CHINA-MÉXICO: Paz comercial parcial y efímera

Industriales mexicanos recobraron en parte su tranquilidad este lunes, pues el gobierno logró aplazar hasta diciembre de 2011 la eliminación de algunas barreras y cuotas compensatorias a las importaciones chinas, que los tienen contra las cuerdas.

El acuerdo "es un respiro y ayuda a prepararnos. Ahora le pedimos al gobierno que insista con medidas contra el contrabando chino que es lo que nos ahoga", dijo a IPS Ramón Rivera, empresario mexicano de calzado ortopédico y de trabajo.

La Secretaría (ministerio) de Economía firmó el domingo con autoridades de China el Acuerdo Comercial de Transición en Materia de Cuotas Compensatorias, con el cual quedaron sujetas a protección 204 fracciones arancelarias "sensibles", de las 953 que expiraron a fines de 2007 en el intercambio con ese país asiático.

La firma se llevó a cabo en Perú, durante una reunión de ministros de Comercio del Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC) preparatoria de la cumbre de jefes de Estado de ese espacio, que se llevará a cabo en noviembre en Lima.

El nuevo acuerdo, logrado en cuatro rondas de negociaciones, siguió a la extinta "cláusula de paz" que en 2000 firmaron México y China a propósito del ingreso de este último a la Organización Mundial del Comercio (OMC).

"Los industriales mexicanos y su gobierno tienen una nueva oportunidad para prepararse, ojalá no desperdicien cuatro años para luego venir otra vez con el argumento de que requieren protección", dijo a IPS el asesor comercial privado Roberto Sarabia.

"En este punto hay que desechar la percepción de que China es un competidor desleal e ir hacia la búsqueda de alianzas con ese país y a una mejor planificación comercial", añadió Sarabia, que trabaja con pequeñas empresas nacionales que aspiran a mejorar el desempeño de sus ventas.

A diferencia de varios de los países de América del Sur, beneficiados en los últimos años de las voraces compras de China en productos básicos, para México el gigante asiático representa una dura competencia en la que hasta ahora ha perdido siempre.

China arrebató en 2002 a México el nicho de segundo mayor proveedor de Estados Unidos, y sus productos inundan el mercado mexicano a tal ritmo que se vaticina que en 2012 casi la mitad de las compras hechas en este país serán de productos chinos.

En 2007 el intercambio bilateral fue de 31.687 millones de dólares, con un déficit para este país latinoamericano de 26.000 millones de dólares.

China y México compiten en productos manufacturados similares, que el primero produce a menor costo.

La protección comercial que se prolonga hasta diciembre de 2011 rige en los sectores textil y de confección, calzado, juguetes, bicicletas, coches para bebés, herramientas, electrodomésticos, aparatos eléctricos, productos químicos, encendedores, lápices, válvulas, cerraduras y velas.

En conjunto, esos rubros representan alrededor de 9,5 por ciento del producto interno bruto manufacturero de México y generan cerca de un millón de empleos. Este país tiene más de 104 millones de habitantes, mientras China es el país más poblado del planeta, con más de 1.300 millones de personas.

Con el nuevo "acuerdo amistoso, México y China evitan tener que recurrir a largos y complicados procesos legales", señaló la Secretaría de Economía en un comunicado.

El empresario Rivera asegura estar listo para competir con productos asiáticos, "pero en buena lid y no con jugadas bajo la mesa o francamente sucias".

En los operativos contra el contrabando, la incautación de productos chinos está siempre presente, sobre todo de juguetes, componentes electrónicos y mecánicos, ropa, calzado y hasta de artesanías, presuntamente mexicanas.

En 2004, autoridades de China y México firmaron acuerdos para combatir el contrabando. Sin embargo, los industriales sostienen que nada ha cambiado.

Según la cámara empresarial textil, 90 de cada 100 productos chinos que llegan a México lo hacen de manera ilegal.

Los dos países mantienen mesas de negociación con miras a mejorar su relación, pero el desequilibrio comercial crece, igual que el contrabando.

Los vínculos políticos y comerciales bilaterales no parecen tener un carácter sustentable a largo plazo, "los choques serán inevitables", opinó Sarabia.

A mediados de mayo, la Secretaría de Economía anunció el fin de la negociación del Acuerdo para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones, instrumento que se firmaría en julio, cuando el presidente Felipe Calderón lleve a cabo una visita oficial a China.

Empresas mexicanas como el consorcio Grupo Alfa, de petroquímicos, aluminio, alimentos refrigerados y telecomunicaciones, la corporación de alimentos panificados Bimbo, Gruma, elaboradora de productos de maíz, y El Fogoncito, de comida autóctona, tienen presencia en China con inversiones cercanas a los 150 millones de dólares.

Mientras, la inversión china en México es 66 millones de dólares, en rubros como el agro, la pesca, la minería, la petroquímica, los electrodomésticos, la manufactura y la tecnología.

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