El tentativo deshielo de las relaciones entre Estados Unidos e Irán es visto con alivio o desconfianza en Arabia Saudita, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar, vecinos del Golfo Pérsico o Arábigo.
Autoridades de Emiratos expresaron su disposición para apoyar todos los esfuerzos tendientes a lograr la paz, la seguridad y la estabilidad en la región.
Lo hicieron luego de una reunión en Abu Dhabi entre la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Condoleezza Rice, con representantes de los países que integran el Consejo de Cooperación del Golfo (GCC) junto a otros de Egipto, Irán y Jordania.
La conferencia se registró el lunes, 48 horas después de que el subsecretario de Estado para Políticas, William Burns, representara en Ginebra a Washington en un diálogo multilateral con Irán, para negociar sobre el programa de enriquecimiento de uranio que lleva adelante Teherán.
Asimismo, Estados Unidos podría abrir una "sección de intereses" en la capital iraní, similar a la existente en La Habana, que de concretarse representaría en los hechos una reanudación de las relaciones diplomáticas interrumpidas en 1979.
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El diario en inglés The National, que se publica en Abu Dhabi, la capital de Emiratos, señaló que "las noticias no son necesariamente malas. No se pueden ignorar las señales de un deshielo regional, pero tampoco hay que sobrevalorarlas".
El periódico agregó que "ha habido más estabilidad en la región que la esperada hace pocos años atrás. Las partes en conflicto están dialogando y eso es positivo. La región del Golfo no quiere asistir a otra guerra que afecte a sus ciudadanos y su desarrollo económico, ni desea un cambio dramático en el equilibrio de poder".
La responsabilidad de llegar a un "compromiso razonable" es compartida por Estados Unidos e Irán, pero también por la comunidad internacional, destacó The National.
Por su parte, el diario saudita Arab News señaló en un editorial que aunque no está claro si el gobierno de Mahmoud Ahmadinejad optará por la cooperación o la confrontación "el hecho es que luego de todas las amenazas y contraamenazas, Estados Unidos e Irán se sentaron a la misma mesa, lo que representa un gran cambio y ofrece señales de que se ha evitado un curso de colisión".
Expertos consultados por IPS prefirieron evaluar el tema con precaución.
"Los contactos con Irán deben ser estimulados, pero es muy pronto para decir cuáles son las reales intenciones de Washington. Todavía hay funcionarios en la Casa Blanca que consideran que tienen una última oportunidad para solucionar el problema" antes de que asuma el próximo presidente estadounidense, el 20 de enero de 2009, dijo Christian Koch, director de estudios internacionales del Centro de Investigaciones del Golfo.
Luego de las negociaciones del día 19 en Ginebra, Rice otorgó a Teherán un plazo de 15 días para responder a la propuesta de que suspenda su programa nuclear a cambio de desechar la nueva ronda de sanciones impuestas por la Organización de las Naciones Unidas.
En caso de que no lo haga, Washington impulsaría la adopción de "medidas punitivas", agregó.
"Si Estados Unidos se embarca seriamente en un proceso de negociación, al GCC le gustaría ser informado. Los contactos son positivos, pero no a expensas de los intereses de los países del Golfo", afirmó Koch.
Este es un punto que preocupa a Ebtisam Kitbi, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Emiratos Árabes Unidos.
Un acercamiento entre Washington y Teherán es bueno para el mundo, pero no necesariamente para los países del Golfo, "que se volverán más débiles con cada paso que fortalezca a Irán", señaló.
"Negociando con Teherán, Washington está tratando de vendernos. Después de marginar a Irán por décadas, ahora Estados Unidos intenta facilitar su retorno al centro de la arena política regional e internacional. De hecho, Irán trata de alejar a esta región de la órbita de Washington y ellos lo están facilitando", agregó.
"Están recompensando a Teherán por su sistemática actitud de desafío y castigando a los países del Golfo por haber sido buenos aliados", dijo Kitbi.
La experta señaló que un acercamiento es mutuamente beneficioso para Estados Unidos e Irán.
Washington está interesado en el petróleo iraní, para controlar los desbocados precios del crudo y sus derivados, quiere contrarrestar la creciente influencia de China en la región y busca una opción que le permita retirarse de Iraq, donde la influencia iraní es considerable, "salvando las apariencias", afirmó.
Por otro lado, permitiría a Irán acercarse a ser "oficialmente coronado" como potencia regional indisputada, mantener la opción de continuar más adelante con su programa nuclear, retener su influencia en Iraq y garantizar la supervivencia del régimen, agregó Kitbi.
Asimismo, argumentó, posibilitaría a Teherán diseminar la ideología chiíta en una región mayoritariamente sunita (las dos ramas principales de la fe musulmana), pronosticó.
Es una perspectiva especialmente preocupante para Arabia Saudita, Bahrein y Kuwait, que cuentan con una numerosa población de creencias chiítas, que podría volverse en una fuente de inestabilidad en el futuro.
Como muestra de esta tensión, clérigos chiítas de Arabia Saudita criticaron este mes a sus pares sunitas por emitir un edicto religioso que condenaba los "preceptos infieles" de los postulados chiítas. Señalaron que los autores de ese texto padecían problemas psicológicos.
La presencia de representantes de Iraq en la reunión con Rice puede estar vinculada con un esfuerzo para limar estar diferencias sectarias.
La participación de Bagdad es vista como la voluntad de los líderes árabes sunitas de mantener consultas con el gobierno iraquí, mayoritariamente chiíta, en el marco de un proceso de reconciliación. Esta semana, seis ministros sunitas retornaron a la coalición oficialista en ese país.
Los países del Golfo se han acercado a Irán en los últimos años, no sólo para evitar una guerra y mantener el crecimiento económico, sino por la simpatía del público árabe hacia Teherán, por su actitud de enfrentamiento con Estados Unidos.
"Las naciones del Golfo deben recordar que los holandeses, los portugueses y los británicos dominaron la región por alrededor en un siglo, en cada uno de los casos. Si la historia enseña algo, podría ser que la centuria estadounidense también está llegando a su fin", dijo a IPS el académico Ali Sheikholeslami, profesor emérito de la británica Universidad de Oxford, nacido en Irán.
"Por otra parte, árabes e iraníes han vivido juntos en esta región por miles de años y continuarán haciéndolo", agregó.
"Durante la guerra que mantuvieron entre 1980 y 1988 Irán e Iraq, los países del Golfo gastaron 100.000 millones de dólares para apoyar a Bagdad. Ahora los iraníes esperan cierta buena voluntad para compensar el pasado", dijo.
Pero Kitbi es pesimista. "Estamos de vuelta en el punto de partida. Podremos alejarnos de la amenaza de la guerra, pero estaremos más cerca de ser dominados por Irán. En esta trágica realidad, los países del Golfo sufrirán en cualquiera de los escenarios", afirmó.