El gobierno de Venezuela intentará determinar el impacto de las obras del tendido eléctrico hacia Brasil en las costumbres y formas de vida de los indígenas de la suroriental Gran Sabana. La investigación comenzará en los asentamientos de los indígenas pemones cercanos a la línea de transmisión eléctrica de mil 500 kilómetros, un símbolo de integración física entre dos países que es resistido por ambientalistas y nativos.
Entre los planes se contempla instruir a las etnias en actividades económicas de autoabastecimiento, como la piscicultura, y en autogestión eléctrica y actividades educativas para preservar su cultura.