ENERGÍA-ÁFRICA: Iluminados por los microbios

Seis estudiantes de la estadounidense Universidad de Harvard, cuatro de los cuales proceden de África, fueron premiados por el Banco Mundial por un proyecto que permitirá suministrar electricidad barata a partir del suelo.

Las células de combustible microbianas (MFC, por sus siglas en inglés), que usan la energía emitida por microbios del suelo, se encuentran entre las tecnologías que prometen llevar luz a los países en desarrollo.

Los estudiantes, creadores de la empresa Lebônê Solutions, que busca distribuir energía de bajo costo a partir de células microbianas, recibieron 200.000 dólares en el marco del concurso "Mercado del desarrollo", cuyos resultados fueron anunciados en la conferencia "Iluminar África 2008", realizada entre el 5 y el 8 de este mes en Accra, Ghana.

El proyecto fue uno de 16 ganadores seleccionados entre 52 finalistas, que compitieron para llevar innovadores productos de iluminación a 74 por ciento de los africanos sin acceso a la electricidad.

El concurso se realizó en el marco de la campaña "Iluminar África", lanzada a fines del año pasado por el Banco Mundial con el objetivo de suministrar a 250 millones de personas del continente productos lumínicos y servicios energéticos que sean seguros, confiables y económicos, y que no usen combustibles fósiles. Todo esto para el año 2030.
[related_articles]
El sudafricano Hugo Van Vuuren, quien se graduó en economía el año pasado y es fundador y socio gerente de Lebônê, dijo que las células son muy simples de hacer y que se pueden fabricar localmente.

Dialogó vía correo electrónico con IPS sobre el premio, poco después de anunciados los resultados del concurso.

IPS: — Felicitaciones por haber ganado. ¿Cómo se siente?

Hugo Van Vuuren: — Todos nosotros todavía estamos muy emocionados. Ésta es una innovación potencialmente grande y tengo que acreditarle a la Corporación Financiera Internacional (dependiente del Banco Mundial) el respaldar ideas innovadoras. No podemos esperar a empezar y ver si podemos traer esta tecnología a África.

— ¿Cómo funciona exactamente la célula microbiana?

— Aprovecha la energía que generan los microbios del suelo cuando descomponen la materia orgánica. Literalmente, es energía a partir de la mugre: no se necesitan condiciones especiales aparte de suficiente humedad para que los bichos hagan su trabajo.

Esencialmente, todo lo que se hace es cavar un hoyo, disponer de un ánodo (electrodo positivo), un poco de suelo, arena y un cátodo (electrodo negativo). Se conecta el ánodo y el cátodo a un circuito para cargar una batería que pueda encender un diodo emisor de luz (LED, por sus siglas en inglés), haciendo funcionar una radio o cargando un teléfono celular. (Un diodo es un dispositivo electrónico compuesto por un ánodo y un cátodo).

El profesor de biología de Harvard Peter Girguis desarrolló la tecnología, llamada Sistemas Vivientes de Energía, y es nuestro socio tecnológico.

— ¿Cómo pueden ser útiles las células en África?

— En África el problema no es la iluminación, sino la energía. Ahora hay todas clases de LED de alta eficiencia. Lo importante es crear energía de muy bajo costo, por fuera de la red habitual.

Calculamos que las células microbianas serán mucho más baratas que las solares, porque los ánodos y los cátodos pueden hacerse con materiales locales —restos de metal u otros— y no requieren mantenimiento. También son fuertes y funcionarán a cualquier temperatura, mientras haya humedad y materia orgánica en el suelo. Y funcionarán mejor cuando descompongan desechos humanos o animales.

— Pero el circuito parece complejo. ¿Se lo fabricará localmente?

— Nuestro prototipo tiene circuitos extra para pruebas, así que los 20 tableros con circuitos que usaremos en el lugar serán más simples. Nosotros introduciremos los componentes, que en los próximos dos meses serán ensamblados localmente en nuestro proyecto piloto en Tanzania.

Creemos que los tableros terminarán siendo suficientemente simples como para ser hechos en el ámbito local.

— ¿Cuáles son las desventajas de las células microbianas?

— Poca electricidad. Un metro cúbico de materia orgánica apenas generará energía suficiente para iluminar una lámpara LED de alta eficiencia.

A diferencia del caso solar, produce energía 24 horas al día y lo hará durante años. Las unidades pueden conectarse fácilmente para generar entre 10 y 15 veces más energía. Una ventaja adicional es que estos sistemas son subterráneos y no hay nada que robar.

Las células microbianas nunca generarán tanta energía como las turbinas eólicas, pero constituyen una solución ideal para reemplazar la iluminación con queroseno en los hogares de buena parte de África.

— ¿Cuánto costaría un sistema como éste?

— Contamos con estimular la eficiencia del sistema durante nuestras pruebas y ensayos en los próximos 18 meses. Cuando estemos prontos para aumentar la producción, en tres años, un sistema que incluya células microbianas, batería, tablero con circuito y algunas lámparas LED costará menos de 10 dólares.

— ¿Por qué usted y sus socios se embarcaron en este proyecto?

— Comenzó como un proyecto de clase en Harvard. Teníamos que generar una manera de hacer una atractiva exhibición con LED en los Juegos Olímpicos de Londres (2012). Nosotros, los africanos, y los dos estadounidenses, quisimos hacer algo más útil que eso, y conocíamos la necesidad de energía de bajo costo en África.

Stephen Lwendo, de Tanzania, estudia ciencias de la computación y lidera el proyecto piloto. David Sengeh, de Sierra Leona, está en ingeniería y trabaja en la parte tecnológica con la estadounidense Aviva Presser, graduada en biología del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Zoe Sachs-Arellano cofundó la Red Juvenil Conexión Namibia y trabaja en los aspectos de desarrollo, y Alexander Fabry, de Estados Unidos, observa el impacto de la tecnología y maneja las aplicaciones del premio.

— Ahora que ganaron el premio, ¿qué es lo próximo?

— El premio nos permitirá hacer un proyecto piloto de 18 meses con 20 sistemas en Namibia, para poder realizar pruebas y mejorarlo. También hemos recibido financiamiento adicional de un inversor privado para hacer la transición a los PLED (sigla en inglés de diodos orgánicos de polímeros emisores de luz, generación que sigue a los LED).

Los PLED son un hito en tecnología lumínica, que pueden ser tan chatos y flexibles como una hoja de papel. Completamente maleables, pueden usarse de diferentes maneras. Cuando nuestras células microbianas estén prontas para su despliegue, en tres años, los PLED serán suficientemente baratos y constituirán un recurso perfecto para satisfacer las necesidades eléctricas en África.

— Me resulta curioso el nombre de su empresa.

— En Sudáfrica, "lebônê" es la palabra que se usa en idioma sotho del norte para decir luz, lámpara o vela.

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe