DESARROLLO-PERÚ: Pobres con riqueza esquiva

San Marcos es un distrito andino que encarna la paradoja que vive Perú. Está ubicado en una de las regiones con mayor porcentaje de pobres del país, es el que más dinero por canon recibe por la explotación minera en su territorio y, sin embargo, apenas pudo ejecutar cuatro por ciento de esos recursos.

El alza del precio internacional de los minerales ha beneficiado tanto a San Marcos que, de los casi 200.000 dólares que recibió en 2005 por el canon correspondiente, pasó a tener en 2007 de golpe 73,5 millones de dólares.

El canon comunal es 50 por ciento del impuesto a la renta que pagan al estado peruano las empresas que explotan recursos naturales no renovables, y le es transferido como una compensación económica a las zonas donde se realiza esta actividad.

En San Marcos, en la región Ancash, más de 90 por ciento de sus ingresos por concepto de canon provienen de las operaciones de la minera Antamina, conformada por capitales canadienses, británicos y japoneses.

Según el gubernamental Fondo Nacional de Cooperación para el Desarrollo (Foncodes), la extrema pobreza cunde en este distrito, con una tasa de desnutrición de 51 por ciento. Su población forma parte del 42.6 por ciento de pobres que viven en Áncash y que en los últimos dos años han sentido el incremento del costo de vida al mismo ritmo que las transferencias por canon.
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Como ejemplo, los pobladores recuerdan que un menú costaba antes tres soles y ahora vale el doble, alcanzando el precio que se paga en Lima.

La zona urbana de San Marcos luce hoy como un gran mercado de víveres al por mayor, ropa, teléfonos móviles y otros artefactos, aunque tenga que sufrir cortes de luz repentinos y sin fecha de retorno debido a que la planta hidroeléctrica que los abastece del servicio ha colapsado. Mientras que en las zonas rurales, no existen carreteras sino trochas, el agua es entubada y el servicio rotativo entre los diversos sectores. La cobertura de desagüe aún es parcial.

"Queremos que construyan las carreteras, que mejoren los servicios básicos. ¿De qué nos sirve tener la plata en el banco?", preguntó ante IPS Gaspar Guerra, uno de los 12.000 habitantes de San Marcos esperanzados en poder disfrutar de los beneficios del canon.

Es tal el entusiasmo que en agosto del año pasado los cuatro centros poblados del distrito decidieron en los talleres de presupuesto participativo la ejecución de 400 obras. Esto quiere decir que el municipio debía ejecutar más de una obra por día en un año.

"Esto es imposible. Vamos a hacerle entender a la población que lo máximo que podemos hacer son 100 obras en un año. La idea es pensar en proyectos grandes", aseguró el gerente de presupuesto y planificación del municipio, Damián Bernal Castillo.

El funcionario informó que el año pasado sólo se ejecutó cuatro por ciento del presupuesto de inversión, principalmente en obras para mejorar escuelas y hacer saneamiento, mientras que en lo que va de 2008 sólo se ha logrado avanzar con seis por ciento.

La Oficina de Programación de Inversiones (OPI) de la municipalidad ha declarado viables 150 perfiles de proyectos de los 220 que se presentaron entre 2006 y 2008. Pero en 2007 sólo se inició la ejecución de 37 obras y este año se convocó la licitación de otras 56.

"Faltó decisión para avanzar en las obras, pero también criterio para evitar la elaboración de proyectos pequeños que terminan atomizando el gasto", admitió el jefe de la OPI, Eugenio Américo Lugo.

Como ejemplo, explicó el funcionario, la población pidió el mejoramiento de 70 caminos de herradura y, en lugar de hacer un perfil para cada obra como se hizo, pudo simplificarse en sólo seis para reducir a la mitad el proceso de licitación y ejecutar los trabajos en menos tiempo.

"¿Aquí la pregunta es cómo hacemos para manejar tanto dinero? Lo que sucede en ese distrito pone a prueba a la administración pública en todos los niveles de gobierno.

Si esta municipalidad tiene poca ejecución de gasto también es responsabilidad del gobierno nacional, que debe fortalecer sus capacidades y a la vez poner límites del presupuesto en función de lo que puede gastar con responsabilidad", señaló a IPS Epifanio Baca, responsable del área Vigila Perú de la no gubernamental Propuesta Ciudadana.

Para este experto, debe crearse un fondo que permita guardar recursos para los años en que las transferencias por canon no sean tan abultadas.

Los gobernantes de San Marcos mencionan como parte de las limitaciones a los parámetros técnicos del Sistema Nacional de Inversiones (SNIP) que establece el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), además de las exigencias del Consejo Superior de Contrataciones y Adquisiciones del Estado (Consucode), que somete a los procesos de licitación a un año a más de duración.

Otro aspecto a considerar es el poco personal técnico y calificado para elaborar y ejecutar los proyectos pese a que este año se han contratado más profesionales.

Cada área, que debe desembalsar la hilera de perfiles, expedientes técnicos y procesos de licitaciones, sólo cuenta en promedio con tres especialistas, por lo que en promedio 90 por ciento de la elaboración de los estudios de inversión están en manos de consultoras.

Con la llegada de los ingentes recursos a San Marcos, también crecieron los cuestionamientos a sus autoridades ante la poca eficacia demostrada. Por ello, en marzo surgió una iniciativa para solicitar la revocatoria del alcalde Félix Solórzano, quien, además de contratar más personal para avanzar con las obras, creó un programa de empleo temporal.

Así surgió el Proyecto de Mantenimiento de Infraestructura Pública (PMIP), que beneficia a cerca de 4.000 pobladores y se mantiene con 20 por ciento de los recursos por canon que recibe este municipio.

De esta manera, los pobladores ganan el equivalente a 150 dólares por cada quincena laboral por barrer las calles, retirar las piedras en los caminos de herradura o limpiar los cementerios en una jornada de ocho horas.

"La solución no es generar asistencialismo dando empleo temporal a la gente porque esto va en contra del desarrollo. Aquí debería fiscalizar la Contraloría", señaló Baca.

Para Baca, las autoridades de San Marcos tendrían que establecer alianzas con otros municipios aledaños y las autoridades provincial y regional para hacer obras de mayor impacto social. "No se puede actuar aisladamente", agregó.

Pero el alcalde Solórzano asegura que, paralelamente a dar trabajo, avanza en la ejecución de obras que demanda la población. "No es fácil manejar tanto dinero, por eso nos hemos reorganizado con el fin de priorizar obras que tienen gran impacto en la gente", señaló a IPS.

Las obras declaradas viables por la OPI en la mayoría de casos son pequeñas inversiones para el mejoramiento de caminos de herradura, instalación de agua y alcantarillado, canales de regadío y otras construcciones nada urgentes como cinco minicomplejos deportivos.

El entusiasmo por las obras de hierro y cemento abunda por estos rincones de Áncash antes que la ejecución de proyectos productivos que llevan al desarrollo. En Chavín de Huántar, distrito vecino de San Marcos, se construye a todo motor con el canon un nuevo estadio, al igual que en Uco, otro distrito de la zona que apenas cuenta con 1.800 habitantes.

El presidente del Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (Ceplan), Agustín Haya de la Torre, comentó que es importante fomentar la meritocracia en la administración pública para mejorar el uso del canon.

Con esa intención, aseguró que además revisará los parámetros técnicos del SNIP y Consucode para concertar con los gobiernos regionales y locales una mejor manera de su aplicación

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