La disposición de Cuba a operar de cataratas a personas que por años esperan en hospitales estatales de Portugal desató una inédita reacción del gobierno nacional de este país y una respuesta corporativista de los médicos, que hasta ahora no solucionaron un problema que afecta a miles de ancianos.
Cinco municipios portuguesas firmaron acuerdos con el gobierno cubano para poder sortear la demorada burocracia del Servicio Nacional de Salud (SNS), que simplemente hacía oídos sordos al drama de ancianos en situación económica precaria y al borde de la ceguera.
La repercusión en el gobierno socialista del primer ministro José Sócrates, del Colegio Médico, entre políticos conservadores y desde directores de hospitales públicos y clínicas privadas fue casi inmediata tras conocerse los convenios, ampliamente difundidos este mes por la prensa local.
Portugal no podía enfrentar el bochorno internacional de que desde el llamado Tercer Mundo, cuyos países son muchas veces calificados por los europeos de "repúblicas bananeras", llegara la solución a un problema de un estado del Norte industrializado, agilizando las largas listas de espera de personas necesitadas de una operación de ojos.
Los protocolos con Cuba fueron suscritos entre septiembre de 2007 y abril pasado por los alcaldes de los meridionales municipios de Alandroal, Aljezur, Castro Marim y Vila Real de Santo Antonio, y por el de Santarem, en el centro del país.
El primero en reaccionar en forma descomedida con los cinco alcaldes que firmaron los acuerdos, fue el presidente del conservador y corporativista Colegio Médico, Pedro Nunes, él mismo un oftalmólogo de renombre, al aseverar que enviar enfermos a Cuba "es pura propaganda política".
El líder de la derecha nacionalista portuguesa, Paulo Portas, no dejó pasar la oportunidad de unirse al coro de condenas, acusando de "inercia" a la ministra de Salud, Ana María Teodoro Jorge, por no evitar la "moda" de enviar ancianos a ser operados en Cuba.
La ministra reconoció, en una presentación en abril ante el parlamento, que casi medio millón de portugueses aguardan una consulta en hospitales públicos, 120.000 de los cuales son requirentes de servicios de oftalmología, situación que calificó de "inaceptable".
Tras una reunión con la Unión de las Misericordias Portuguesas (UMP), Portas aseveró que existen en el país 15 hospitales de esa organización de solidaridad social, financiada por la lotería nacional, con capacidad para realizar 3.000 cirugías por mes y que "podrían solucionar el problema de 29.000 ancianos en lista de espera".
Según Teófilo Leite, presidente de la Asociación Portuguesa de Hospitalización Privada, a pesar de existir acuerdos con el Estado para solucionar los atrasos en las cirugías, el SNS ha reducido la cantidad de enfermos enviados a tratamiento particular.
En el caso de oftalmología, una primera consulta puede demorar hasta cuatro años y de la larga fila forman parte 100.000 personas, aseguró Leite en entrevista publicada el 3 de este mes por el diario Público, de Lisboa.
Pero esta situación no le parece tan grave, si se compara con la suya, a un anciano casi ciego que, en una entrevista divulgada la semana pasada en una estación privada de televisión, aseguró que está esperando hace ya siete años para ser atendido.
Ante las demoras del SNS, el alcalde de Aljezur, Manuel José Marreiros, decidió reunir información sobre enfermos de cataratas en su comarca y reveló a IPS que "constató la existencia de personas que aguardaban años para una simple consulta y también para una cirugía que ocupa sólo unos minutos".
Ante esa realidad inaceptable, "por razones humanitarias y sociales, tomamos la iniciativa de llevarles a Cuba para ser operados. Es inadmisible que personas sin recursos puedan quedar ciegas sólo porque no tienen dinero para ser operadas en clínicas privadas", añadió.
Al calificar estas iniciativas de "propaganda política", Nunes asumió una postura "muy infeliz para tratar estos casos humanitarios y una forma desesperada de intentar encubrir eventuales responsabilidades de la clase médica en esta materia".
"Es que antes de que los enfermos fueran operados en Cuba nunca vimos al Colegio Médico salir públicamente a manifestar su preocupación", deploró.
