Las cadenas de supermercados y la industria del aceite vegetal de Brasil se comprometieron por un año más a no comprar soja cultivada en áreas amazónicas recién deforestadas. La llamada moratoria de la soja fue acordada el día 17 por el ministro de Medio Ambiente, Carlos Minc, asociaciones empresariales y organizaciones ecologistas.
La primera versión del acuerdo, firmada en julio de 2006, se cumplió en buena medida por los precios internacionales más bajos que alcanzó la oleaginosa en 2007. Ahora la situación cambió por la carestía mundial de alimentos.
«Tenemos dos problemas: la presión de los precios y la capacidad técnica para sembrar soja. Prevemos que en la próxima cosecha habrá granos de nuevas zonas deforestadas», dijo a Tierramérica Luis Laranja, del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que participó en las negociaciones.