ESTADOS UNIDOS: Guerra contra eufemismos

De los creadores de la «guerra contra el terrorismo» y el «eje del mal», llega al público estadounidense un nuevo glosario para disimular la incorrección política de la derecha.

En lugar de términos peyorativos como "islámico-fascista", "jihadista" (combatiente de la guerra santa) y "mujahidín" (combatiente islámico), los funcionarios deberían emplear "palabras que sirvan", según un memorando del gobierno de George W. Bush.

La guía de 14 puntos, preparada por el Centro Nacional de Contraterrorismo y divulgado por la agencia estadounidense de noticias Associated Press, sugiere abandonar una terminología que puede resultar ofensiva para las comunidades musulmanas y árabes.

En ese sentido, propone usar "extremismo violento" o "terrorista" en vez de "jihadista".

También urgió a evitar la discusión sobre el "choque de civilizaciones" entre "el Islam y Occidente", un paradigma que asigna a esa religión una violencia inherente.
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"Un mujahidin, guerrero santo, es una caracterización positiva en el contexto de una guerra justa. En árabe significa ‘luchar por el camino de Dios’ y se usa en un contexto más amplio que la guerra", según el memorando.

"Calificar a nuestros enemigos de jihadistas y a su movimiento de jihad (guerra santa) global legitima, sin querer, sus acciones", advierte el documento oficial.

"Tenemos que subrayar que los terroristas hacen un mal uso de la religión como herramienta política para herir a civiles inocentes en todo el mundo", añade.

El documento sugiere emplear otras palabras "para describir a nuestros enemigos", como "totalitarios", que se entienden en el mundo musulmán del mismo modo que en Occidente. Además, recomienda no atribuir a "Al Qaeda y sus células asociadas motivos y objetivos no expresados por ellos".

El público árabe e islámico tiene más familiaridad con los mensajes de los terroristas que los occidentales, y, por lo tanto, descubren de inmediato cualquier elemento que incorporen los funcionarios estadounidenses.

Por último, "tratar de limitar la cantidad de términos extranjeros si se habla en inglés" porque "no se trata de lo que dicen sino de lo que el público escucha".

En otras palabras, la mala pronunciación puede volver incomprensible una declaración como por ejemplo la palabra "qutbismo", que se refiere al autor egipcio Sayyid Qutb (1906-1966), integrante de la Hermandad Musulmana que escribió el polémico libro "Mojones" (1964) y cuyas ideas terminarían inspirando a Al Qaeda.

Recurrir a las expresiones duras hoy cuestionadas desde el propio gobierno fue parte de la estrategia del gobernante Partido Republicano, en especial de su ala neoconservadora, que dominó la política exterior en la primera presidencia de Bush.

Pero ante el fracaso de la política en Medio Oriente, muchos funcionarios presionaron para cambiar la maquinaria diplomática y corregir los errores retóricos que, sin querer, sirven para legitimar a organizaciones que comparten la ideología de Al Qaeda.

El cambio de estrategia puede atribuirse a la confidente de Bush desde sus días de gobernador de Texas, Karen Hughes, quien fue asesora de su gobierno y luego encabezó la Subsecretaría de Estado (vicecancillería) para Diplomacia y Asuntos Públicos, cargo que abandonó en noviembre de 2007.

Hughes nunca estuvo en Medio Oriente y carecía de experiencia con las comunidades musulmanas. Pero en el año que trabajó en la cancillería para cambiar la imagen de Estados Unidos en el exterior propuso un nuevo lenguaje en las 34 páginas de su Estrategia Nacional de Diplomacia y Comunicación.

"Evitar caracterizar a los pueblos de cualquier fe como ‘moderados’ pues se trata de un término político que cuando se amplía al ámbito de la fe, puede implicar que las religiones sean menos devotas o fieles. Palabras como ‘corriente dominante’ o ‘mayoría’ son preferibles", según el informe de Hughes.

Ante los reiterados llamados de analistas y funcionarios de la comunidad de inteligencia a ocuparse del grave problema de la diplomacia pública, el gobierno de Bush parece haberse tomado en serio los consejos de Hughes.

El presidente sólo utilizó una vez la expresión "terrorista islámico" desde principios de 2007 y enterró el neologismo "islámico-fascista" adoptado por funcionarios de derecha y analistas de asuntos de terrorismo.

La secretaria de Estado (canciller) Condoleezza Rice también se abstuvo de emplear la palabra "jihadista" en sus discursos a partir de septiembre.

El Departamento (ministerio) de Defensa decidió en enero reducir las tareas de su "más destacado" experto en legislación y extremismo islámico, Stephen Coughlin, aduciendo recortes presupuestales.

Pero colaboradores de Coughlin señalaron que el especialista fue despedido de forma injusta porque su retórica era demasiado fuerte para el ámbito político.

Los últimos acontecimientos parecen haber causado una división entre los republicanos acerca de cómo definir el terrorismo. La divulgación del último documento parece haber enfadado a los miembros del Comité Selecto Permanente de Inteligencia de la Cámara de Representantes.

A principios de este mes, el propio grupo republicano en la Cámara de Representantes rechazó un proyecto de uno de sus miembros, Peter Hoekstra, que habría vedado el uso de fondos gubernamentales para elaborar documentos de acuerdo con el glosario recomendado por el Centro Nacional de Contraterrorismo.

El ex presidente de la cámara baja Newt Gingrich advirtió el viernes que Estados Unidos estaba paralizado por la "corrección política" al tratar de hacer frente a "las amenazas existentes en todo el mundo".

"Si evitamos una discusión honesta acerca de la naturaleza de las amenazas que nos acechan, no podemos desarrollar estrategias para hacerles frente", declaró.

"Sencillamente es un suicido tratar a la red Al Qaeda sólo como ‘organización política ilegítima’ porque es terrorista y ‘criminal’, mientras ignoramos los cimientos religiosos radicales en que se sustenta ese y otros grupos que constituyen un ala irreconciliable del Islam", se lamentó.

Con las elecciones de noviembre a la vuelta de la esquina, parece que el candidato presidencial del Partido Republicano, John McCain, se esforzará por marcar claramente sus diferencias con el aún no consagrado aspirante del opositor Partido Demócrata senador Barack Obama.

McCain promete seguir luchando contra el "terrorismo islámico radical" y sus asesores señalaron que no renunciará a ese lenguaje.

Para las organizaciones musulmanas de Estados Unidos que desvinculan la identidad religiosa de la resbalosa pendiente del discurso terrorista, es un cambio bienvenido.

"Es un buen paso que, al menos, consideren el uso de esos términos", dijo a IPS el portavoz del Consejo para las Relaciones Islámico Estadounidenses Ibrahim Hooper. "Qué palabras usar y cuáles no es un asunto debatible. Todos tenemos que pensar en esto."

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