Marreiros también calificó de "humillante para Portugal y para sus médicos, aquello que fue denunciado en el hospital de Barreiro (entornos de Lisboa), donde varios oftalmólogos hacían dos operaciones por semana y cuando contrataron a un médico español éste hizo 234 cirugías en cinco días".
Nunes tampoco explicó "por qué una operación hecha por médicos portugueses costaba el doble de los honorarios de ese médico español", dijo el alcalde, quien cree que se intenta "dominar el mercado a través de prácticas que nos parecen de defensa de posiciones dominantes".
Cada año unos 10.000 portugueses van a operarse a España, "pero nunca oímos al doctor Nunes hablar sobre este asunto, que ocurre hace años", concluyó Marreiros, para concluir su diálogo con una interrogante: "¿Por qué está ahora el Colegio Médico tan molesto con Cuba? ¿Será política?"
En el mismo sentido que Nunes se pronunció Joaquim Salazar Coimbra, responsable del sector Salud de la Unión de las Misericordias Portuguesas. Considera que los municipios están firmando protocolos con Cuba "por intereses políticos", pues, sostiene, que es "discutible" el costo que deben afrontar de 1.800 dólares, a los que se deben sumar otros 1.300 por el viaje.
Sin embargo, una comparación de precios con Cuba aceptable para los servicios que se ofrecen en Portugal sólo comenzó a ser posible luego que estalló el escándalo, a comienzos de este mes.
La entrada de Cuba en el mercado de ofertas de servicios de oftalmología obligó a bajar los precios en Portugal, precisó el alcalde de Santarem, Francisco Moita Flores, elegido por el Partido Socialdemócrata (PSD, de orientación conservadora pese a su nombre), en declaraciones ampliamente reproducidas por la prensa local.
Un ejemplo de esa situación fue dado por Ana Paula Gonçalves, administradora del hospital de Faro, en el extremo sur del país, al revelar que en octubre consultó los valores a un equipo médico de Lisboa, "que costaba tres veces más" y ahora, después de la aparición de los cubanos en escena, "tengo ofertas por el mismo precio" que los cobrados por la isla caribeña.
"Yo hablo de humanidad y él de negocios", le respondió a Nunes el alcalde Moita Flores, cuya posición ideológica lo ubica muy distante del régimen cubano.
Para Moita Flores, que antes de entrar en política se destacó como inspector-jefe de la Policía Judicial, magistrado y profesor de criminología, el problema es social y humano. "En mi comarca hay personas en la inminencia de quedar ciegas, porque no tienen dinero para la operación", enfatizó.
Al comparar los precios, luego de una recomendación del alcalde de Vila Real de Santo Antonio en septiembre pasado, a fines de abril firmó el protocolo con La Habana, cuando llegó a la conclusión que enviar los ancianos indigentes a Cuba era "mucho más barato".
En virtud de un acuerdo suscrito en 1998, la ministra Teodoro Jorge dio luz verde al hospital de la Cruz Roja Portuguesa el 4 de mayo pasado para efectuar 2.900 operaciones de cataratas este año, el doble de las cirugías realizadas en 2007.
Por su parte, el presidente de la UMP, Manuel Lemos, ofreció al SNS realizar 3.000 operaciones de cataratas por mes, a fin de acabar con las listas de espera, a un precio competitivo, ya que "se les olvida incluir el viaje por avión".
Moita Flores contraatacó entonces. "Yo no estoy hablando de negocios, sino de personas carentes, que no tienen dinero para los medicamentos, menos aun en los hospitales, donde hasta el agua (envasada) tiene un precio como si fuese un aeropuerto".
La ventaja en Cuba, sostienen los cinco alcaldes, es el complemento después de la operación, cuando los ancianos son alojados en un hotel-hospital durante dos semanas, donde se les somete a un examen clínico completo, cuentan con acompañamiento personalizado y no tienen costos adicionales.
El joven médico Antonio Freire, comentó con sarcasmo a IPS: "Soy contra todos los 'antis', pero es increíble el efecto positivo para la salud que puede causar el anticomunismo en este caso".
Al final, sentenció el médico, "resulta que el anticomunismo y los anticuerpos que produce Cuba ha remecido a nuestro gobierno y al conservador Colegio Médico, dos 'antis' que se transformaron en un diagnóstico que recomienda un rápida operación a las cataratas, mucho más barata y en Portugal".