasta con chocolates. "Los militantes (ahora miembros de Sahwa) mantuvieron bloqueadas las importaciones procedentes de Irán", dijo a IPS Hasan Qader, un comerciante de Baquba, capital de la provincia de Diyala.
"Mataron a los comerciantes que negociaban con ellos. Era raro ver chocolate iraní o cualquier otro producto. Con el gobierno parcialmente controlado por los chiitas, en especial en los últimos seis meses, los comerciantes pueden ingresar mercancía iraní", añadió.
La población de Diyala está dividida respecto de Irán. La mayoría de los chiitas parecen estar a su favor, pero muchos sunitas sostienen que a ese vecino país le cabe la misma responsabilidad que a Estados Unidos en la destrucción de Iraq.
"Si Estados Unidos lanza un ataque contra Irán, seré el primer voluntario en luchar del lado estadounidense", dijo a IPS Abdul-Razaq, un comerciante local.
En 2003, los sunitas abarcaban a 90 por ciento de la población de Diyala. Pero la influencia chiita creció a raíz de su peso en el gobierno.
"Irán tiene gran influencia mediante los hombres de la Alianza Iraquí Unida del gobierno, representados por el Consejo Supremo Islámico Iraquí y el Partido Dawa", dijo a IPS un profesor de Baquba que pidió reserva de su identidad.
"El gobernador arregló la importación de aceite de Irán a un alto precio jamás antes visto", dijo IPS un funcionario que no quiso dar su nombre.
Antes, el Ministerio de Comercio importaba aceite de Turquía porque era de mejor calidad y a un precio razonable.
También se responsabiliza a la influencia iraní por la corrupción del gobierno local.
"Creo que la influencia iraní se mantendrá mientras existan hombres como el gobernador de esta provincia", Raad Rashid Jawad, indicó a IPS el comerciante Qahtan Jasim. "Fue y sigue siendo la provincia más corrupta por culpa de su gobierno".
La República Islámica vende electricidad a Iraq, en especial a la provincia de Diyala, en el marco de un contrato con Bagdad.
"El gobierno iraquí paga cinco millones de dólares al mes por la electricidad de la provincia de Diyala", dijo a IPS Mohammed al-Nieemy, presidente del directorio de electricidad de esa provincia.
La asistencia iraní tiene elementos positivos, como más electricidad y acuerdos comerciales que ayudan a la atribulada economía nacional, pero muchos iraquíes acusan a Irán de inmiscuirse en asuntos internos.
"No tenemos un gobierno representativo aquí ni en Bagdad por la fuerte influencia iraní", dijo a IPS Omar Abdullah, comerciante de esta ciudad. "Pero esa influencia sólo favorece a quienes los apoyan y perjudica a los que no lo hacemos".
La influencia iraní no podría haber existido sin la ocupación encabezada por Estados Unidos, piensan otros más como un profesor que no quiso dar su nombre por el clima de terror que se vive en el ámbito local.
"La milicia Badr y todos sus líderes políticos y religiosos entraron a Iraq sobre los tanques estadounidenses", sostuvo el profesor. "Antes que ellos llegaran, no había forma de que pusieran un pie en este país".
(*Ahmed, corresponsal en la provincia de Diyala, trabaja en estrecha colaboración con Dahr Jamail, nuestro especialista radicado en Estados Unidos y especializado en Iraq)