La cuarta ronda de la Conferencia Internacional de Tokio sobre Desarrollo Africano (Ticad IV) concluyó este viernes sin que a las organizaciones no gubernamentales (ONG) se les haya permitido influir en el diálogo entre Japón y los gobiernos africanos.
Por primera vez en los 15 años de historia de la Ticad se realizó un "foro de la sociedad civil" en forma paralela a la conferencia de tres días. Pero las organizaciones africanas, japonesas e internacionales participantes expresaron su desilusión por la "exclusión" de la parte esencial del encuentro.
Se les permitió asistir como "observadores", pero no accedieron a las sesiones clave para discutir asuntos específicos de desarrollo y ambiente.
Según el periódico Asahi Shimbun, la cancillería japonesa había dicho inicialmente a las ONG que sólo tres representantes de grupos con sede en Japón o en África podrían asistir a las reuniones generales como observadores.
Los grupos de la sociedad civil habían reclamado que se permitiera ingresar a por lo menos nueve. Luego el Ministerio prometió que seis podrían hacerlo, citando limitaciones de espacio.
Las organizaciones dijeron que su restringida participación demostraba el afianzamiento de la "imagen de las ONG como subcontratadoras de trabajadores baratos".
"Esto despierta enormes dudas sobre la legitimidad y responsabilidad de la conferencia", dijo a IPS Gustave Assah, de la Comisión Cívica para África, miembro de la red de ONG de la Ticad.
Pero las críticas de la sociedad civil van más allá de su exclusión de la conferencia, y abarca asuntos clave para el desarrollo africano.
El gobierno japonés anunció varias medidas para promover el rápido crecimiento en África, entre ellas 4.000 millones de dólares en préstamos para infraestructura de transporte, seguros comerciales, y 2.500 millones de dólares de apoyo financiero a las empresas japonesas que busquen oportunidades de inversión en países africanos durante los próximos cinco años.
"No hay dudas de que África necesita crecimiento. Éste es precisamente el momento de priorizar las inversiones directas en el área de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio, porque muchas sociedades africanas sufren divisiones sociales y económicas, y por la necesidad de garantizar que los pobres puedan participar en las actividades económicas", sostuvo la red de ONG de la Ticad.
Los ocho Objetivos, definidos en 2000 por la Asamblea General de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), incluyen reducir a la mitad la proporción de personas que padecen pobreza y hambre (en relación con 1990), garantizar la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil y la materna, combatir el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida), la malaria y otras enfermedades, asegurar la sostenibilidad ambiental y fomentar una asociación mundial para el desarrollo, todo esto con 2015 como fecha límite.
La red de ONG también está preocupada por la implicación de grandes cantidades de préstamos en las comunidades pobres de África.
En un documento entregado el jueves a los medios de comunicación, la red alegó que la actual crisis de deuda africana había comenzado con el desplome de los precios de las materias primas. "No está claro si el presente crecimiento es sostenible, y es cuestionable que África tenga la capacidad de devolver los préstamos anunciados" el miércoles, señala el texto.
Anunciando el paquete de asistencia, el primer ministro japonés Yasuo Fukuda reiteró la importancia de alcanzar los Objetivos, y comprometió a Japón a apoyar la salud reproductiva, así como a capacitar a 100.000 trabajadores de la salud en el próximo lustro.
La Ticad se realiza cada cinco años.
"Aunque es bienvenido en sí mismo, el plan no va suficientemente lejos como para ayudar a África a cumplir los Objetivos del Milenio en materia de salud", dijeron las ONG en el texto.
Las autoridades sanitarias en África carecen de dinero para contratar y pagarle a funcionarios. Esto hace que personas calificadas tengan poca opción más que emigrar a los países ricos, señalan.
"Si Japón se toma en serio superar la crisis de trabajadores de la salud, entonces necesita estar preparado para pagar estos gastos", continúan.
"Ninguna suma es demasiado grande como para invertir en desarrollo humano", plantea el documento, agregando que "actualmente África pierde alrededor de ocho millones de vidas al año por razones relacionadas con la salud, y esto es inaceptable".
Las inversiones en los Objetivos del Milenio deberían verse como "una especie de Plan Marshall para África", que provea de "un apoyo incrementado y sostenido al desarrollo", agrega el texto.
Las ONG señaló que, aunque en la última década África ha experimentado algunos hechos positivos en lo relativo a la democratización, hay varias señales que causan preocupación.
Los recientes acontecimientos en Sudáfrica, que involucran ataques violentos contra inmigrantes, por ejemplo, indican que aun en un país altamente industrializado, con una economía relativamente fuerte y estructuras democráticas institucionalizadas, las enormes brechas de ingresos, el alto desempleo y la continua pobreza para la mayoría de las personas pueden amenazar esas fuertes bases de la democracia.
En África, el desafío es garantizar que la consolidación democrática se concrete de acuerdo con un desarrollo redistributivo, plantea el documento.
Y agrega: "No puede haber paz a largo plazo en África sin un desarrollo redistributivo. La Ticad IV tiene que volver a poner la cuestión de la democratización en su agenda y vincularla a la paz y el desarrollo. Los países africanos y sus socios tienen que hacer evolucionar agendas de desarrollo complementadas por formas de gobernanza que promuevan la participación democrática y responsable".