BOLIVIA-BRASIL: Indígenas cierran filas contra represas

Indígenas de Bolivia y Brasil se declaran en emergencia por la construcción del Complejo Hidroeléctrico del río Madera, que persigue sin pausa Brasilia, mientras investigaciones independientes buscan medir impactos del que será uno de los mayores proyectos energéticos de América del Sur.

Río Madeira, con Porto Velho al fondo. Crédito: Agencia Brasil
Río Madeira, con Porto Velho al fondo. Crédito: Agencia Brasil
El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva se propuso construir este año las represas de Jirau y San Antonio, primera parte del complejo en territorio brasileño. Pero los vecinos bolivianos del norte amazónico temen que se desencadenen daños ambientales y se les arrebaten sus tierras.

Las organizaciones que los representan se reunieron el 29 de junio en la norteña ciudad boliviana de Riberalta y se declararon en emergencia. El pronunciamiento de siete organizaciones sindicales y el Movimiento de Afectados por Represas del occidental estado brasileño de Rondonia, al que tuvo acceso Tierramérica, conminó al gobierno de Bolivia a "no negociar ni firmar ningún tipo de acuerdo" con Brasil.

El Madera, nombre con el que nace en Bolivia, o Madeira, en Brasil, se origina en la cordillera de los Andes, formado por los ríos Beni y Madre de Dios, para desembocar en el Amazonas, donde se convierte en uno de los cursos más caudalosos del mundo.

Atraviesa una región biodiversa, con un tramo binacional de rápidos y "cachuelas", o cascadas de baja altura. Tal entorno impide la navegación de gran envergadura, pero ofrece potencial hidroeléctrico.
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Investigadores del Instituto de Hidrología e Hidráulica de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y del Instituto de Investigación para el Desarrollo, junto a estudiosos apoyados por el no gubernamental Foro