Estados Unidos, la mayor economía mundial, conmemoró este viernes su independencia con pocos motivos de alegría. Las pérdidas de empleo son las peores en seis años. La recesión parece dominar, de hecho, de todos los sectores económicos.
Estadísticas difundidas antes del feriado nacional del 4 de julio ofrecen pocas esperanzas de una pronta recuperación. Tanto los países pobres como los ricos sienten por igual los efectos de la recesión que experimenta Estados Unidos.
Los problemas económicos son los que primero aparecen en la lista de preocupaciones de la ciudadanía ante las elecciones de noviembre, según numerosas encuestas.
La pérdida de puestos de trabajo genera particular ansiedad y contribuye con la caída de confianza de los consumidores.
"Demasiados estadounidenses pasarán este feriado sin del trabajo y haciendo denodados esfuerzos por mantener a sus familias, por culpa de las fallidas políticas de los últimos ocho años", dijo el jueves el candidato demócrata a la presidencia, Barack Obama.
[related_articles]
Por su parte, el rival republicano de Obama, John McCain, señaló que "Washington ya no puede abdicar de su responsabilidad para actuar". "Nuestra prioridad debe ser clara: implementar políticas para crear trabajos hoy", manifestó.
Los patronos se desembarazaron de 438.000 trabajadores desde enero, informó el jueves el Departamento de Trabajo. Sólo en junio, despidieron a 62.000, más de lo pronosticado por los economistas. Fue el sexto mes consecutivo de pérdidas netas de empleos.
Las masivas pérdidas de puestos de trabajo sobrepasaron los escasos avances observados en atención a la salud, educación, la industria turística y el gobierno.
La economía necesita crear más de 100.000 nuevos puestos cada mes sólo para mantenerse al día con los nuevos ingresos al mercado de trabajo.
Un día antes, la enorme firma procesadora de planillas laborales Automatic Data Processing (ADP) dijo que empresas privadas no agrícolas despidieron a 79.000 trabajadores el mes pasado, la mayor pérdida de empleos en ese sector desde noviembre de 2002.
El desempleo nacional se mantuvo estable en 5,5 por ciento, un punto porcentual más que hace un año, según el Departamento de Trabajo. A nivel nacional, hubo 8,5 millones de desocupados en junio. En el mismo mes del año pasado eran siete millones.
Sin embargo, es probable que las cifras del gobierno no reflejen la realidad, pues excluyen a quienes dejaron de buscar trabajo, y también a los que se perdieron su trabajo de tiempo completo y debieron aceptar uno de tiempo parcial.
Muchos economistas pronostican que el desempleo continuará aumentando hasta bien avanzado 2009, con un pico de seis por ciento.
En junio, "la reducción en el empleo se basó, fundamentalmente, sobre la industria, y sugiere una debilidad continuada", dijo Joel Prakken, presidente de Macroeconomics Advisers LLC, que elaboró los datos de planilla de ADP para el informe del miércoles.
Las empresas productoras de bienes (sector que exceptúa los servicios) dominaron la sangría del mes pasado, con 76.000 trabajadores despedidos. Fue el decimonoveno mes consecutivo de caída en el empleo del sector.
La industria manufacturera se deshizo de 44.000 empleados, en lo que fue su vigésimo segundo mes consecutivo de pérdida, señaló ADP.
Pero el sector de servicios, que continuaba creciendo de modo constante mientras otras áreas de la economía se estancaban, anunció su primera contracción de empleos desde noviembre de 2002, pues despidió a 3.000 trabajadores en junio, según ADP.
El Instituto para la Administración de Suministros (ISM, por sus siglas en inglés), que reúne a gerentes de compras de todo el país, anunció el jueves que el índice de actividad del sector de servicios cayó de 51,7 puntos en mayo a 48,2 en junio. Una lectura por debajo de 50 refleja contracción.
El índice de producción de la industria manufacturera del ISM para junio aumentó inesperadamente a 50,2, pero el grupo evaluó que se trata de una mera racha. Las mercaderías no vendidas se están acumulando, lo que probablemente conduciría a una mayor reducción de costos, agregó en su informe.
La asociación atribuyó el empeoramiento principalmente al encarecimiento del combustible, los alimentos y las materias primas.
Las órdenes de compra de bienes de capital —maquinarias y otros equipos para la industria— también caen, dijo el miércoles el Departamento (ministerio) de Comercio. Las empresas cuyas ganancias se reducen están recortando sus gastos y su capacidad de producción.
El Departamento también reportó un aumento en mercaderías no vendidas.
La crisis en el sector hipotecario de Estados Unidos, que ya va por su tercer año, continúa cobrándose empleos en la industria de la construcción y entre firmas financieras especializadas en ventas de viviendas y préstamos hipotecarios.
La evaluación de planillas de ADP "sugiere que no se atenuó la reciente presión sobre el empleo en estas industrias", dijo Prakken.
Las empresas constructoras eliminaron 349.000 puestos en los últimos dos años, y las firmas hipotecarias redujeron sus plantillas en 3.000 sólo en el mes pasado, según ADP.
Pero lo peor está por venir. La problemática firma hipotecaria Countrywide Financial anunció la semana pasada que recortaría 7.500 empleos, mientras Bank of America, el segundo banco de Estados Unidos, adquiere al problemático prestamista hipotecario.
Además, las pérdidas de empleo se propagan a otras áreas de la economía de servicios. Starbucks, símbolo de la expansión de ese sector, dijo que cerraría 600 de sus cafeterías en Estados Unidos el año próximo, o casi una de cada cinco abiertas en los últimos dos años.
La compañía señaló que enviaría notificaciones de despido a 12.000 empleados, alrededor de siete por ciento de su fuerza laboral mundial.
Los empleados de las aerolíneas también se preparan para los despidos, ya sufridos por los de Chrysler y otros fabricantes de automóviles de Estados Unidos, algunos de los cuales dijeron esta semana que sus ventas habían caído a bajas inéditas en los últimos 15 años.
Habrá más dolor, dijeron los economistas, y se sentirá en todo el mundo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial advirtieron en varias ocasiones desde fines del año pasado que el estancamiento de la economía estadounidense arrastra a otros países, lo que podría conducir a una recesión mundial.
América Latina y los países vinculados al debilitado dólar han sido muy perjudicados, pero las pérdidas también afectan a China e India, dos importantes comerciantes. Los problemas económicos en los países ricos también podrían aplastar a los más pobres, que dependen de la asistencia, advirtió el FMI.
Expertos internacionales esperan que gobiernos con considerables reservas de divisas y los que, con relativamente poca dependencia de la asistencia, las inversiones o los mercados exportadores de Estados Unidos, podrían capear la tormenta.
Pero el FMI advirtió esta semana que los desenfrenados precios de las materias primas estaban devorándose las finanzas de algunos países.