Seguidores de la rama pakistaní de Talibán, las milicias que dominaron el vecino Afganistán entre 1996 y 2001, ejecutaron mediante lapidación a una pareja en una remota región de este país, confirmó a IPS un portavoz de esa organización extremista.
Se trata de uno de los primeros casos conocidos en esa zona, fronteriza con Afganistán, de "asesinato por honor", tradicional en algunos países musulmanes y no musulmanes. En este caso, la participación de jueces islámicos no oficiales le da apariencia de legitimidad al crimen.
Un qazi (tribunal religioso no reconocido por el Estado) dirigido por miembros de Talibán "encontró a la pareja culpable de adulterio y la condenó a muerte por lapidación", dijo a IPS el portavoz de las milicias Mohammad Asad.
La ejecución extrajudicial de Shano Bibi y Daulat Khan fue cometida el 1 de abril, una quincena después de dictada la "sentencia", y confirmada esta semana por IPS.
"Shano era una mujer casada que vivía en Peshawar y su familia había denunciado que fue secuestrada por Daulat Khan. Pero luego se informó que ella se había fugado con él", argumentó Asad.
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"La sentencia fue ejecutada en el área de Khwezai-Baezai, en la agencia Mohmand, unos 60 kilómetros al norte de la fronteriza ciudad de Peshawar", agregó el portavoz de Talibán.
La agencia Mohmand es una de las siete regiones tribales de la frontera de Pakistán con Afganistán integradas en una jurisdicción territorial denominada Área Tribal Federalmente Administrada.
Esta área de 6.000 kilómetros cuadrados depende del gobierno central y no de las provincias, pero el Talibán pakistaní se aprovecha de la escasa presencia del Estado para controlar férreamente a la población.
Los talibanes parecen haber adoptado la lapidación como una forma de "ejecución" más cruel que el fusilamiento.
"Pedimos al gobierno que arreste a los responsables" del asesinato de la pareja "y los someta a la justicia", señaló a IPS Kamran Arif, de la no gubernamental Comisión de Derechos Humanos de Pakistán.
Noor Alam Khan, abogado de Peshawar, comentó que los "asesinatos por honor", a causa de supuestas faltas que avergüenzan a la familia, se han convertido últimamente en titulares de los diarios.
"En estas comunidades rígidamente patriarcales, las esposas, hijas, hermanas y madres son asesinadas ante la menor 'falta' sexual o la más remota sospecha de adulterio", agregó.
Los casos de "asesinato por honor" conocidos a través de la prensa no ofrecen un panorama completo de lo que ocurre en la región, porque la autocensura lleva a ocultar el fenómeno, admitió el periodista local Zahir Ali.
"Hay uno o dos por mes, pero no podemos informar al respecto por las airadas reacciones que eso despertaría en la comunidad", señaló a IPS Ali, del diario en lengua urdu Aaj (Hoy), de Peshawar, capital de la cercana Provincia de la Frontera Noroccidental limítrofe con Afganistán.
El caso más reciente ocurrió el 1 de mayo, cuando una pareja fue asesinada por contraer matrimonio sin el consentimiento de sus familias, agregó.
La reiteración de los "asesinatos por honor" demuestra que las leyes aprobadas para poner fin a esa práctica "no han dado los resultados deseados", según Khan.
El Código Penal fue modificado en 2005 para impedir que los tribunales absolvieran a responsables de asesinatos que llegaran a un acuerdo extrajudicial con familiares de la víctima que diera por cerrado el caso, a veces a cambio de una compensación monetaria.
Desde entonces, los jueces emitieron una serie de fallos inconsistentes que atentaron contra el espíritu de esa reforma.
Hace un mes, la Corte Suprema de Peshawar revocó la condena a muerte de Gul Zaman por el asesinato de su esposa y tres hijas, que habían salido de su casa sin su autorización.
La condena, que había sido dictada en enero de 2005, fue anulada debido a que otros tres hijos y una hija del hombre declararon haber perdonado a su padre.
Pero, en el sentido contrario, el tribunal ratificó en marzo la pena a 10 años de prisión de Gul Zameen (sin vínculo con el acusado antes mencionado) por el asesinato de su madre.
El juez Dost Muhammad Khan señaló en esa oportunidad que "en algunas zonas las mujeres son tratadas como ciudadanas de segunda clase y todavía están vigentes prácticas inhumanas como los 'asesinatos por honor'. Esto va en contra de las enseñanzas del Corán y las leyes del país".
El mismo tribunal de Peshawar también anuló un acuerdo privado que hubiera dejado libre a un hombre que asesinó a su propia hija, con la ayuda de un hijo y un sobrino, porque la joven se había casado sin su permiso. El juez Tariq Pervez condenó a cada uno a 10 años de cárcel.
Mientras, la policía es reticente a actuar ante denuncias de "asesinatos por honor".
El año pasado, en Mardan, a 60 kilómetros de Peshawar, la policía arrestó y luego liberó sin formular cargos a parientes de una pareja asesinada por manchar, supuestamente, el honor de la familia.
En la misma localidad, la policía ni siquiera inició una investigación preliminar sobre las denuncias contra un poderoso terrateniente que habría matado a su hija y a su chofer porque se habían fugado para casarse, dijo a IPS Sajjad Ali, activista de una organización no gubernamental.
En los últimos tres años, dijo Khan, los abogados desarrollaron estrategias para burlar las leyes que tratan de impedir los acuerdos entre familias para que nadie sea juzgado por "asesinatos por honor".
El castigo a esta práctica también se ve impedido por la disposición de los magistrados a encontrar "circunstancias atenuantes", como la supuesta existencia de una "grave y súbita provocación", una figura no contemplada por la legislación.
Sitara Imran, ministra para el Desarrollo de la Mujer en la Provincia de la Frontera Noroccidental de Pakistán, cuya capital es Peshawar, argumentó que "asesinar a una mujer o un hombre en nombre del honor va contra el Islam. Vamos a combatir esta práctica horrenda".
La Comisión de Derechos Humanos de Pakistán registró 1.339 "asesinatos por honor" entre 1998 y 2002, la mayoría de los cuales no fueron denunciados.