POLÍTICA-ARGENTINA: Erosión de un gobierno próspero

Si bien la economía argentina da señales de fortaleza, la popularidad de la presidenta Cristina Fernández y la aprobación de su gobierno cayeron abruptamente en el último mes en todos los sondeos, hecho reconocido por analistas y oficialistas.

Fernández asumió hace apenas cinco meses y heredó de su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), un crecimiento del producto interno bruto de ocho por ciento anual en los últimos cinco años, reservas monetarias de más de 50.000 millones de dólares, superávit fiscal y comercial y una recaudación tributaria en ascenso.

Pero en el mercado financiero circularon esta semana rumores de devaluación y hasta de un canje compulsivo de depósitos por bonos. Las versiones no sólo hicieron que se multiplicara la compra de billetes estadounidenses sino que muchos ahorristas cambiaron depósitos a plazo fijo por cuentas a la vista.

La desconfianza, según los operadores financieros, no nace de la economía real sino de la política, específicamente de la caída de popularidad de la presidenta. Y la causa principal de ese desgaste sería el conflicto con los gremios agropecuarios, que comenzó en marzo cuando el gobierno anunció un alza de impuestos a la exportación de oleaginosas.

Los productores respondieron con una protesta masiva que provocó desabastecimiento y malestar general, empujó en abril la salida del ministro de Economía, Martín Lousteau, y amenaza hoy con seguir erosionando la administración de Fernández. El conflicto no encuentra una vía hacia la solución.
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Según la empresa encuestadora Estudio Graciela Romer y Asociados, la imagen positiva de Fernández cayó de 54 a 41 por ciento entre marzo y abril, y la ponderación favorable de su gestión declinó de 38 a 29 por ciento en el mismo lapso. Ahora, 67 por ciento de los consultados consideran su gestión "regular" o "mala".

Otros encuestadores coinciden en afirmar que el deterioro es importante aunque no publican cifras. Pero, aclaran, el gobierno se puede recuperar y no hay riesgo de crisis de gobernabilidad, ni amenaza de golpe económico.

Según el analista político Rosendo Fraga, Fernández y el ex presidente Kirchner, que conserva una importante influencia, fundan su poder en la fortaleza fiscal. "La búsqueda de superávit fiscal no fue prioritaria para ellos por razones de ideología económica, sino por necesidad política", dijo a IPS.

Esos recursos, que Fraga identifica como "la caja", "generan adhesiones políticas frágiles, que se quiebran cuando la caja escasea o cuando la situación política de quien manda se debilita. Esta estrecha relación entre superávit fiscal y poder político parece haber entrado en crisis", advirtió.

¿Cómo se explica la crisis desde el gobierno?

Si bien el desgaste tiene su origen en el conflicto agropecuario, se potenció con otros problemas asociados, como la inflación, y el desencanto creciente de los sectores medios con el gobierno, que empezó antes de que Fernández asumiera, opinó una fuente del oficialismo que prefirió no dar su nombre.

Esos sectores medios, que ya habían comenzado a distanciarse del gobierno antes de la victoria de Fernández en octubre de 2007, con 45 por ciento de los votos, han intensificado esa tendencia con el conflicto agropecuario y la subida de los precios, interpretó la fuente.

En ese contexto, con demandas distintas a las que enfrentó Kirchner tras la crisis social, económica y política de 2001 y 2002, la presidenta no oculta que gobierna junto a su esposo y todavía no está claro si esa intervención le suma o le resta poder.

"A Kirchner, reconstituir la autoridad presidencial le significó un plus de credibilidad y apoyo altísimo de la opinión pública, pero él atendía una demanda primaria de creación de empleo, baja de la pobreza… Ahora la gente pide, por ejemplo, educación de calidad, y eso no se consigue en dos meses", justificó la fuente oficialista.

La administración del ex presidente consiguió contraer el desempleo de más de 20 por ciento a 7,5 por ciento, y la pobreza de 54 a 23 por ciento. Pero la inflación incontenible de los últimos meses ha contribuido a modificar la tendencia, y las filas de los pobres vuelven a engrosarse pese a que la ocupación también aumenta.

Kirchner se fue del gobierno con un alto grado de popularidad, superior al de Fernández cuando fue investida. Según la encuestadora Ricardo Rouvier y Asociados, el presidente se despidió con una imagen positiva de 77 por ciento y su sucesora asumió con una aprobación de 62 por ciento de los consultados.

El oficialismo entiende que se ha desatado una puja distributiva de los ingresos. "En Argentina los conflictos eran siempre en escenarios recesivos. Ahora, en cambio, con el campo tenemos una discusión sobre quién se queda con la renta. Sabíamos que esto vendría cuando las reservas superaran los 50.000 millones de dólares", dijo la fuente.

Según datos oficiales, la inflación del período transcurrido entre marzo de 2007 y marzo de 2008 fue de 8,8 por ciento, pero estimaciones privadas la multiplican por tres. Se tata de un "tema sensible", en el que actuó como catalizador el desabastecimiento causado por la protesta del campo, según la fuente oficialista, muy cercana a Fernández y a Kirchner.

Pero no es cierto que la sombra de Kirchner en el gobierno de su esposa constituya un factor de desgaste, indicó. "Es al revés, las acciones públicas del ex presidente consolidan el poder de Cristina (Fernández). Cuando él no está, las conjeturas son mayores, pero cuando aparece y fija posición, ella se fortalece", opinó.

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