Dejar a un lado la hipocresía, gastar menos en armamento y destinar más recursos a la erradicación de la pobreza fueron los principales reclamos del presidente peruano Alan García a sus pares y jefes de gobierno en la clausura de la V Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea (ALC-UE).
"¿Con qué autoridad moral podríamos seguir hablando de lucha contra la pobreza si no ponemos punto final a la locura de la carrera armamentista?", señaló el jefe de Estado, levantando la voz.
Sin mencionar países, García afirmó que América Latina ha gastado 40.000 millones de dólares en equipos bélicos. "Con ese dinero se podría haber aliviado de la pobreza y del dolor a 80 millones de familias, (que pudieron haber sido beneficiadas) con 50 dólares por mes. Entonces, yo digo aquí donde están sentados los que compran y venden armamento, con qué autoridad moral venimos a hablar de pobreza", señaló.
En los rostros de algunos mandatarios era evidente la incomodidad por las expresiones de García, quien adornó su alocución con versos del poema "Masa", de César Vallejo.
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Al parecer, el mandatario peruano se molestó porque en las mesas de trabajo de la ALC-UE no se llegó a acuerdos concretos, sino que se suscribió un documento general de 57 puntos que abordan superficialmente los temas. Simplemente se amplió el documento original de 11 puntos de la "Declaración de Lima".
Alan García aludía a las adquisiciones militares de Chile y Venezuela, que según un informe reciente del no gubernamental Instituto Internacional de Suecia de Investigación para la Paz (SIPRI, por sus siglas en inglés), son los mayores compradores de material de guerra en América Latina.
Entre 2002 y 2007, Chile destinó 2.283 millones de dólares en una flota de 28 aviones caza F-16, 118 tanques Leopard, submarinos Scorpene, fragatas misileras holandesas, entre otros equipos.
Caracas gastó 1.147 millones de dólares en el mismo periodo, según SIPRI, especialmente en 24 unidades de Sukhoi-30MK2V, 53 helicópteros Mi-35, Mi-26 y Mi-17 y 100 mil fusiles Kalashnikov 103.
Los gobiernos izquierdistas del ecuatoriano Rafael Correa y el venezolano Hugo Chávez incluso han anunciado más adquisiciones: el primero destinará 280 millones de dólares para comprar 24 aviones Súper Tucano y el segundo invertirá 2.000 millones de dólares en 12 aviones Ilyushin, cuatro submarinos 636 y diez helicópteros de ataque nocturno Mi-28NE, según informó el diario moscovita Kommersant.
De acuerdo con SIPRI, Chile es el que más gasta en armas en América Latina, seguido por Venezuela.
Para el presidente Alan García, los odios irresueltos entre países vecinos incentiva la carrera armamentista en la región, en obvia alusión a las diferencias entre Venezuela y Colombia, y Ecuador y Colombia.
Perú también mantiene diferencias en cuanto a límites marítimos con Chile, caso que ha llevado a la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya. Para el periodo 2007-2011 Alan García concluye su periodo el 28 de julio de ese año—, su gobierno ha previsto destinar 654 millones de dólares en la modernización del sistema de armas de las tres fuerzas. Los primeros 196,4 millones de dólares ya fueron aprobados.
Debemos poner "nuestros conflictos y nuestros problemas que siempre son pequeñosen manos de las soluciones pacíficas y jurídicas, en vez de armarnos y vender armas los unos y los otros", dijo García. Su gobierno ha iniciado la reparación de los aviones de combate MiG-29 y Sukhoi-25, y evalúa la compra de misiles antitanque.
"Hay todavía mucho de odio y de rivalidad entre nuestros pueblos. Hay todavía mucho de competencia y, por consiguiente, mucho de compra de armamento", expresó en tono severo.
El mandatario peruano fue muy aplaudido. Sin embargo, ninguno de los 57 puntos de la Declaración de Lima está referido a la reducción de la compra o venta de material de equipos de guerra. Sólo se aprobaron acuerdos declarativos, con excepción de un pronunciamiento respecto a la grave crisis alimentaria en Haití.
"Superar la pobreza, la desigualdad y la exclusión es crucial para el logro de la cohesión social, para el desarrollo sostenible y para la eficacia de nuestra asociación birregional", indica el documento.
"Confirmamos que la lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión a fin de alcanzar o aumentar la cohesión social es una prioridad política clave de la asociación estratégica entre nuestras regiones", reza la Declaración de Lima.
"Observamos con preocupación que, a pesar del progreso alcanzado, la pobreza, la desigualdad y la exclusión continúan obstaculizando el acceso de diversos sectores de la población a la igualdad de oportunidades para beneficiarse de una vida digna y productiva, dificultan el bienestar de los individuos y fomentan el desplazamiento de las personas", indica otro de los puntos del texto aprobado por los mandatarios europeos y latinoamericanos.
Además de ratificar el logro de los Objetivos de Desarrollo de la Organización de las Naciones Unidas para el Milenio, con plazo en 2015, los países adscritos a la ALC-UE se han planteado metas adicionales.
Estas son erradicar la desnutrición y prevenir la malnutrición infantil, en especial de los niños menores de tres años, universalizar la atención a las madres gestantes y a los recién nacidos, erradicar progresivamente el analfabetismo, universalizar el acceso a los servicios de agua potable y saneamiento, incrementar las tasas de empleo y establecer programas de formación laboral.
En la Declaración de Lima es difícil encontrar alguna fórmula que permita alcanzar algunos de los objetivos descritos.
