Para quienes luchan por los derechos femeninos, se acercan dos instancias clave en el debate internacional sobre cómo avanzar en la igualdad de género.
Se trata de la Tercera Conferencia sobre la Efectividad de la Ayuda, que se celebrará en Accra en septiembre, y la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre Financiamiento del Desarrollo, a realizarse en diciembre en Doha.
Las activistas se dedicarán a presionar a sus gobiernos para que adopten un enfoque holístico del desarrollo, desde lo local a la global.
Entre otros planteamientos, figuran la integración de la dimensión de género en el comercio, el desarrollo, la inversión extranjera directa, la deuda, la cooperación internacional, la gobernanza y en los derechos humanos, dijo a IPS Cecilia Alemañy, de la no gubernamental Asociación para los Derechos de las Mujeres en el Desarrollo, red internacional con sede en Canadá.
IPS: —¿Cuáles son las barreras que existen actualmente para imponer los derechos de las mujeres en el mundo?
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CECILIA ALEMAÑY: — El poder político, a nivel nacional e internacional, es todavía muy masculino. Los negociadores en la Organización Mundial de Comercio, por ejemplo, no son muy sensibles al modo en que la liberalización o las cuotas comerciales afectan a las poblaciones, y en especial a las mujeres.
Esto es sólo una parte del problema. Quienes definen las políticas y las negociaciones a nivel nacional e internacional están influidos en la mayoría de los casos por los intereses de las corporaciones más que por sus sociedades.
Estos grupos y las mujeres que serán afectadas por las decisiones que se tomen no son habitualmente consideradas y, lamentablemente, jamás reciben una invitación para sentarse a la mesa.
El Grupo de Trabajo de Mujeres sobre Financiamiento para el Desarrollo organizó en junio en Nueva York una jornada de consultas. Parte del análisis de la declaración final señala que "el comercio no es un fin en sí mismo. Debe servir a las personas y al desarrollo inclusivo, el ejercicio de los derechos humanos y el derecho al desarrollo para todos, junto con el logro de una economía que tome en cuenta a las personas y la sustentabilidad ambiental. Una perspectiva de género del comercio debe ser holística, de apoyo al marco más amplio de las convenciones internacionales y los compromisos multilaterales para el bien común".
— ¿Se ha establecido un vínculo entre la capacidad para el desarrollo y los cambios en las políticas públicas promulgadas por quienes se encuentran al frente de la lucha por la igualdad de las mujeres?
— Sí, por supuesto. Quienes toman las decisiones en todos los niveles no siempre integran la dimensión de género. Internacionalmente, las actuales agendas de cooperación excluyen flagrantemente objetivos de desarrollo claros como, por ejemplo, la igualdad de género, los derechos humanos y la sustentabilidad ambiental.
Varios países ricos, que supuestamente son más progresistas en materia de derechos femeninos, ignoran cómo integrar el desarrollo, los derechos humanos y la igualdad de género. Hay avances técnicos en estas discusiones que no se aplican en el terreno.
La "comunidad de donantes" lidera un debate internacional sobre la "efectividad de la ayuda", que se basa sobre el hecho de que la cooperación internacional no ha sido efectiva y no sirvió para generar desarrollo. Sin embargo, las voces de las mujeres no son consideradas en este debate.
— ¿Cuáles son las principales preocupaciones de la sociedad civil acerca de la Agenda de Acción para Accra, particularmente desde la perspectiva de los grupos femeninos?
— El actual borrador de la Agenda contiene muy pocos compromisos concretos. Se debe asegurar que la mejora en la calidad de la ayuda no socave sino que contribuya al logro de metas de desarrollo acordadas internacionalmente, que contemplen la igualdad de género, el trabajo decente para todos y la protección de la sustentabilidad ambiental.
— ¿Qué sucede en la relación entre los donantes y los gobiernos de los países en desarrollo? ¿Habrá más transparencia en materia de ayuda?
— La agenda de Accra y todo lo que tiene que ver con la efectividad de la ayuda debe ser concebida en un marco más amplio: el de la efectividad del desarrollo.
Se debe reconocer que el espacio principal, el foro de diseño de políticas con participación igualitaria de todos los países, es la Organización de las Naciones Unidas, particularmente a través del Foro de Cooperación para el Desarrollo y el proceso de Financiamiento para el Desarrollo con vistas a la reunión de diciembre en Doha.
El significado que se otorga a la transparencia en el borrador de la agenda para Accra es más bien estrecho. Es esencial que los donantes compartan más información con los gobiernos de los países en desarrollo para facilitar la existencia de procesos presupuestarios efectivos y con rendición de cuentas.
Y los ciudadanos también tienen el derecho a estar bien informados sobre la ayuda que recibe su país. La transparencia es algo más que la exposición de hechos: tiene que ver con la participación y la toma de decisiones.
Es imperativo que la agenda para Accra acuerde una nueva forma de medir la propiedad, que debe ser de los ciudadanos de un país, no de los donantes o del Banco Mundial. Debe medir la participación de los ciudadanos, la sociedad civil y los parlamentos en la decisión, planificación, implementación y evaluación de las políticas nacionales, los programas y presupuestos.