ELECCIONES-EEUU: Mensaje de Obama desde Israel

Barack Obama encendió una vela en Yad Vashem, el memorial en Israel del Holocausto judío. Pronunció un discurso con cajas vacías de cohetes palestinos a sus espaldas. Oró en silencio ante el Muro de los Lamentos.

Estas son algunas instantáneas que dejó en 36 horas la visita a Israel del virtual candidato presidencial del opositor Partido Demócrata estadounidense, que concluyó este jueves.

Una de las intenciones de Obama en esta escala de su gira de ocho días por siete países de Medio Oriente y Europa fue despejar las dudas y suspicacias que su candidatura despierta entre los votantes estadounidenses judíos.

El senador demócrata también viajó a la ciudad cisjordana de Ramalá para reunirse con el presidente palestino Mahmoud Abbas, una escala que muchos políticos dejan de lado en sus giras pro Medio Oriente.

De todos modos, Obama tenía su mira no tanto en los israelíes sino en los votantes judíos de Estados Unidos.
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El principal objetivo de la gira era sacar lustre a sus credenciales en materia de política internacional, considerada su talón de Aquiles en la comparación con el supuestamente más experimentado candidato del gobernante Partido Republicano, John McCain.

Pero en Israel, la visita tenía un valor agregado: transmitirles con claridad a los judíos estadounidenses el mensaje de que estaba comprometido con la seguridad israelí y con la actual relación estratégica entre su país y el que lo recibía con los brazos abiertos.

En Yad Vashem también dejó una corona de flores y un mensaje en el libro de visitantes: "En tiempos de gran peligro y tormento, guerra y conflictos, somos bendecidos por tener un recordatorio tan poderoso del potencial humano para el mal, pero también de nuestra capacidad para elevarnos de la tragedia y para rehacer el mundo."

En Sderot, una de las localidades más golpeadas por los cohetes disparados por palestinos desde Gaza. "Si alguien disparara cohetes en mi casa, donde vivo con mis dos hijas, haría todo lo que estuviera en mi poder para detenerlos, y espero que Israel haga eso mismo", declaró.

En su reunión con el presidente Shimon Peres, Obama sostuvo que su viaje tenía el objetivo de "reafirmar el vínculo especial entre Israel y Estados Unidos y mi permanente compromiso con la seguridad de este país".

"Confío en servir como un aliado efectivo, sea como senador o como presidente", agregó.

Obama se entrevistó y posó para la fotografía con los principales líderes políticos de Israel. Luego de reunirse el miércoles con Peres, se encontró con el ministro de Defensa, Ehud Barak, y con la canciller Tzipi Livni. Ambos subieron a bordo del helicóptero que lo llevó a Sderot.

También se reunió con el líder opositor Benjamín Netanyahu y con el primer ministro Ehud Olmert en Jerusalén.

"Obama se reunió con todos los pasados primeros ministros, con el actual y con todos aquellos que aspiran al cargo", dijo, irónicamente, un jerosolimitano.

Ninguno de ellos "tuvo la sensación de que yo los presionaría para que aceptaran ninguna concesión que pusiera en riesgo la seguridad" de Israel, dijo Obama.

Judíos estadounidenses muestran preocupación ante la posibilidad de que el senador demócrata muestre, en caso de acceder a la Casa Blanca, una mayor cercanía a los palestinos que el presidente George W. Bush.

También les alarma su manifiesta intención de embarcarse en un diálogo directo con Irán, país que, según Israel, intenta hacerse con un arsenal nuclear.

"Obama tiene problemas con algunos votantes judíos", dijo a IPS Roni Bart, experto en política exterior estadounidense en Medio Oriente del Instituto para la Seguridad Nacional con sede en Tel Aviv.

El candidato usó como "símbolos" de su compromiso con la seguridad israelí sus visitas a Yad Vashem, Sderot y el Muro de los Lamentos, explicó.

Según Bart, la mayoría de los judíos estadounidenses no deciden su voto por la posición del candidato hacia Israel sino por su plataforma de política interna.

"Pero existe un sector considerable para quienes el vínculo con Israel es el asunto más importante", agregó. "Para este grupo, la cuestión palestina y la cuestión iraní son muy importantes. Y perciben a Obama como menos abierto a la opción militar que sus predecesores."

Los judíos son una fracción muy pequeña del electorado estadounidense, pero su impacto es desproporcionadamente alto porque se concentran en estados donde no está asegurado el triunfo de uno u otro partido, como Florida, y donan considerables sumas de dinero a las campañas políticas.

Obama también tiene muy claro que tiene una proporción de adhesiones entre los judíos menor que cualquier candidato presidencial demócrata, según las encuestas.

Por lo general, según Bart, 85 por ciento votan a ese partido, pero esa proporción bajó en las elecciones pasadas, con John Kerry como candidato, a 76 por ciento, y se redujo aun más ahora, con 63 por ciento.

Muchos israelíes comparten la preocupación de esos judíos estadounidenses.

No obstante, la mayor parte de la izquierda israelí critica la falta de involucramiento del gobierno de George W. Bush con el proceso de paz de Medio Oriente, y considera que un compromiso activo y enérgico por parte de Estados Unidos es fundamental para alcanzar un acuerdo.

Ése parece ser el enfoque de Obama. Pero los sucesivos gobiernos israelíes, dijo Bart, siempre preferirán una Casa Blanca menos intervencionista y "más halcona", lo cual explica la preferencia del gobierno por McCain, indicó Bart.

"Obama es percibido como una especie de Jimmy Carter (1977-1981), y McCain más como Bush", añadió. "Entre esos dos modelos, cualquier primer ministro israelí preferiría a Bush sobre Carter."

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